Una buena población que ronda los 31 años ya debería tener una vida organizada, un trabajo estable y estar planeando la compra de una vivienda, un carro o estar planeando sus próximas vacaciones, según dictan los preceptos sociales. El caso de Mayra Alejandra Ardila es una excepción entre pocas, ya que pasó de atender la barra de un bar a facturar más de $40 millones de pesos.
Male Ardila, como es conocida por sus seguidores, es abogada, pero no ha ejercido su profesión, y pasó a convertirse en uno de los íconos de la vida saludable en Colombia gracias a sus publicaciones en redes sociales con recomendaciones de recetas y fórmulas de suplementos alimenticios, tiendas saludables y también incursionó en la publicidad.
Entre 2010 y 2012, Mayra se dedicaba a trabajar temporalmente en los Estados Unidos cuando pasó por su cabeza la idea de emprender con la compra de suplementos saludables y traerlos a Colombia para comercializarlos, pues en el país era bastante costosos y ya dejaban rentabilidad, conforme a las declaraciones entregadas por la empresaria a El Tiempo.
La emprendedora recordó para el medio de comunicación que ese fue el primer acercamiento que tuvo con el mundo fitness. Sin embargo, el tiempo de permanencia en los Estados Unidos terminó y la joven en ese momento debió regresar a Colombia para continuar sus estudios en Derecho, pero el dinero no alcanzaba, a pesar de la ayuda que recibía de su mamá.
En ese momento vio como opción trabajar de bartender en un establecimiento nocturno, por el salario mínimo de la época que rondaba los 650.000 pesos. Su vida trascendía entre llegar al lugar a las 7 de la noche, salir a las 4 de la mañana y alistarse para tomar rumbo a la universidad.
Aunque no se veía como abogada, Male decidió terminar la carrera por respeto a su mamá y como plan B, siempre tuvo en su cabeza hacer crecer ‘El mordisco fit’, nombre que le dio a su emprendimiento. Gracias al primer acercamiento que ya había tenido con el mundo fitness, comenzó a hacer ejercicio, a leer sobre las reacciones del cuerpo a los ejercicios y suplementos que vendía.
Como influenciadora comenzó a dejar evidencia de los resultados en su cuenta de Instagram, motivando a las personas que la seguían y aumentando las ventas de sus suplementos. Para 2014 fue contactada por una joven mexicana, que se convirtió en la primera asesoría que ofreció y esto dijo para El Tiempo:
“Yo nunca había hecho una asesoría, no sabía cómo cobrar ni cuánto podría valer, cobré como 120.000 pesos al mes”, explicó Male.
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Recordó que esa asesoría que brindó se convirtió en todo un éxito, pues, aunque creía en su modelo de negocio, la persona que la contactó bajó de peso en pocas semanas y compartió sus resultados en redes sociales y Mayra comenzó a recibir más mensajes desde el país azteca. Para ese momento, la emprendedora tenía 3.500 seguidores y ahora supera los 230.000.
“Al principio solo les mandaba una hoja en word, pero todas tuvieron mucho éxito en sus asesorías y comencé a mostrar los resultados de ellas en Instagram e iba contando que estaba estudiando en Estados Unidos y eso le daba más categoría a lo que hacía”, dijo la empresaria a El Tiempo.
A medida que iba notando que sus asesorías aumentaron, debió comenzar a trabajar con cupos cerrados y algunos debía dejarlos en lista de espera. Adicionalmente, en los primeros cuatro años de trabajo fue secretaria, gerente y operario.
Fue duramente criticada por la “dieta flexible” que realizaba, pero el obstáculo más grande que encontró en el camino fue el machismo, ya que en ese momento era un trabajo considerado solamente para hombres. Tanto en gimnasios y en redes sociales los comentarios eran destructivos.
“La autenticidad de llevar una dieta flexible y yo autoproclamarme como la de la dieta flexible es mi punto diferenciador, eso me llevó al éxito y sigo defendiendo la dieta flexible a capa y espada. Claro, uno duda muchas veces, pero el mismo cuerpo le dice a uno que lo va a lograr”, dijo para el medio de comunicación.
La pandemia fue el impulso que necesitó para continuar con su trabajo, ya que llegó a vender en promedio 100 trimestres de asesorías lo que le significó más de $50 millones de pesos en ganancias. Su tienda de suplementos pasó de ser un pequeño local a una tienda cinco veces más grande en el sector del Prado en Bucaramanga y recientemente abrió una en Medellín.
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