Cuando se habla de la natación Olímpica el primer nombre que aparece en escena es el de Michael Phelps. Sin embargo, antes de su leyenda, existía un atleta que durante mucho tiempo se estableció como referente en este deporte y principalmente del olimpismo. Mark Spitz escribió una de las mejores historias que se han dado en JJOO durante Múnich 1972.
El estadounidense nacido en Modesto California, Mark Andrew Spitz, tuvo su primer acercamiento con la natación desde muy temprana edad. Durante su niñez se crió en Hawái y a sus dos años ya tenia cierto dominio y capacidad para nadar gracias que su padre, Arnold, lo instruyó de a poco en esta disciplina.
Se integró a las filas del club YMCA y con nueve años cumplidos ya contaba con su propio entrenador. Sherm Chavoor. Su primer preparador lo llevó a pulir todas las cualidades y capacidades que Spitz había demostrado desde sus inicios en las albercas. Al igual que muchos de los atletas Olímpicos, su constancia en los entrenamientos era de admirarse y su mentalidad de superación la demostraba día con día en las practicas. A sus 11 años ya había roto 17 récords nacionales dentro de los competidores de su edad. Observando un gran potencial en él mismo, se inscribió en el Club de Natación Santa Clara.
Sus estudios los llevó a cabo en la Universidad de Indiana, dividiéndose entre las clases y sus entrenamientos. En su primera presentación en una escena de mayor escala, logró colgarse cinco medallas panamericanas, durante la competición continental que se disputó en Canadá el año 1967.
Con su primera justa Olímpica en la mira, Mark ya estaba convertido en dominador de la natación y esto lo llevó a declarar de manera arrogante que en los JJOO de México 1968 ganaría al menos seis medallas de oro. La inexperiencia en los juegos le pasó factura y su desempeño no fue el esperado, quedándose en tercer lugar en la competencia de 100 metros estilo libre y logrando la plata en el estilo mariposa. Aunque su participación fue decepcionante, consiguió ganar dos medallas de oro en las pruebas de relevos.
En el proceso rumbo a sus próximos juegos, Spitz consiguió mejorar aún más sus alcances y marcas dentro del agua. Durante los cuatro años siguientes fue campeón nacional cuatro veces y sumó a su palmarés dos títulos interuniversitarios. En las competencias en las que participó deslumbró a todos obteniendo siete récords del mundo.
Múnich 1972 se posicionaron como los juegos en los que el estadounidense hizo historia y enmarcó su nombre dentro del olimpismo. Spitz se ubicó en la primera posición en todas y cada una de las competencias en las que participó, en un lapso de únicamente ocho días. Ganó siete medallas de oro Olímpicas en las pruebas de 100 metros estilo libre, 200 metros estilo libre, 100 metros mariposa, 200 metros mariposa, relevo estilo libre 4 x 100 metros, relevo estilo libre 4 x 200 metros y relevo combinado de 4 x 100 metros. Además, estableció nuevos récords mundiales en todos esos triunfos, convirtiéndose en el primero en lograr esta hazaña.
Durante 36 años Spitz ostentó el récord de más medallas de oro ganadas en una sola edición de los Juegos Olímpicos. Para Pekín 2008, su compatriota Michael Phelps consiguió arrebatarle el puesto tras colgarse ocho metales dorados. Actualmente Mark se encuentra en la cuarta posición dentro del medallero Olímpico histórico.
Se retiró a los 22 años, el mismo año en que consiguió su hazaña en Múnich. Su carrera la culminó con cinco medallas de oro en Panamericanos, 11 preseas Olímpicas, 8 campeonatos universitarios y 26 récords mundiales en su haber. Un año antes, aún en activo, Spitz fue condecorado con el premio Sullivan Howard y con el premio de nadador del año en 1972.
En 1992 intentó hacer su regresó al escenario Olímpico durante las clasificatorias para los juegos en Barcelona, sin embargo no logró su pase a la justa y en ese momento puso punto final de manera definitiva a su paso por el deporte. Después de su retiro caminó sin mucho éxito por el mundo del espectáculo, para posteriormente empezar un negocio en las bienes raíces.
Spitz nunca escondió su afinidad hacia la religión judía y en varias ocasiones estuvo implicado en los Juegos Macabeos (competencia similar a los JJOO pero con participantes exclusivamente judíos). En 2005 se encargó de ser abanderado por parte de los Estados Unidos en la edición XVII de la competición.
Al día de hoy, Spitz reside en Los Ángeles, California, con su familia. Después de 49 años de su gran hazaña en los Olímpicos y en vísperas de Tokio 2020, su nombre aún sigue en lo más alto y es considerado como uno de los mejores atletas en la historia de las justas.
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