Lourdes y su hija Lulú vivieron el martes 19 de septiembre las dos peores horas de su vida. La madre buscaba a sus hijos, y la hija a su hermanito entre los escombros del Colegio Enrique Rebsamé en la capital mexicana.
Lulú, la hija, se encontraba en el aula en el último piso del Colegio que se derrumbó el martes durante el terremoto que sacudió a distintos estados del país. Recuerda cómo ella y sus compañeros vivieron momentos de terror, una parte de su salón alcanzó a llegar hasta las escaleras, otra parte del aula se derrumbó, y ella junto con otros niños se quedaron en un espacio que permaneció en pie por unos pocos minutos.
"La maestra nos dijo que nos pegáramos a la pared y nos sentáramos. Yo abracé a una compañera que tenía mucho miedo, pero también pensé en mi hermanito porque él estaba en los pisos de abajo".
Cuando pasó el terremoto, la pequeña de 10 años logró bajar por las escaleras metálicas de la escuela, segundos después vio cómo se derrumbó lo poco que estaba en pie.
"Estaba preocupada por mi hermanito porque ¿qué iba a hacer yo sin él? no lo encontraba por ningún lado, hasta que lo vi llorando con otros niños", recordó. Visiblemente triste por los compañeritos que fallecieron y los que aún están atrapados, relató a Infobae que en ese momento -al igual que los demás niños- pensó en sus padres y en que tenía mucho miedo, "pero le dije a mi hermanito que no llorara, que no nos podíamos mover porque si había otra réplica ya no lo iba a poder encontrar".
Los maestros del plantel concentraban a los niños en un lugar seguro, pero los padres de Lulú no lo sabían y pasaron horas de angustia. Lourdes, su mamá, inmediatamente trató de comunicarse con los maestros de sus hijos a través de sus grupos de WhatsApp, pero fue imposible. Un amigo le contó que se había caído un colegio, cuando le dijo el nombre, su angustia fue mayor.
El caos en la ciudad le impedía llegar al Colegio, pero su esposo sí lo logró. Cuando llegó al lugar y dijo que buscaba a un niño y a una niña, lo llevaron a identificar los cuerpos de dos menores. No eran sus hijos, pero Lulú y su hermano no aparecían.
El testimonio de Lourdes, la madre de Lulú:
"Yo trataba de llegar como fuera a la escuela. Estaba muy nerviosa y más con lo que me había dicho mi marido: sentía que me moría, necesitaba encontrar a mis hijos. Me fui rezando todo el camino. Horas después no podía llegar y mi esposo estaba muy mal por lo que había visto que le había pasado a los otros niños", dijo a Infobae sin evitar llorar al recordar el episodio.
Unas amigas le llamaron para decir que sus hijos estaban con ellas, vivían cerca de la escuela y cuando escucharon sobre la tragedia los fueron a buscar.
"Fue muy difícil, pero todo empezó a tener sentido otra vez", narra.
Lourdes y Lulú sacaron fuerzas para acudir este miércoles a las cercanías del plantel para esperar detrás de la valla de seguridad noticias de otros niños, o para ayudar en lo que se necesite cada vez que los cuerpos de auxilio buscan a familiares de alguna persona que probablemente rescataron o piden suero o alguna herramienta para seguir buscando entre los escombros.
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