
El proyecto del vestido rojo, concebido por la artista británica Kirstie Macleod, es una plataforma artística colaborativa que ha permitido a individuos de todo el mundo, en su mayoría mujeres vulnerables y en situación de pobreza, contar sus historias a través del bordado. Desde 2009 hasta 2023, piezas del vestido rojo recorrieron el globo, siendo continuamente bordadas. Construida a partir de 87 piezas de seda burdeos dupion, la prenda ha sido trabajada por 367 mujeres y niñas, 11 hombres y niños, y 2 artistas no binarios de 51 países.
Los 141 bordadores involucrados recibieron un pago por su trabajo y una parte de las tarifas de las exhibiciones, venta de mercancía, y la oportunidad de vender sus obras a través de la tienda de Etsy del vestido rojo. El resto del bordado fue añadido por el público en diversos eventos y exposiciones.
Entre los bordadores se encuentran refugiadas palestinas, sirias y ucranianas, mujeres que buscan asilo en el Reino Unido provenientes de Irán, Irak, China, Nigeria y Namibia, así como sobrevivientes de guerra en Kosovo, Bosnia y Herzegovina, Ruanda y la República Democrática del Congo. También participaron mujeres pobres de Sudáfrica, México y Egipto, junto a individuos de Kenia, Japón, Turquía, Jamaica, Suecia, Perú, República Checa, Dubái, Afganistán, Australia, Argentina, Alemania, Suiza, Canadá, Tobago, Vietnam, Estonia, Estados Unidos, Rusia, Pakistán, Gales, Colombia e Inglaterra. Además, colaboraron estudiantes de Montenegro, Brasil, Malta, Singapur, Eritrea, Noruega, Polonia, Finlandia, Irlanda, Rumania y Hong Kong, junto a estudios de bordado de alta gama de India y Arabia Saudita.

Inicialmente, el proyecto pretendía generar un diálogo sobre la identidad a través del bordado, uniendo a personas de todo el mundo sin fronteras. Sin embargo, a lo largo de 14 años, el vestido se ha convertido también en una plataforma para la autoexpresión y una oportunidad para que las voces sean amplificadas y escuchadas.
Muchos de los bordadores son profesionales establecidos, pero también hay piezas creadas por personas que bordaban por primera vez. Se animó a los artistas a crear trabajos que expresaran sus propias identidades, añadiendo su experiencia cultural y tradicional. Algunos utilizaron estilos específicos de bordado practicados durante cientos de años en sus familias, aldeas o ciudades, mientras que otros eligieron puntadas simples para transmitir hechos relevantes de su pasado. Varias mujeres han reconstruido sus vidas mediante el bordado, utilizando esta habilidad o siendo capacitadas en bordado para ganarse su sustento de manera constante.
El vestido rojo ha sido exhibido en diversas galerías y museos alrededor del mundo, incluyendo la Galería Maeght en París, Art Dubai, el Museo de Arte Popular en Ciudad de México, la Biblioteca Nacional de Kosovo, el Centro de Artes del Sur de Vermont, el Museo Frick en Pittsburgh, el Museo Fuller Craft en Estados Unidos, el Museo Nacional del Puerto de Gales y el Museo de Moda y Textil de Londres. También se presentó en un evento en la Real Academia de Londres, y en la entrega de los Valcellina Textiles en Maniago, Italia, donde ganó el primer premio en 2015.
Cubierto por millones de puntadas, el vestido rojo pesa 6,8 kg. y está cargado tanto por las historias individuales y voces colectivas que esperan ser escuchadas a través el mensaje que transmiten los hilos y pedrería que adornan la prenda.

En adelante, además de continuar desarrollando una fuerte plataforma en línea, el vestido rojo viajará a diferentes galerías, museos y espacios de eventos alrededor del mundo, con el objetivo de ser accesible para todos. Kirstie Macleod espera llevar la prenda a visitar los países de todos los bordadores involucrados y exhibir el vestido rojo junto con sus propias obras en los lugares elegidos por ellos.
El apoyo práctico y logístico del proyecto fue proporcionado por diversas organizaciones benéficas y proyectos de desarrollo de autoayuda, empresas sociales e iniciativas varias como Manchester Aid for Kosovo apoyando a Sister Stitch en Kosovo, Kisany en Ruanda y la República Democrática del Congo, Missibaba en Sudáfrica, Kitzen en México, Al Badia en Líbano apoyando a refugiados palestinos, FanSina en Egipto, el Grupo de Apoyo para Mujeres Asiladas y Refugiadas en Swansea, Gales, White Ribbon Alliance en Reino Unido, y el Museo de la Infancia en Guerra en Bosnia y Herzegovina.
La inversión inicial para el proyecto fue proporcionada por el British Council Dubai en 2009, con financiamiento subsiguiente recibido del Arts Council Lottery Fund, tres embajadas británicas, Contemporary Middle East, el Centro de Artes del Sur de Vermont, el Museo Frick Pittsburgh, el Museo Fuller Craft, 441 individuos que aportaron en dos campañas de recaudación y donaciones privadas.
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