Jueza justifica su tono de voz al decir que grita “porque soy caleña y no soy una mojigata ni tolimense”

Otro caso de altanería se presentó este miércoles entre una jueza y un abogado en La Guajira. La togada aseguró que esa manera de hablar se debe a que es caleña

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Al parecer, escuchando los audios, el juicio se prolongó sobre el tiempo de trabajo, lo cual causó que la mujer acelerar su tono de voz para terminar lo más pronto posible. Situación que le refutó el abogado.
Al parecer, escuchando los audios, el juicio se prolongó sobre el tiempo de trabajo, lo cual causó que la mujer acelerar su tono de voz para terminar lo más pronto posible. Situación que le refutó el abogado.

En medio de una audiencia, la Juez Primera Penal Municipal de Fonseca con función de control de garantías, elevó el tono de voz incomodando al abogado que estaba escuchando sus argumentos.

El hecho quedó registrado en video. Allí se ve cómo el jurista, que está con el 50 % de la pantalla del video, le pidió a la jueza que disminuya el tono de voz; sin embargo, la respuesta de la mujer, en vez de calmar su tono airado, fue aumentarlo, hasta el punto que dice unas palabras que se podrían interpretar como discriminatorias.

“Déjeme gritar porque ese es mi tono de voz. Qué pena, pero yo hablo fuerte porque soy caleña, yo no soy mojigata ni tolimense (...) doctor, cállese que yo a usted no le he dado la palabra. Le dije que no me interrumpiera”, dijo la juez al abogado cuando le hizo el reclamo.

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El caso generó curiosidad después de que colegas y abogados compartieran el video que está esparcido por todas las redes sociales, haciéndose viral. El abogado le manifestó que “no me discrimine, que yo soy orgullo de ser tolimense”. Seguido a ello, la mujer siguió hablando como si lo que acababa de pasar no fuera importante.

Además, en otro vídeo, se aprecia que la mujer sigue dando apreciaciones descalificativas al abogado afirmando que el caso que él había escrito era una novela de enamorados.

El hombre se sale de casillas y le dice a la jueza: “a mí me respeta que yo no soy Gustavo Bolívar (...) yo no vengo a contar novelas y si la víctima se conecta y la jueza le hace un resumen porque tiene afán. ¿Ese es el resumen para que intervenga? ¡A mí me respeta que yo no escribo novelas!”.

Según fuentes judiciales de La W, se trataría de un suceso producido durante una audiencia contra un interno que se encuentra en Riohacha, La Guajira.

El estrés que viven los jueces de la República

El pasado 15 de septiembre de 2022, la Asociación Nacional de Funcionarios y Empleados de la Rama Judicial (Asonal Judicial), protestó ante las quejas de los funcionarios del sector en torno a denuncias de exceso de trabajo y obstrucción judicial, así como acoso en el lugar de trabajo, falta de conectividad en sedes judiciales y fuerte presión estadística, entre otros.

Actualmente, en el país hay cerca de 5.500 jueces. La idea del jefe de Estado es sumar 4.000 jueces más a la rama de la justicia. Algo que desde el sindicato ven como una medida primordial que debe realizar el nuevo Gobierno.

Sobre el aumento a la planta de la rama judicial, Juan Francisco Navarrete abogado penalista y procesalista de Navarrete Consultores, indicó: “Hay un déficit de funcionarios judiciales que es inmenso, que seguramente está por encima del 70 % de lo que se requiere actualmente para prestar el servicio de justicia en el país. El paro, sinceramente, se convierte en una herramienta necesaria para que la rama judicial reciba la atención que se merece y se vea beneficiada en la Reforma a la Justicia”.

Por otro lado, un informe de la Procuraduría concluyó que, “a futuro, muchos operadores de justicia estarán expuestos a procesos de somatización y enfermedad, si no se pone como prioridad la salud mental de los funcionarios”.

Según información de El Tiempo, investigadores del Instituto de Estudios del Ministerio Público (IEMP) entrevistaron a otros 34 funcionarios para saber sus reacciones cuando iban a efectuar un juicio y encontraron que el 86 % de ellos tenía un nivel de estrés alto y en algunos se manifestaba con estados de ansiedad.

Al final, los investigadores señalaron: “Cabe, entonces, preguntarse qué cosa se podría hacer para evitar operarios de justicia con perfiles impulsivos, antisociales e incluso psicópatas, personas que por sus estados alterados de conciencia no contemplan con objetividad los casos que están conduciendo”.

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