Con 21 años confirmó que su talento no tiene techo. En Tokio hizo historia y rompió un récord que ostentaba la leyenda internacional Michael Phelps. Es que el húngaro Kristof Milak dominó con autoridad en la final de los 200 metros mariposa para logra el primer título olímpico de su carrera, y escribir su nombre en la historia dorada del deporte mundial
Milak, vigente campeón del mundo y plusmarquista internacional, confirmó su hegemonía actual en esta distancia al nadar en 1 minuto, 51 segundos y 25 centésimas, superando al japonés Tomoru Honda (1:53.73) y al italiano Federico Burdisso (1:54.45), quienes se quedaron con las medallas de plata y bronce respectivamente.
El título de Milak era previsible desde que impresionó en el Mundial de Gwangju-2019, batiendo con apenas 19 años el récord del mundo de Michael Phelps (1:50.73). Tras la plusmarca mundial priva ahora a Phelps de otro récord, el olímpico de los 200 metros mariposa, que estaba vigente desde la edición de Pekín 2008.
El húngaro había comenzado tranquilamente su competición el lunes en las series (1:53.58), pero sobrevoló las semifinales el martes (1:52.22), sin dar además impresión de forzar la máquina. Por detrás, los jóvenes Tomoru Honda y Federico Burdisso, ambos de 19 años, consiguieron también las primeras medallas de sus respectivas carreras.
En este año 2021, tras meses con una preparación perturbada por la pandemia del covid-19, Milak demostró ya su buen momento al adjudicarse los títulos europeos de 200 m (1:51.10) y de 100 m mariposa (50.18).
Cabe señalar que el brasileño Leonardo De Deus fue el único nadador latinoamericano en la final olímpica de 200 m mariposa, donde terminó con un registro de 1:55.19, en sexto lugar entre los ocho competidores.
Por su parte, la australiana Ariarne Titmus, que el lunes ya había sido campeona en 400 m en estilo libre, consiguió el título olímpico de 200 m libre, por delante de la hongkonesa Siobhan Bernardette Haughey, quien se quedó con la plata, y de la canadiense Penny Oleksiak, que se llevó el bronce.
A 50 metros de la meta era tercera pero Titmus aceleró para terminar estableciendo un nuevo récord olímpico (1:53.50), mientras que la cinco veces campeona olímpica y defensora del título en esta distancia, la australiana Katie Ledecky, finalizó quinta (1:55.21).
Titmus ha ofrecido a la natación las carreras más espectaculares desde el inicio de los Juegos, especialmente por una finalización sin equivalente entre sus competidoras, pero sus éxitos en el Centro Acuático de Tokio no son una sorpresa.
La nadadora de Tasmania, instalada en Brisbane, superó ya a Ledecky en los 400 metros libre del Mundial de Gwangju-2019 y ostentaba antes de estos Juegos las dos mejores marcas del año en 200 y 400 m, acercándose además a ambos récords del mundo. Ahora, Ariarne Titmus partirá el jueves al asalto de los 800 metros, una distancia en la que Ledecky sí que parece claramente superior.
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