Por qué aparecen las lagartijas en mi casa

El aumento de temperaturas fomenta la llegada de estos pequeños reptiles a las áreas urbanas. Causan tanto interés como inquietud en los habitantes de la ciudad: cómo tratar con ellas

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Las lagartijas buscan calor y refugio en hogares durante los meses cálidos (Federico Kacoliris)
Las lagartijas buscan calor y refugio en hogares durante los meses cálidos (Federico Kacoliris)

Las lagartijas son pequeños reptiles que, en muchas ocasiones, se cuelan en nuestros hogares, especialmente durante los meses más cálidos. Con su agilidad para moverse rápidamente y su capacidad para escabullirse por casi cualquier rincón, estos animales pueden generar tanto curiosidad como inquietud entre los habitantes de la casa. Si bien algunas personas pueden sentirse incómodas con su presencia, las lagartijas no suelen ser peligrosas. De hecho, son una presencia común en varias ciudades del mundo. En el caso de Buenos Aires, por ejemplo, su presencia aumentó considerablemente en los últimos años, y su proliferación no está exenta de explicación.

¿Por qué aparecen lagartijas en mi casa?

El aumento de las temperaturas es uno de los factores más comunes que favorecen la aparición de lagartijas en espacios urbanos. Según explicó tiempo atrás a Infobae el doctor en Biología y especialista en Zoología del Conicet-UBA, Matías Pandolfi, las lagartijas, en particular las especies de geckos como Tarentola mauritánica, suelen buscar lugares cálidos y secos donde refugiarse, ya que requieren temperaturas elevadas para su actividad. Las viviendas que cuentan con jardines, terrazas y patios, especialmente aquellos con muros que almacenan calor, son ambientes ideales para ellas.

Las lagartijas tienen una preferencia por los espacios soleados, y a menudo se las puede ver en las cercanías de ventanas abiertas, o sobre paredes calientes. En espacios urbanos es común encontrarlas en barrios con abundante vegetación que favorecen su hábitat natural. La urbanización y el cambio climático también son factores que contribuyen a su expansión, ya que los climas más templados se están volviendo más cálidos, permitiendo a especies de climas tropicales adaptarse y prosperar en áreas antes inhóspitas para ellas.

La urbanización favorece la presencia de lagartijas en ciudades como Buenos Aires (unam.mx)
La urbanización favorece la presencia de lagartijas en ciudades como Buenos Aires (unam.mx)

¿De qué se alimentan las lagartijas?

Las lagartijas son animales insectívoros, lo que significa que su dieta está compuesta principalmente por insectos. En un entorno urbano, se alimentan de una gran variedad de pequeños invertebrados como mosquitos, moscas, hormigas, y otros insectos que suelen encontrarse en jardines, terrazas y patios. Esto, en gran parte, es lo que las convierte en aliadas naturales para el control de plagas, ya que ayudan a reducir la población de insectos molestos que, de otro modo, podrían proliferar dentro de la casa.

En particular, las especies de geckos en Buenos Aires se alimentan de insectos que atrae la luz, como las moscas nocturnas. Es común verlas cerca de lámparas exteriores por la noche, donde esperan pacientemente para capturar a sus presas, gracias a sus extremidades adhesivas que les permiten trepar superficies verticales, incluyendo paredes y vidrios. Esta capacidad permitió a las lagartijas expandir su presencia a grandes alturas, incluso hasta el octavo piso en algunos edificios de la ciudad.

¿Qué enfermedades transmiten las lagartijas?

A pesar de que las lagartijas pueden parecer animales inofensivos, es comprensible que algunas personas tengan preocupaciones sobre los riesgos para la salud. Sin embargo, las lagartijas que comúnmente se encuentran en hogares no representan un riesgo en cuanto a transmisión de enfermedades. En el caso de las especies más comunes, como el gecko Tarentola mauritánica, no hay evidencia de que transmitan enfermedades a los humanos.

Las lagartijas no son portadoras de enfermedades transmisibles a los humanos (@matiaspandolfi)
Las lagartijas no son portadoras de enfermedades transmisibles a los humanos (@matiaspandolfi)

A diferencia de otros animales como los roedores o insectos, que pueden ser portadores de bacterias o virus, las lagartijas no son conocidas por transmitir enfermedades directamente. No obstante, en raras ocasiones, pueden morder si se sienten amenazadas o si intentan defenderse, pero estas mordeduras no son peligrosas. Además, es importante destacar que las lagartijas no son portadoras de parásitos como otros animales, y su presencia no suele afectar la higiene del hogar. De hecho, su función como controladores naturales de insectos es vista como una ventaja en muchos hogares.

¿Cómo prevenir que entren lagartijas en mi casa?

Si bien las lagartijas no representan un peligro para la salud, es comprensible que algunas personas prefieran evitar su presencia dentro del hogar. Existen varias medidas preventivas que se pueden tomar para minimizar la probabilidad de que estas pequeñas criaturas entren en casa.

  • Sellar grietas y huecos: las lagartijas pueden acceder al interior de la casa a través de grietas o huecos en las paredes. Es importante sellar todas las aberturas posibles, especialmente alrededor de las ventanas, puertas y en los bordes de las paredes.
  • Mantener las ventanas cerradas o con mallas: asegurarse de que las ventanas estén bien cerradas o colocar mallas protectoras en ellas es una forma efectiva de evitar que las lagartijas ingresen al interior.
  • Evitar luces exteriores encendidas por largos periodos: las luces exteriores atraen a los insectos, lo que a su vez atrae a las lagartijas. Reducir el tiempo de exposición de las luces exteriores puede ayudar a disminuir la cantidad de insectos y, por ende, la presencia de estos reptiles.
  • Eliminar fuentes de alimento: las lagartijas se sienten atraídas por los insectos. Por lo tanto, mantener el hogar libre de plagas y evitar dejar comida accesible para estos animales puede reducir la probabilidad de que se instalen.
  • Uso de repelentes naturales: algunos repelentes naturales, como las hojas de laurel o el aceite de citronela, pueden disuadir a las lagartijas de acercarse a ciertos lugares de la casa.
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