Las abejas cumplen una función vital en la naturaleza y en la economía global a través de la polinización de plantas silvestres y cultivos agrícolas. Cerca del 75% de las especies de plantas con flores dependen de este proceso para su reproducción, lo que convierte a las abejas en pilares de la biodiversidad y en piezas claves para la producción de alimentos como frutas, verduras y semillas.
Sin estos insectos, el rendimiento de muchos cultivos disminuiría, afectando la seguridad alimentaria mundial y encareciendo productos esenciales. No obstante, en las últimas décadas las abejas enfrentan crecientes amenazas, desde el cambio climático hasta la contaminación lumínica, que altera su comportamiento y pone en riesgo su rol fundamental en los ecosistemas.
Impacto de la luz artificial en el sueño de las abejas
En un reciente estudio publicado en Scientific Reports, investigadores de la Universidad de California en San Diego analizaron el efecto de la luz artificial nocturna sobre los patrones de sueño de las abejas. En experimentos controlados, se compararon abejas que dormían en la oscuridad con otras expuestas a luz artificial continua, como la de faroles, automóviles y luces domésticas en entornos urbanos.
Los resultados indicaron que las abejas expuestas a luz constante tenían un sueño más intermitente y fragmentado, y se desplazaban hacia los rincones oscuros de sus jaulas experimentales. Este comportamiento sugiere que la luz es una fuente de incomodidad para las abejas, que prefieren descansar en ambientes oscuros como los de la colmena, donde solo entra una mínima cantidad de luz natural.
Consecuencias en la comunicación y la salud de la colmena
La privación de sueño que provoca la luz artificial tiene efectos profundos en la capacidad de las abejas para comunicarse y en su salud general. En particular, el estudio observó que las abejas privadas de sueño realizaban con menor precisión la “danza del meneo”, un método de comunicación mediante el cual indican a sus compañeras la dirección de las fuentes de alimento.
El profesor James Nieh, uno de los autores del estudio, señaló que “la contaminación lumínica podría socavar la salud de las colonias al privar a las abejas del sueño, debilitando así su capacidad de señalizar fuentes de alimento”. Esta limitación afecta directamente a la eficiencia de la colmena para obtener recursos y mantener su fortaleza y supervivencia.
Cambio climático y noches al aire libre
A medida que el cambio climático incrementa las temperaturas, las noches se vuelven cada vez más cálidas, lo que impulsa a las abejas a dormir al aire libre en búsqueda de frescura. Este fenómeno, conocido como “barbas de abeja”, se observa principalmente en zonas urbanas donde la contaminación lumínica es frecuente.
Al pasar más noches expuestas a luz artificial, las abejas enfrentan una doble carga: un descanso fragmentado y la alteración de sus ciclos naturales. Según el equipo de investigadores, esta tendencia empeorará a medida que el calentamiento global avance, intensificando los efectos negativos de la luz artificial en el comportamiento y salud de las abejas.
Alteración de ritmos circadianos en abejas
El estudio detalla también cómo la luz artificial interfiere en los ritmos circadianos de las abejas, patrones biológicos que regulan su ciclo de sueño-vigilia y afectan su comportamiento y funciones vitales. La investigadora principal Ashley Kim afirmó que “la investigación muestra lo sensibles que son las abejas a los cambios en su entorno, en particular a algo tan aparentemente benigno como la luz artificial”.
Esta alteración de ritmos circadianos no solo perjudica el ciclo de descanso de las abejas, sino que también compromete su habilidad para cumplir con su rol como polinizadoras en los ecosistemas.
Durante el estudio, el equipo de la Universidad de California en San Diego también observó otros cambios en el comportamiento de las abejas sometidas a luz constante. Además de dormir menos, estas abejas se mostraban más inquietas y eran interrumpidas con mayor frecuencia por otras abejas.
“Incluso sin analizar los datos se puede decir que algo estaba pasando... las abejas que estaban bajo luz constante dormían menos”, explicó Kim, lo cual evidencia los efectos de la contaminación lumínica sobre los sistemas biológicos y la sensibilidad de las abejas a esta forma de alteración ambiental.
Recomendaciones y estudios futuros
El estudio subraya la importancia de comprender cómo factores ambientales como la contaminación lumínica impactan a los polinizadores. Nieh subraya que “comprender los factores que afectan la salud de las abejas es esencial para desarrollar estrategias destinadas a proteger a las poblaciones de polinizadores”.
Con el apoyo de una subvención Catalyst, el equipo planea continuar investigando la relación entre la biología circadiana de las abejas y la sincronización de ecosistemas completos. Este proyecto también contó con el apoyo de ENLACE, un programa de verano que reúne a estudiantes de México y Estados Unidos para investigar problemáticas globales, como la sostenibilidad ambiental, desde diversas perspectivas.