La Segura narró los difíciles momentos que atravesó por su enfermedad: “Pensé en atentar contra mi vida”

La influenciadora compartió un crudo y doloroso testimonio con sus seguidores de una difícil situación que afrontó a causa de un grave quebranto de salud

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Natalia Segura Mena, la creadora de contenido conocida como ‘La Segura’, publicó en sus redes sociales un video muy personal en el que compartió con sus seguidores el momento más difícil que ha tenido que afrontar en su vida, en el que pensó incluso atentar contra sí misma, pero que, según ella, Dios la ayudó a superar.

La influenciadora contó a través de un extenso video, que describió como diferentes a los demás que comparte en sus redes sociales, que hace nueve años recibió dos disparos que le cortaron completamente la movilidad de sus piernas y estuvo varios meses en silla de ruedas a causa de esa situación.

Una situación que vivió también durante el año pasado, pero esta vez por una causa que no se ha podido determinar, aunque señala que está un 90 % segura de que fue generada por los biopolímeros que tenía en sus glúteos. Fue tal la afectación a su salud que su familia y muchos de sus proyectos estuvieron a punto de irse a bajo.

Estuve siete meses donde el dolor no cesaba”, señaló La Segura en su video en el que agradeció que contaba con los recursos para pagar exámenes y especialistas, pero sobre el final de la enfermedad, ya estaba pensando vender su camioneta y devolverse a Cali, porque la situación se había vuelto insostenible para ella y su familia.

“Me daba miedo tomar agua hasta para ir al baño para no sentir dolor, a mí las medicinas incluso intravenosas eran poco lo que sentía. Me resumí a esta cama, a mi cama de Cali, me decían que era una cosa, la otra, que los biopolímeros”, pero las diferentes intervenciones no lograban dar con la causa.

Fuera de esa situación en un momento se intoxicó y estuvo hospitalizada, en ese momento las piernas se le pusieron tiesas por una espasticidad que sufre desde los disparos, pero que nunca se había presentado tan fuerte en su vida. El dolor se incrementó, no podía moverse, tenía que salir acostada en el carro y permanecer en esa posición todo el tiempo.

“Caí en una depresión muy fuerte. Un día no paré de llorar. Lloraba todos los días. Pero ese día toqué el hoyo negro, tanto que mi mamá vio en mis ojos lo que yo quería hacer. Recuerdo que salí de mi habitación, iba caminando hacia afuera, como hacia mi cama, vuelta nada y mi mamá me miró y me dijo: Por favor no lo vayas a hacer, yo lo veo en tus ojos, sé que estás en en ese fondo. No lo vas a hacer porque destruís a toda una familia”, contó La Segura.

Según contó a sus seguidores, profundamente conmovida por los recuerdos de esa situación extrema, fue la segunda vez que pensó atentar contra su vida. “Porque dije que yo no iba a vivir toda mi vida derrotada por un dolor tan horrible como el que yo estaba sintiendo”.

Sus pensamientos en su familia, en las personas que podrían verse afectadas por esa decisión y por quienes pudieran seguir sus pasos, se detuvo. Fue tiempo después que se dio cuenta que ese día la habían llevado a un psiquíatra que le recetó medicinas contra la depresión y le permitieron tranquilizarse, pero de lo que ella no recordaba mucho.

Cuando sientan que tienen depresión muy fuerte es muy importante que busquen ayuda, porque la depresión es una enfermedad”, sostuvo a modo de reflexión con sus seguidores.

Pese a que estaba más calmada, el dolor no mermaba. Sus amigos, para darle ánimo, la invitaron a una reunión con su madre, en la que Segura estuvo acostada en un mueble. Su mamá tomó algunos vinos, pero por falta de costumbre, se pasó de tragos y en ese estado descargó su rabia contra Dios.

Ese acto fue un punto de inflexión para la familia. La Segura vio a su mamá destrozada por su situación y decidió volver a rezar con más fuerza, decidió dejar de estar enojada con su fe, según contó; y una noche, en Semana Santa, fue hasta su nochero, sacó libros de oraciones y una Biblia y en medio de uno titulado “Su princesa”, encontró una carta que nunca había visto y no sabe quién la escribió, pero tampoco le interesa.

Dos días después la llevaron a hacer un “bloqueo”, aplicar una inyección, y una noche, sobre el final de la semana mayor, se levantó a orinar y cuando se puso de pie ya no sintió más dolor. Volvió a intentarlo para confirmar que estaba curada y despertó a su familia en celebración.

Ese fue el testimonio de la creadora de contenido, que logró recuperarse de una situación de salud gracias a lo que atribuye como su fe.

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