Es uno de los delanteros con mayor proyección de los últimos tiempos. Su capacidad técnica combinada a una potencia brutal lo llevaron a convertirse en una de las figuras más destacadas de Europa. Pero la intervención del Barcelona afectó su juego y sus producciones mermaron desde que se reinició la actividad en Italia.
Durante todo el parate, los medios internacionales insistieron sobre la posible llegada de Lautaro Martínez al club catalán. Cifras millonarias, la posibilidad de integrar una ofensiva con Messi, Luis Suárez y Griezmann o las aspiraciones de ganar la próxima Champions League representaron algunos carteles luminosos que encandilaron al bahiense.
Si bien nunca demostró un pésimo nivel, sus producciones no fueron las mismas en la nueva normalidad; y el técnico Antonio Conte decidió quitarle la titularidad para que su lugar sea ocupado por Alexis Sánchez.
Al contexto se le sumaron las constantes críticas de la prensa local, junto con los reproches de algunos fanáticos que reflejaban su indignación ante la posible salida del Toro.
Por lo tanto, cuando el ex Racing reemplazó al chileno a los 74 minutos y el marcador estaba 1 a 0 a favor del Nerazzurri (D’Ambrosio abrió el marcador), Lautaro Martínez se adueñó de la pelota en la mitad de la cancha y encaró hacia su única meta: el gol.
Luego de dominar con el pecho y recorrer varios metros con el dominio en sus pies, el Toro sorprendió con un derechazo rasante que dejó sin posibilidades a Meret: 2 a 0 y triunfo asegurado.
Lo que llamó la atención en el Giuseppe Meazza fue el festejo del goleador. Con su mano derecha elevada para que la vea todo el mundo, el argentino realizó el tradicional gesto que se interpreta como una dedicatoria especial para todos los que hablaron de él durante las últimas semanas.
El apoyo de Lukaku y el resto de los compañeros luego de la conquista remarcó la unión de un plantel que buscará terminar la Serie A como escolta de la Juventus. Para ello deberá evitar una derrota en la última fecha en su visita al Atalanta, que marcha tercero.
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