México: 16 ex gobernadores investigados por corrupción y la pregunta por la ruta del dinero

En el país ya se habla de “la generación perdida”. Los analistas consultados por Infobae piden recuperar los fondos robados y renovar la dirigencia política

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El presidente Enrique Peña Nieto junto a 22 gobernadores en 2012. Hoy, diez de ellos están presos, prófugos o bajo proceso judicial.
El presidente Enrique Peña Nieto junto a 22 gobernadores en 2012. Hoy, diez de ellos están presos, prófugos o bajo proceso judicial.

La figura del ex gobernador del estado mexicano de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, riéndose mientras era detenido en Guatemala, despertó la indignación de los ciudadanos.

A Duarte se le acusa del desvío de fondos públicos más grande en la historia. Su actitud soberbia es el reflejo del poder que en los últimos 17 años adquirieron los gobernadores, quienes se fortalecieron ante la llegada de presidentes débiles que tomaron el poder sin tener siquiera el apoyo del 50% de la población.

Ante este vacío fueron los gobernadores quienes se convirtieron en una especie intocable, lo que permitió que manejaran presupuestos a su antojo, ignoraran leyes e hicieran negocios al amparo de la clase política.

Duarte, aparece también en una emblemática fotografía tomada en 2012 en la que 22 de 32 gobernadores del país –incluyendo el jefe de gobierno de la capital- aparecen con el recién llegado presidente Enrique Peña Nieto. Casi cinco años después, 10 de esos gobernadores están presos, bajo proceso judicial o prófugos.

La generación que cambiaría al país es ahora protagonista de un escándalo de corrupción sin precedentes. Detener a los presuntos responsables ya no basta, señalan analistas y opositores. Ahora lo importante es que regresen el dinero que se llevaron y que los partidos políticos empiecen a construir una clase política que no esté contaminada.

Diez son los gobernadores acusados que aparecen en la fotografía, pero en total son 16 investigados, presos, procesados o prófugos que pertenecen tanto al partido oficialista como a la oposición. Las acusaciones van desde corrupción hasta nexos con el narco.

"Esto es sin precedentes. Nunca se había visto número tan grande gobernadores capaces de desviar decenas de millones de pesos, que nadie sabe a cuánto asciende lo que se les reclama y que no haya consecuencias hasta años después", dijo a Infobae Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México de la Universidad de Rice, en Texas.

Javier Duarte de Ochoa, el ex gobernador de Veracruz, al ser trasladado a una corte en Guatemala
Javier Duarte de Ochoa, el ex gobernador de Veracruz, al ser trasladado a una corte en Guatemala

La avaricia

Payán afirmó que desde principios de siglo empezaron a llegar al poder presidentes débiles con los cuáles creció y se multiplicó una clase política "de una avaricia y voracidad extraordinarios".

De los 16 gobernadores que están en esta situación, nueve concluyeron sus funciones durante la administración de Peña Nieto. También contribuyeron a su campaña política de distintas formas, de ahí que existan una serie de sospechas sobre hasta dónde llegará la justicia no solo para meterlos a la cárcel sino también para asegurar que regresen el dinero que tomaron y que en su ausencia no pasará a manos de sus familiares.

"El cinismo está superando a la evidencia que tenemos a la mano. Falla la eficacia de la ley, el problema es que no se echa a andar para lo que fue creada. Cuando tienes a un tomador de decisiones involucrado en corrupción, narcotráfico, va a haber consecuencias que no van a ser favorables", afirmó en entrevista Ricardo Corona, director jurídico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) un thinhk tank que participó activamente en la iniciativa para la creación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).

El problema, afirma Corona, es cambiarles el chip a los funcionarios públicos de todos los niveles para que "entiendan" que las cosas están deben ser diferentes y que no pueden hacer uso del poder como si fuera de su propiedad, porque desde las instituciones no hay un mensaje que sea contundente.

Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, está acusado de encabezar una red que permitió desviar al menos 35.421 millones de pesos de dinero público (USD 1.864 millones).

Pero, otro Duarte, César, quién era gobernador de Chihuahua, está acusado de desviar dinero público para comprar un banco.

Roberto Borge, de Quintana Roo, está acusado de enriquecimiento ilícito. Estos tres sólo por mencionar algunos, todos del partido del presidente.

César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, junto al presidente Peña Nieto. Está acusado de desviar dinero público para comprar un banco.
César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, junto al presidente Peña Nieto. Está acusado de desviar dinero público para comprar un banco.

Antes de ser presidente, Peña Nieto también fue gobernador –del Estado de México-, "eso es algo que no se nos debe olvidar porque fue parte de ese grupo, y cuando tu dependiste de esa clase política para llegar al poder, no tienes la capacidad para someterlos porque sigues dependiendo de ellos y tu también fuiste un gobernador corrupto, fuiste compañero de los gobernadores que se benefició de la corrupción", expresó Payán.

Desde 2013, el IMCO advirtió que existían problemas en el manejo de las finanzas publicas en Veracruz, lo que había sido comprobado anteriormente por la Auditoria Superior de la Federación –el órgano fiscalizador-, pero a Javier Duarte el Congreso local le otorgó licencia a 20 días de terminar su periodo.

"Lo que se debió de haber hecho era no aprobarle la licencia, sino que terminara su periodo, que se le acabara el fuero y respondiera, en lugar de haberlo dejado que se fuera y estuviera libre seis meses", expresó a Infobae Jesús Zambrano, coordinador en la Cámara de Diputados del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD).

¿Y el dinero?

Contrario a lo que se podría pensar, los mexicanos no están contentos ante la posibilidad de que tantos ex gobernadores acusados de corrupción vayan a la cárcel. La falta de credibilidad en las instituciones hace pensar que es una medida electoral, ante el temor del partido oficial de perder su más grande bastión, el Estado de México, que en dos meses elegirá gobernador.

Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas detenido en Italia
Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas detenido en Italia

Por otro lado, los ex gobernadores que ya están presos han recibido algunos privilegios, como el caso del también oficialista Andrés Granier, de Tabasco, detenido hace cuatro años, y quien a los pocos meses de ser recluido, argumentando problemas de salud, fue trasladado a la torre médica del penal en el que estaba internado, donde gozaba de comodidades como pijamas italianas, edredones llevados por su esposa, televisión, teléfono celular y comida diferente a la de los otros presos.

"Está detenido en un hospital, cuidado por enfermeras y médicos. Eso no le haces a un indígena que detienes, lo mandas a la cárcel aunque esté enfermo del corazón", dijo Payán.

Éste es un ejemplo de por qué para los mexicanos no es suficiente que los gobernadores corruptos vayan a la cárcel. El tema es cómo van a reintegrar a las finanzas púbicas todo el dinero que malversaron, en lugar de que se quede como patrimonio de sus familias o como parte de sus inversiones.

"No sé hasta dónde sea posible que regresen todo lo que se robaron porque no llegan a esos lugares solos", expresó Corona del IMCO.

"Alimenta las dudas que no aparezca el dinero, cuando tienes a Duarte detenido pero sus familiares y muchos de sus socios no están sometidos a proceso, y nadie sabe cuánto es lo que realmente desvió", señaló Payán.

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