Mientras la Organización Mundial de la Salud mantiene hoy su reunión para determinar si el aumento en los casos de viruela del mono en el mundo es preocupante y llega a categoría de emergencia sanitaria, la administración Biden en los Estados Unidos decidió no perder tiempo.
Según el último reporte oficial del gobierno, entregado el martes de este semana, en Estados Unidos hay 142 casos confirmados de la viruela del mono que se detectaron en 24 estados del país.
“Todos los estadounidenses deberían estar preocupados por los casos de varicela del mono. Por fortuna en este momento tenemos las herramientas necesarias para tratar los casos en el país”, decía a comienzos de semana el secretario de salud y servicios humanos a nivel federal, Xavier Becerra, mientras anunciaba un acuerdo con cinco laboratorios para expandir la producción de pruebas para detectar esta enfermedad.
Pero más allá de la capacidad de detectar la virueladel mono, lo que preocupa es la capacidad de tratarla. Por un lado, hay vacunas para prevenir el contagio o hacer los síntomas más leve, pero por otro lado el foco de la atención está puesto en los tratamientos antivirales que se administran cuando la persona ya contrajo la viruela del mono.
En particular existe un tratamiento, llamado tecovirimat, que es un antiviral eficaz contra la varicela del mono, que es desarrollado por un pequeño laboratorio: Siga. Los líderes de esta empresa han estado en constante contacto con la administración Biden.
En primera instancia, la administración Biden quiere comprar más tratamientos. Estados Unidos tiene una reserva de 1,7 millones de tratamientos en este momento, y semanas atrás el departamento de defensa invirtió 7,5 millones de dólares en la compra de nuevos tratamientos para el país. Canadá es el otro país que tiene almacenados tratamientos, 50 mil en su caso.
Pero si llegara a ser el caso de un contagio masivo, Estados Unidos quiere tener más tratamientos listos para usar. Por eso están negociando una compra aún mayor con Siga. El problema es que no es el único país buscando comprar. De hecho la empresa anunció esta mañana que tiene pedidos por 13 millones de dólares, de países de todo el mundo.
Hasta ahora, Siga tiene la capacidad de producir 360 mil tratamientos al año, lo que sería absolutamente insignificante para la demanda mundial. Ahí es donde la ayuda del gobierno estadounidense se vuelve fundamental. La autoridad de desarrollo e investigación biomédica avanzada del gobierno está desarrollando un plan para abrir nuevas plantas de producción de Siga en Estados Unidos que pudiera al menos cuadruplicar la capacidad de producción. Cada tratamiento se produce en cuatro etapas que toman cerca de un año.
“Trabajamos con ellos todas las semanas, mientras a su vez estamos desarrollando un tratamiento intravenoso para uso pediátrico que acaba de recibir aprobación”, indicaba a la prensa el CEO de Siga, Phillip Gómez.
El tecovirimat técnicamente está aprobado para el tratamiento de la viruela, pero tiene una aprobación abierta para otras enfermedades y como ha demostrado ser eficaz contra la viruela del mono, es que los médicos lo prescriben para esa enfermedad.
Se espera que en las próximas semanas se anuncien nuevas compras del gobierno de Estados Unidos de este medicamente así como la expansión de la fábrica.
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