En el sur de Brasil, miles de recicladores que en su mayoría son mujeres, están transformando los desechos plásticos en recursos valiosos. Las cooperativas de reciclaje, como la ACAMTC, se convirtieron en piezas clave en la lucha contra la contaminación, convirtiendo botellas PET que de otro modo terminarían en basureros como material reciclado para la industria.
En 2023, Veja, una marca de calzado francesa reconocida por su compromiso con la sostenibilidad, estableció una colaboración con cooperativas de Minas Gerais para crear una cadena de suministro responsable, trazable y respetuosa con el medio ambiente, en la que los residuos plásticos se convierten en productos sostenibles, como zapatillas.
Esta alianza, reseña la revista Time, no solo combate el daño ambiental, también ofrece una vía para la inclusión social, especialmente para las mujeres que trabajan en el reciclaje, brindándoles mayor reconocimiento y estabilidad económica.
A nivel global, los residuos plásticos y textiles son una de las mayores amenazas ambientales. Los datos de Time revelan que cada año, Estados Unidos desecha más de 300 millones de pares de zapatos, mientras que la industria textil genera más de 92 millones de toneladas de desechos. Contribuyendo de esta manera a la contaminación del agua y la emisión de micro plásticos.
Las marcas están comenzando a adoptar materiales reciclados en sus productos, aunque la transición hacia un modelo completamente sostenible aún enfrenta grandes retos.
El proceso de reciclaje de plástico comienza con la recolección de botellas PET en las cooperativas, donde los recicladores, conocidos como Catadores, desempeñan un papel fundamental. En Minas Gerais, más del 90% del plástico reciclado en Brasil proviene de estas cooperativas. Clasifican y separan el material, asegurando que solo las botellas más puras estén listas para ser procesadas. Este plástico se lava, tritura y convierte en fibras que luego se convierten en un tejido reciclado utilizado en los forros de las zapatillas.
El modelo de negocio implementado mejora la sostenibilidad de la marca y tiene un impacto económico directo en las cooperativas. Los Catadores reciben una compensación mucho más alta que la que obtendrían en el mercado convencional, con una bonificación de USD1.20 por kilogramo de botellas PET recolectadas, lo que representa un aumento significativo de ingresos.
En 2023, la compañía adquirió 6 millones de botellas recicladas, lo que se tradujo en una bonificación de USD 160.000 para las cooperativas. Esta colaboración mejora la estabilidad económica de las familias de recicladores, a la vez que les da visibilidad y reconocimiento en una sociedad que históricamente subestimó su trabajo.
A pesar de los avances en el reciclaje de plásticos PET, el uso de poliéster reciclado (rPET) no está exento de críticas. Según Maxine Bédat, directora del New Standards Institute, aunque el uso de rPET ayuda a reducir los desechos plásticos, este material sigue formando parte de un sistema lineal, lo que dificulta su reciclaje posterior.
Además, la marca francesa implementó programas como Clean, Repair, and Collect, una iniciativa para prolongar la vida útil de sus productos. Este programa, lanzado en 2020, permite que los consumidores reparen sus zapatillas en estaciones de reparación ubicadas en ciudades como Berlín, Madrid y Nueva York, reduciendo la necesidad de comprar nuevos productos.
Monica Buchan-Ng, especialista en sostenibilidad de la University of the Arts London, señala que las marcas deben incentivar la durabilidad de los productos en lugar de fomentar el consumo continuo, como parte de una estrategia global para combatir la sobreproducción y el consumismo.
El trabajo de las cooperativas de recicladores en Brasil también representa un avance en la integración de recicladores informales en sistemas estructurados de gestión de residuos. En Minas Gerais, donde el 60% de los recicladores son mujeres, la colaboración permitió que las cooperativas reciban pagos más justos y estables, lo que impacta positivamente en la economía local.
Este modelo, que fomenta la sostenibilidad, la inclusión social y el respeto por el medio ambiente, también está provocando cambios en la percepción pública de los recicladores en Brasil.