El uso de plástico de un solo uso sigue siendo una de las principales amenazas para el medioambiente y la salud humana. Aunque cada vez más personas optan por estilos de vida sostenibles, las vacaciones presentan desafíos adicionales para quienes buscan reducir su impacto.
Según un artículo publicado por National Geographic, viajar sin depender de plásticos desechables es posible mediante una combinación de planificación, conciencia y la elección de productos adecuados.
Preparación y mentalidad: el inicio del cambio
Evitar el plástico comienza mucho antes del destino. Emese Maczko, escritora especializada en turismo ecológico, destaca la importancia de analizar qué artículos reutilizables se poseen antes de preparar el viaje. Un cepillo de dientes o una botella reutilizable en casa son ejemplos de objetos que pueden evitar compras innecesarias durante el trayecto.
Además, los aeropuertos y aerolíneas permiten llevar botellas recargables siempre que estén vacías durante los controles de seguridad.
Maczko señala también cómo la mentalidad de indulgencia, común en los viajes, contribuye a la proliferación del plástico. “Los viajeros a menudo creen que, durante las vacaciones, pueden derrochar sin consecuencias”, explica. Esto fomenta el uso excesivo de comodidades plásticas, la compra de souvenirs innecesarios y la aceptación de productos de un solo uso, como pajillas o envases desechables.
Acciones concretas para un turismo más limpio
Optar por productos reutilizables es un paso esencial. Las botellas de agua de acero inoxidable, por ejemplo, no solo reducen los residuos, también pueden ahorrar dinero y proteger la salud, al evitar la exposición a microplásticos presentes en envases desechables.
Además, sustituir bolsas de plástico por alternativas de tela y utilizar recipientes de silicona para almacenar alimentos o sobras puede tener un impacto significativo. Estas acciones no solo disminuyen los desechos, sino que también reducen la necesidad de utilizar envases de poliestireno o plástico durante comidas fuera de casa.
En el ámbito de la higiene personal, Karimah Huddah, experta en sostenibilidad y fundadora de Illumine.earth, destaca que los kits de baño de un solo uso son particularmente dañinos para el medioambiente.
Existen alternativas como champús sólidos, tabletas de pasta dental y cepillos de bambú, todos diseñados para minimizar el impacto ambiental sin comprometer la funcionalidad.
Elegir destinos y alojamientos comprometidos con el planeta
El turismo sostenible también implica elegir hoteles y resorts con políticas claras de reducción de residuos. Bryan Murphy, fundador de Hawaii’s Best Travel, subraya que optar por lugares con dispensadores rellenables y empaques reciclables no solo preserva el medio ambiente, sino que también protege ecosistemas cruciales como arrecifes y hábitats marinos.
Sin embargo, es esencial investigar cuidadosamente para evitar prácticas de “greenwashing”, donde las empresas promueven una imagen de sostenibilidad sin un compromiso real. Organizaciones como Green Key y EarthCheck ofrecen certificaciones que ayudan a identificar alojamientos verdaderamente responsables.
Hacia un turismo más consciente
Los datos resaltan la urgencia de estas prácticas. Según un informe de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, solo el 10% de las 4.2 millones de toneladas de bolsas plásticas generadas anualmente en ese país son recicladas. El resto termina en océanos y vertederos, donde puede tardar décadas o siglos en descomponerse, afectando gravemente la vida silvestre.
A pesar de estos desafíos, adoptar una mentalidad de progreso, más que de perfección, puede motivar cambios duraderos. Como señala Maczko, incluso pequeños actos, como rechazar una pajilla o reutilizar una bolsa, contribuyen al esfuerzo colectivo de reducir el impacto ambiental. Lo importante es comenzar y mantener el compromiso.
Reducir el uso de plástico al viajar no es una meta inalcanzable, sino un paso hacia un futuro más limpio y sostenible. Con acciones sencillas y la disposición a cambiar hábitos, cada viajero puede aportar a la preservación del planeta, demostrando que unas vacaciones responsables son tanto un regalo para uno mismo como para el mundo que nos rodea.