El cambio climático fue descripto por una comisión de The Lancet y el University College London como la mayor amenaza potencial mundial para la salud en el siglo XXI, con efectos negativos previstos sobre la salud mental, además de consecuencias sobre la salud física.
El cambio climático puede influir directamente en los resultados de salud mental al afectar la vida de las personas que experimentan un calor intenso y fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, incendios forestales, ciclones y huracanes. También aumenta la probabilidad de sequías prolongadas, inseguridad alimentaria, pérdida de hábitat, inundación y salinización de la tierra debido al aumento del nivel del mar, deforestación y migración forzada, todo lo cual aumenta el riesgo de una variedad de problemas de salud mental, incluida la depresión y ansiedad.
Todos estos ítems son los que los especialistas han profundizado en una nueva investigación que acaba de publicarse en The Lancet. En ella han confirmado que los eventos relacionados con el clima tienen un efecto negativo en la salud mental.
El estudio analizó el efecto del calor, la humedad y las inundaciones y las concordantes tasas de depresión y ansiedad en Bangladesh, el séptimo país más vulnerable del mundo al cambio climático. Se cree que un 4,4% de las personas en todo el mundo tienen depresión. En Bangladesh, esta cifra es considerablemente superior, ya que se eleva al 16,3%.
Los niveles de ansiedad en el país también fueron más altos (6%) en comparación con el resto del mundo (3,6%). Los investigadores dijeron que los hallazgos del estudio podrían usarse para reducir el efecto más amplio del cambio climático en la salud mental.
“A medida que el cambio climático empeora, las temperaturas y la humedad seguirán aumentando, al igual que los desastres naturales, como las inundaciones extremas, que presagian un impacto cada vez mayor en nuestra salud mental colectiva a nivel mundial”, indicó el autor principal del estudio, Syed Shabab Wahid, profesor asistente en el departamento de salud global de la Facultad de Salud de la Universidad de Georgetown.
Humedad y calor
El estudio midió las variables climáticas en 43 estaciones meteorológicas en Bangladesh en busca de cambios estacionales en la temperatura y la humedad, además de señalar dónde las personas estaban expuestas a inundaciones. Luego se realizaron dos encuestas en áreas rurales y urbanas para evaluar la depresión y la ansiedad en adultos. Estas mediciones revelaron que el calor, la humedad y los eventos relacionados con el clima tenían un efecto alarmante en la salud mental de los encuestados.
Se descubrió que las personas que experimentaron temperaturas un grado Celsius más altas tenían un 21% más de probabilidades de tener un trastorno de ansiedad. También tenían un 24% más de probabilidades de tener depresión y ansiedad juntas.
La investigación también encontró un vínculo entre el aumento de la humedad en el aire y una mayor probabilidad de que los participantes reportaran depresión y ansiedad. La exposición al empeoramiento de las inundaciones vinculadas al cambio climático aumentó las probabilidades de mala salud mental. La depresión aumentó en un 31%, la ansiedad en un 69% y la presencia de ambas condiciones en un 87%.
Los investigadores dicen que el estudio no es suficiente para ver el impacto del cambio climático importante, pero muestra cómo incluso las pequeñas modificaciones en el clima relacionados con el cambio climático pueden afectar la salud mental. Wahid indicó que ahora planean realizar más investigaciones en Bangladesh y trasladarlas a otros lugares del planeta para intentar trabajar en la “reducción de las causas y los efectos de los cambios climáticos en la salud mental”.
Los autores del estudio señalaron que los hallazgos son particularmente preocupantes para los países donde las personas están expuestas al calor a través del trabajo o las actividades diarias. Las mujeres, las poblaciones de mayor edad y las personas con discapacidad fueron detectadas como especialmente vulnerables a los impactos del cambio climático en la salud mental. “Esto debería servir como una advertencia para otras naciones”, concluyó Wahid.
De la investigación también participaron Wameq Azfar Raza, Iffat Mahmud y Brandon A. Kohrt.
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