En junio el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) comenzó a recibir mensajes sin sentido, pero curiosamente similares, de las autoridades agrícolas de varios estados: muchos ciudadanos en distintos puntos del país habían recibido semillas, que nunca habían ordenado, dentro paquetes enviados desde China. Mostaza, campanillas, col, rosas, romero: hasta el momento se han identificado 14 distintos tipos diferentes.
Con el paso de las semanas, el USDA llegó a recoger registros de los 50 estados del país, y en todos ellos se publicaron advertencias públicas sobre los misteriosos envíos: no comer las semillas, no sembrarlas, hacer la denuncia.
La noticia llegó a los medios y el caso tuvo repercusión global. Entonces las autoridades agrícolas de otros países se comunicaron con USDA: las semillas también habían llegado a Canadá, el Reino Unido y Australia. Los envíos se originaban mayoritariamente en China, pero también algunos decían provenir de Malasia, Uzbekistán, Emiratos Árabes Unidos y las Islas Salomón, informó The Wall Street Journal (WSJ).
Actualmente los cuatro países investigan el enigma, que solo se complicó cuando Estados Unidos solicitó información a China: Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores, dijo que los remitentes en las etiquetas del correo estatal chino que USDA había enviado como muestras eran falsos. Según CNN, Beijing también solicitó que el servicio postal estadounidense (USPS) regresara los paquetes a China para una pesquisa oficial. USPS no ha hecho declaraciones al respecto excepto que se encuentra “en consulta con otros organismos federales, estatales y locales”.
Si bien USDA está analizando muestras de semillas —podrían ser especies invasoras que amenazarán a la flora y los cultivos locales o introducir enfermedades o dañar al ganado, por ejemplo—, la agencia dijo que no tiene pruebas de que los paquetes sean algo más que una forma de scam llamada cepillado (brushing).
En su forma más simple consiste en que un vendedor crea cuentas falsas, pero con domicilios reales, en sitios de comercio electrónico minorista, para fingir ventas y así, a la vez, aumentar el volumen de su negocio y dejarse a sí mismo reseñas excelentes. La transacción queda registrada con un envío postal solo que, en lugar del producto por el cual se hicieron la compra y la reseña, se envía un sobre de semillas. Otras veces se hackean las cuentas de compradores reales y se les agregan numerosas operaciones, que no se cobran, pero permiten mostrar una actividad que hace que el vendedor suba en el ranking de los buscadores, de manera tal que sus artículos aparezcan entre los primeros de la lista de resultados. Otras veces se paga a las personas para que hagan compras y reseñas falsas.
El origen de este engaño es el sistema de jerarquización de los comerciantes en las plataformas masivas como Amazon, eBay, Etsy o Alibaba. Para ubicarse entre los mejores, un vendedor tiene que acumular operaciones y reseñas, y las reseñas sólo se pueden hacer sobre productos comprados y enviados.
La investigación de las semillas ocupa actualmente en los Estados Unidos a USDA, su Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (APHIS), la división de Aduana y Protección de Fronteras del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Agencia Federal de Investigaciones (FBI).
En una entrevista que le realizó NBC/WMBF de Myrtle Beach, canal de Carolina del Sur, la enfermera Angela McGirk contó su experiencia con la llegada de un paquete no solicitado: “Supuse que eran las semillas, había leído un artículo sobre las que llegaban de China. Pero este venía de Malasia. Estaba marcado como un juguete pequeño”. Al abrirlo, encontró en efecto las semillas; también una nota que las presentaba como un regalo y solicitaba una calificación de cinco estrellas.
McGirk había tratado de comprar otras semillas en el pasado en Amazon; la orden nunca le había llegado pero, evidentemente, sus datos fueron registrados. También varios de sus amigos tuvieron experiencias similares, agregó, y “todos ellos habían pedido semillas por Amazon hace poco”.
WMBF citó al comisionado de Agricultura de Kentucky, Ryan Quarls, quien dijo a la población de ese estado: “En este momento no tenemos información suficiente para saber si es un engaño, una broma, un scam de internet o un acto de bioterrorismo agrícola”. Sid Miller, su par en Texas, dijo a WSJ que ha publicado su cuenta de correo electrónico personal para que la gente que haya recibido las semillas se contacte con urgencia. Una mujer le envió una foto de una planta que estaba cultivando a partir de unos bulbos que habían llegado en un paquete similar y Miller le respondió de inmediato: “Debe quemar eso ya mismo”. Rick Pate, comisionado de Alabama, instruyó a un grupo de inspectores para que se dedicasen a remover de la tierra las semillas que hubieran sido plantadas.
En la última semana de julio la Agencia de Inspección de Alimentos de Canadá advirtió a la ciudadanía que no había que plantar esas semillas, y el Gobierno del Reino Unido anunció la investigación de paquetes de semillas entrados al país con una declaración de aduanas que los identificaba como “broches de aretes”. Una vocera del Departamento de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de Australia dijo a WSJ que se habían puesto en marcha una investigación sobre correos con semillas no solicitadas.
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