La justicia francesa ha reabierto una investigación por la denuncia de una antigua nadadora que afirma haber sido violada de forma repetida entre agosto de 2010 y octubre de 2013, cuando todavía era menor de edad, por un compañero de su mismo club, el AAS Sarcelles, publicó este lunes “L'Équipe”.
Diversos elementos novedosos aportados recientemente, sobre todo los testimonios de otros dos nadadores del equipo, han permitido retomar la investigación, que había sido archivada el pasado año después de la denuncia presentada el 2 de julio de 2018 por Julie Boursier, que tiene ahora 25 años.
Las presuntas agresiones sexuales ocurrieron, en particular, en las cabinas de los vestuarios comunes que utilizaban los miembros del club de Sarcelles, una ciudad al norte de París.
De acuerdo con lo que contó Boursier a la policía, el agresor -del que “L'Équipe” no desvela el nombre- forzaba la puerta, le impedía salir y la violaba en el interior pese a su resistencia. Le mordía los labios para que no hiciera ruido y no alertara a los otros nadadores.
“A veces, estaba tan cansada por el entrenamiento que no hacía nada. Esperaba que todo pasara. Tenía vergüenza”, relató ante los investigadores los episodios que sufrió cuando tenía solo 15 años.
También hubo agresiones en la piscina y en el propio domicilio de la joven nadadora, ya que su madre era vicepresidenta del AAS Sarcelles, y como tal incluso recibía en casa a algunos miembros.
La madre solo se enteró de la situación cuando su hija intentó suicidarse cortándose las venas a comienzos de 2017, y desde entonces la ha estado apoyando para que se establezcan responsabilidades.
En aquel entonces la joven nadadora había denunciado a un miembro del club frente a la estación de policía de Gonesse y, posteriormente, a principios del 2019 lo hizo ante la gendarmería francesa del pueblo de Montsoult: “Entre enero de 2011 y julio, vino a mi cabaña varias veces en la piscina de Sarcelles. forzaba la puerta, entraba y me bloqueaba. Me besaba por la fuerza y, no sé cómo, comenzaba a insertar sus dedos, casi siempre... Me sostenía contra las paredes”
Ni el club, el cual es uno de los más prestigiosos del país (con más de 1200 licencias), ni la federación francesa de natación se pronunciaron acerca del caso.
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