Este viernes 16 de diciembre, en medio de la primera Asamblea de Organizaciones Cocaleras del Catatumbo —que tuvo lugar en el municipio de El Tarra, departamento de Norte de Santander—, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, expuso una extraña hipótesis sobre la devaluación del peso colombiano frente a monedas como el dólar. Para él, este fenómeno se debe a la pérdida del monopolio de Colombia sobre el negocio de la cocaína.
El mandatario aseguró que el narcotráfico se ha modernizado y pasa desapercibido en el sistema financiero mundial, además de camuflarse en mercancías baratas para lavar sus ingresos. Además, como en otros países también hay personas dedicadas a ese delito, esos dólares se quedan en esos países y no se inyectan al país.
“¿Alguien se ha preguntado por qué se cayó el peso colombiano? El peso colombiano tuvo que caerse porque ya no entran dólares en la misma cantidad que antes. ¿De dónde venían los dólares que entraban a Colombia? De los del petróleo, sí, de los del carbón, sí. Pero también eran los de la cocaína. Si el peso colombiano se cayó, evidencia una realidad económica y es que los dólares de la cocaína ya no están entrando en Colombia. Se quedan en el camino: en Wall Street, New York, México, Tegucigalpa, Madrid, Bruselas, Luxemburgo, etcétera, etcétera, etcétera”, dijo el mandatario.
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Acto seguido, Petro aseguró que es indispensable hacer cambios en las políticas de sustitución de cultivos: por ejemplo, que a los campesinos se les permita cultivar la hoja de coca legalmente mientras obtienen las primeras cosechas del cultivo sustituto, para comprobar que les es rentable y funciona: “si funciona, ya no hay necesidad de lo otro”, indicó.
“Nos van a decir ‘ustedes, entonces, conviven con ese Satán’. No: convivimos con la realidad, porque tenemos que transformar la realidad, no simplemente cometer los errores del pasado en donde nos estrellamos una y otra vez ante las mismas realidades económicas”, manifestó el presidente.
Asimismo, sugirió que los funcionarios encargados de las políticas de sustitución de cultivos deberán trasladarse a los territorios para acompañar a los campesinos. “No pueden quedarse en Bogotá y vivir en Bogotá, donde no hay una sola mata de coca ni saben cómo es. Tienen que vivir aquí. Hay que cuidar a los campesinos, tienen que estar presentes en el territorio, ver si lo que estamos diciendo se puede ir volviendo realidad”, subrayó Petro.
Con respecto a los frutos de la sustitución de cultivos, el jefe de Estado habló de la necesidad de no quedarse en la extracción de materias primas y la economía individual —como, según él, “lo miran los yuppies neoliberales”—. En cambio, recomendó que los campesinos conformen cooperativas y se apropien del proceso de industrialización de esos frutos como colectivo y región.
“No es solamente plantar cacao para sacar sus frutos, sino que tiene que haber una chocolatería en manos de los productores del cacao en la misma región. Porque si no, los procesos de valorización no le van a llegar al campesinado”, señaló el presidente.
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