En el mundo, cada 28 de enero se celebra el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, también llamado Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Este día fue designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de crear conciencia y sensibilizar a los habitantes del planeta sobre el cambio climático y los impactos ambientales que esta ocasiona.
Según los últimos estudios científicos, la emisión de gases de efecto invernadero provoca lo que se denomina “calentamiento global”, un fenómeno que está haciendo que el clima varié aceleradamente, de forma anómala, a tal grado que afecta ya la vida planetaria.
El efecto invernadero es un fenómeno natural que se produce porque los gases contenidos en la atmósfera, no dejan salir al espacio la energía que emite la Tierra cuando se calienta con la radiación proveniente del Sol.
Los gases más importantes presentes en la atmósfera son:
- Vapor de agua, generado naturalmente en el ciclo hidrológico.
- Dióxido de carbono, resultado de actividades naturales como las erupciones volcánicas, o de actividades antrópicas como el crecimiento de la actividad industrial, la minería y el crecimiento de las ciudades.
- Metano, producido naturalmente en la digestión de los rumiantes, pero multiplicado por la sobreexplotación ganadera o por basurales a cielo abierto.
- Óxido de nitrógeno, resultante del uso de fertilizantes en la actividad agrícola.
El incremento desmedido de alguno de estos gases, genera un desequilibrio en la atmósfera, que implica un aumento del efecto invernadero con su correlato en un ascenso en la temperatura promedio del planeta, y es lo que se llama “calentamiento global”.
Al buscar la causa de esta aceleración existe una relación directa entre el calentamiento global o cambio climático y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), provocado principalmente por el hombre. Los impactos ya se están notando con el aumento en la temperatura promedio de la superficie de la Tierra, causando la desglaciación, aumento en las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, muerte de flora y fauna, etc.
Esto parece grave, si se tiene en cuenta que la vida en el planeta depende de que los niveles de dióxido de carbono no disminuyan ni aumenten demasiado. Sin la presencia de CO2 y otros gases que permiten que el calor quede atrapado cerca de la superficie de la Tierra, la temperatura media atmosférica bajaría a 6ºC. Por otro lado, si aumenta la cantidad de CO2, el agua de los océanos entrará en ebullición.
La agricultura ocupa un lugar central en las conversaciones actuales sobre el cambio climático, ya que representa alrededor del 25% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero. En el otro extremo, los agricultores se ven afectados por condiciones meteorológicas extremas, como sequías, altas temperaturas, inundaciones y otros patrones climáticos en constante evolución.
No obstante, la agricultura no se limita a ser solo una fuente de emisiones y una víctima del cambio climático; también tiene el potencial de contribuir en la resolución de esta crisis medioambiental mediante la implementación de prácticas climáticamente inteligentes. Estas prácticas no solo tienen el impacto positivo de reducir las emisiones, sino que también contribuyen a la captura de carbono atmosférico.
La adopción generalizada de estas prácticas sustentables, basadas en la optimización de recursos, la eficiencia de las nuevas tecnologías y la digitalización podría orientar hacia un futuro agrícola neutral en carbono. Sin embargo, alcanzar este objetivo implica una transformación significativa en la industria, que debe promover estas prácticas innovadoras que garantizan la sustentabilidad a largo plazo.
Hay numerosas iniciativas tendientes a este fin, una de ellas es el programa PRO Carbono de Bayer, lanzado por la empresa en Argentina en el 2021, cuyo objetivo central es lograr una agricultura carbono neutral. La iniciativa se enfoca en la implementación de prácticas regenerativas, como la siembra directa, la rotación de cultivos y la incorporación de cultivos de servicio. Busca aumentar la productividad de los cultivos, capturando más carbono y aportando biomasa al suelo. Cuatro impulsores específicos guían este enfoque: genética y biotecnología avanzada, agricultura digital para la precisión, la optimización de la fertilización y la protección de cultivos en base al monitoreo.
Para revertir el daño medioambiental es fundamental tomar como propia la lucha contra el cambio climático y adaptar formas de vida sustentable, dejando atrás los combustibles fósiles. También no dañar el medio ambiente con la tala indiscriminada de bosques o la contaminación del aire y del agua.
Como sociedad, es necesario plantearse qué se puede hacer para mitigar estos cambios degradantes para el ambiente. Desde lo individual, pensar en ejercer un consumo sustentable y evitar el derroche de agua, y también desde lo colectivo, con acciones concretas como regular y controlar los vuelcos de las industrias, hasta desarrollar programas de educación ambiental para generar conciencia en toda la población.
Así, este es un resumen de 10 acciones que los expertos coinciden que tienen impacto para evitar el calentamiento global y no superar los 1,5°C por encima de las temperaturas preindustriales, considerado por científicos como un punto de inflexión para el planeta.
- Reducir el consumo de energía: Apagar las luces y los electrodomésticos cuando no se están usando. Usar bombillas LED de bajo consumo y desconectar los cargadores de los dispositivos electrónicos cuando no se estén utilizando.
- Reducir el consumo de agua: Usar menos agua caliente y tomar duchas más cortas. Reparar las fugas de agua en el hogar.
- Reducir el uso de plásticos: Usar bolsas de tela reutilizables en lugar de bolsas de plástico. Usar botellas de agua reutilizables en lugar de botellas de plástico desechables.
- Reducir el uso de combustibles fósiles: Tomar el transporte público, caminar o andar en bicicleta en lugar de conducir un automóvil. Usar un automóvil eléctrico o híbrido, si es posible.
- Comprar productos locales: Comprar alimentos y otros productos locales para reducir la cantidad de energía necesaria para transportarlos.
- Reducir el consumo de carne: Comer menos carne y más verduras. La producción de carne es una de las principales causas de emisiones de gases de efecto invernadero.
- Plantar árboles: Los árboles absorben dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. Plantar árboles en el parque o participar en programas de reforestación.
- Reciclar: Reciclar papel, cartón, vidrio, plástico y otros materiales siempre que sea posible.
- Reducir el consumo de papel: Usar menos papel y reciclar el papel.
- Apoyar a organizaciones que luchan contra el cambio climático: Donar dinero o tiempo a organizaciones que trabajan para frenar el calentamiento global.
El objetivo primordial de conmemoración de este día es crear mayor conciencia sobre el grave peligro que representa el cambio climático para el medio ambiente y todos los seres vivientes. En igual proporción alertar sobre las severas consecuencias que directamente afecta cada año a las economías regionales por las pérdidas de cultivos o por la excesiva producción con fines lucrativos y que degradan los suelos a corto plazo.
Existen numerosas acciones humanas que son responsables del calentamiento terrestre, lo que debe obligar a que los Estados controlen, regulen y sancionen estas prácticas que año tras año se vienen practicando.
La constante desforestación de bosques y selvas han generado la pérdida de una gran variedad de flora y fauna vitales para el equilibrio medio ambiental y se traducen en el devenir de inundaciones repentinas, deslaves, desplome de montes que llegan a provocar la desaparición de los ecosistemas de las zonas habitadas.