(Desde COP28, Dubai).- El cuarto día de la cumbre de cambio climático en Dubai amaneció con niebla. La atiborrada entrada a la Expo City en donde se desarrollan las conversaciones permite sentir el calor sofocante del desierto aunque se acerque el invierno. ¿Podría ser una distopía del planeta futuro en el que las máximas térmicas cambien para siempre la vida de las personas? Es posible.
Así lo recuerda una representante de una ONG que hace de una enfermera que reanima un globo terráqueo inflable en el día que la convención le dedica a la salud y al cambio climático. Y las alarmas suenan: uno de cada 12 hospitales del mundo corre riesgo de tener que cerrar parcial o totalmente a finales de siglo debido a fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático, como pueden ser las olas de calor, las inundaciones, los huracanes o los incendios.
Esta proyección fue dada a conocer ayer aquí. Es la primera vez que una COP celebra el Día de la Salud y fue realizada por XDI, empresa especializada en medir riesgos climáticos: “Nuestro análisis muestra que sin una eliminación rápida de los combustibles fósiles, los riesgos para la salud global aumentarán aún más, ya que miles de hospitales serán incapaces de prestar servicios durante las crisis”, advirtió Karl Mallon, director de Ciencia y Tecnología la compañía.
Según XDI, la zona que presenta un mayor riesgo para el colapso hospitalario en un escenario de elevadas emisiones es el Sudeste Asiático, con 1 de cada 5 hospitales afectados. La mayoría de ellos ubicados en las áreas costeras y cercanas a ríos.
“Actualmente, las inundaciones fluviales y superficiales dominan el riesgo de daños a los hospitales. Hacia finales de siglo, las inundaciones costeras aumentan rápidamente (exacerbadas por el aumento del nivel del mar) y se convierten en el peligro más importante después de las inundaciones fluviales en 2100″, señala el informe.
El reporte aparece luego de que ayer 123 países firmaran la Declaración de Clima y Salud de la COP28, iniciativa que sitúa la salud en el centro de la acción climática y que reconoce que hay que reducir emisiones y contaminación para protegerla, aunque sin mencionar la necesidad de acabar con sus principales causantes, los combustibles fósiles.
A la declaración, impulsada por la presidencia de la cumbre en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, se sumaron potencias como Estados Unidos, la Unión Europea o Japón, pero no las dos naciones más pobladas del mundo: China e India.
Después de dos días frenéticos por la presencia de los líderes del mundo, el evento climático más importante del año, vuelve a mostrar eventos paralelos y a seguir de cerca las negociaciones del texto final, que se espera para el 12.
Entre los paneles e informes más destacados, están las conclusiones del Lancet Countdown en el que se subraya la necesidad de “una respuesta centrada en la salud en un mundo que se enfrenta a daños irreversibles”. Sin una mitigación profunda y rápida (es decir dejar de consumir carbón, petróleo y gas) que aborde las causas profundas del cambio climático y apoye los esfuerzos de adaptación, la salud de la humanidad está en grave peligro.
Algunos de los puntos más destacados de ese reporte, que analiza consecuencias sanitarias y económicas, son:
-Las muertes relacionadas con el calor de personas mayores de 65 años aumentaron un 85% entre 2000-2004 y 2018-2022, más del doble del aumento esperado si las temperaturas no hubieran cambiado.
-La pérdida de capacidad laboral relacionada con la exposición al calor se tradujo en una pérdida potencial media de ingresos equivalente a 863.000 millones de dólares en 2022. Los trabajadores agrícolas fueron los más afectados. En comparación con 1981-2010, la mayor frecuencia de días de olas de calor y meses de sequía se asoció con 127 millones más de personas que experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021.
-El potencial de transmisión del dengue por Aedes aegypti y A. albopictus aumentó un 28,6% y un 27,7% respectivamente, en comparación con la media de 1951-1960, y un 12,7% más de costa era apta para la transmisión de Vibrio en 2022 que en 1982-2010, poniendo en riesgo a una cifra récord de 1.400 millones de personas. Esta última cifra afecta especialmente a los países de América latina.
Antes de que comenzara esta reunión, un grupo de especialistas de la salud envió una carta al presidente de la COP28, Sultán Al Jaber, en la que le piden compromisos para avanzar en la acción climática. “Pedimos a la Presidencia y a los líderes de todos los países que se comprometan a una eliminación acelerada, justa y equitativa de los combustibles fósiles como vía decisiva hacia la salud para todos”, comienza la carta.
“Poner fin a nuestra peligrosa dependencia de los combustibles fósiles mejorará las perspectivas de salud de las generaciones futuras y salvará vidas. Mantener el aumento de la temperatura mundial dentro del objetivo de 1,5°C del Acuerdo de París es esencial para garantizar la buena salud y la prosperidad económica para todos”, agrega.
“Además de los impactos en la salud relacionados con el clima, la contaminación del aire causada en parte por la quema de combustibles fósiles causa 7 millones de muertes prematuras al año. Los costos económicos de los impactos en la salud relacionados con la contaminación del aire ascendieron a más de 8.100 millones de dólares, o el 6,1% del PBI mundial, en 2019”, detallan los expertos.
“Al mejorar la calidad del aire, los gobiernos pueden reducir la carga de morbilidad de múltiples tipos de cáncer, enfermedades del corazón, afecciones neurológicas, incluido el accidente cerebrovascular, y enfermedades respiratorias crónicas y agudas, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Las inversiones en fuentes de energía limpias ahorrarán cada año cientos de miles de millones de dólares en costes sanitarios asociados a la contaminación atmosférica, al tiempo que reducirán las pérdidas económicas derivadas de fenómenos meteorológicos extremos, con daños por valor de 253.000 millones de dólares (en 2021)”.