Las lombrices de tierra, los insectos y los ácaros enfrentan una grave amenaza debido a la contaminación del suelo, y los expertos expresan su preocupación sobre las consecuencias aún poco estudiadas de este fenómeno. Una reciente investigación divulgada en la revista iScience resaltó que esta problemática es la principal causa del descenso en las poblaciones de organismos subterráneos.
Lo más sorprendente de este estudio es que los científicos comprobaron que estos factores impactan mucho más que la intensificación agrícola y el cambio climático, anteriormente considerados como las principales amenazas. Asimismo, la Dra. Victoria Burton, coautora del estudio y adscrita al Museo de Historia Natural, aseguró que los hallazgos son “preocupantes”.
En Phys Org, medio científico, Burton explicó: “En la superficie, el uso de la tierra, el cambio climático y las especies invasoras tienen el mayor impacto sobre la biodiversidad, por lo que asumimos que esto sería similar bajo tierra”. Sin embargo, aclaró: “Nuestros resultados muestran, que este no es el caso”.
Para obtener los resultados, el equipo de investigación llevó a cabo un metanálisis, mediante la utilización de datos de más de 600 estudios, lo que les permitió analizar miles de puntos de datos. Así lograron determinar el impacto global de la actividad humana sobre la salud de los suelos.
Los resultados del estudio
De acuerdo con Phys Org, la investigación evidencia que la contaminación por pesticidas y metales pesados resultó ser la más dañina para la biodiversidad del suelo. “Esto es preocupante, ya que no se han realizado muchas investigaciones sobre los impactos de la contaminación del suelo, por lo que sus efectos podrían ser más generalizados de lo que sabemos”, dijo Burton.
A diferencia de la vida sobre la tierra, lo que ocurre en el subsuelo es aún un enigma considerablemente mayor. Burton continuó: “El suelo no es sólo una masa homogénea de tierra. Es un entorno complejo que contiene muchas estructuras, nutrientes y minerales diferentes. Si bien la mayor parte de la vida se encuentra a menos de diez centímetros de la superficie, algunos organismos pueden vivir a mucha más profundidad”.
En cuanto a las diferencias entre la vida bajo y sobre la superficie, el estudio encontró que prevalecen respuestas dispares ante los mismos problemas. Aunque la deforestación puede resultar catastrófica para la vida vegetal y animal en la superficie, los pronósticos sobre el impacto negativo en los organismos subterráneos no se cumplieron. Por el contrario, el suelo parece brindar una protección que confiere mayor resistencia a sus habitantes frente a ciertos cambios ambientales.
“Los suelos pueden almacenar humedad y nutrientes, lo que puede ayudar a la vida subterránea a resistir los cambios, al menos a corto plazo”, explicó Burton a Phys Org.
Sin embargo, según el mismo medio, a largo plazo se desconocen los efectos de los cambios en el suelo, lo que sugiere que la resiliencia observada podría ser solo temporal. “Aunque el cambio climático está afectando a cada vez más especies en la superficie, sus impactos subterráneos parecen ser limitados por ahora”, señaló la doctora.
Los efectos positivos
A pesar de estos hallazgos negativos, hubo algunos efectos positivos destacables, como la utilización de fertilizantes orgánicos y el mantillo, que incrementan el carbono en el suelo, lo que beneficia especialmente a las lombrices de tierra, de acuerdo con Phys Org.
Este estudio representa un primer paso significativo, pero aún queda un largo camino por recorrer para comprender completamente los riesgos y las potenciales soluciones. La Dra. Burton y su equipo esperan que futuras investigaciones se centren en cómo la interacción entre factores como el cambio climático y la contaminación podría amplificar o moderar sus efectos.
Burton cerró: “Estoy entusiasmada por incluir el trabajo sobre biodiversidad del suelo en el Parque Natural Educativo Nacional. Es una buena oportunidad para que los jóvenes se entusiasmen con la vida que hay bajo sus pies”.