El informe señala que durante el año 2020 en el planeta aumentó la mortalidad casi en un 30%, si se compara desde el 2015 al 2019. De hecho, en julio y agosto fueron los meses con mayor número de fallecimientos, claramente, las cifras están directamente vinculadas por los contagios de COVID 19. Pero, si se retiran las victimas por este virus, en Colombia murieron 298.558 personas, lo que significa un aumento del 4% aproximadamente.
“Aunque resultaría intuitivo pensar que el exceso de mortalidad está completamente ligado al volumen de personas que fallecieron debido al virus SARS-CoV-2, no se puede dejar de lado que la afectación en las dinámicas de la prestación de los servicios de salud, los cambios de exposición a riesgos derivados de las cuarentenas y las restricciones a la movilidad han impactado de manera diferencial el perfil de mortalidad en el país, aumentando los resultados negativos sobre algunas patologías”,
el análisis agrega, un reporte por patología y morbilidad, el cual contempla: enfermedades infecciosas y parasitarias como las infecciones agudas de vías superiores e inferiores, sin incluir la covid-19, enfermedad diarreica aguda, malaria, VIH, hepatitis B y tuberculosis.
También se analizaron enfermedades crónicas no transmisibles, por ejemplo: cáncer, tumores malignos de mama, tumores malignos de órganos reproductores femeninos, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal crónica y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc). Incluso, se tuvieron en cuenta aspectos en la salud materno-infantil y la mortalidad en estos casos, mortalidad en la niñez, desnutrición, e infecciones respiratorias de las vías superiores, en esta población.
En el caso de las enfermedades de “comportamiento estacional”, como las infecciones de las vías respiratorias y la enfermedad diarreica aguda, las atenciones médicas disminuyeron en comparación con el año 2019, al igual que los casos de mortalidad de las mismas. Esto puede atribuírsele al uso del tapabocas, el lavado de manos, el distanciamiento social e incluso, la cotidianidad virtual.
En el caso de la Hepatitis C y la Tuberculosis, se reporta una disminución en las consultas, debido a que son pacientes con modalidad de atención externa programada. Mientras que para el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), las consultas aumentaron, también, los casos positivos de infección. No obstante, la mortalidad de estas patologías ha disminuido.
En la salud materno-infantil se incrementaron los casos tanto de morbilidad y mortalidad, causado por falta de controles o consultas externas, lo que impidió la detección temprana de problemas de salud que llevó a desenlaces fatales. Así mismo, las Infecciones Respiratorias Agudas y Enfermedades Diarreicas Agudas en niños menores de cinco años, también aumentaron los casos de morbilidad y mortalidad. Las cifras aumentaron después de la reapertura, principalmente en poblaciones de pobreza y/o vulnerabilidad social.
El informe señala que todos los tipos de cáncer, particularmente el de mama, también tuvieron un aumento de los casos positivos y de fallecimientos, las cifras muestran “un crecimiento permanente”. Los eventos crónicos como “enfermedades con alto riesgo de mortalidad y tratamiento intrahospitalario como: cáncer, enfermedad renal crónica y enfermedades cardiovasculares”, mantuvieron los niveles registrados desde antes de la pandemia.
“Por otro lado, para las patologías de menor riesgo de mortalidad y con tratamiento ambulatorio como la Hipertensión arterial y la Diabetes mellitus se presentó un incremento de la mortalidad por desarrollo de complicaciones derivadas, como el infarto agudo del miocardio, en donde se presume que las medidas de contención de la pandemia incidieron en un menor acceso oportuno a los controles de prevención específicos y a la continuidad en el tratamiento farmacológico indicado”,
concluye el informe.
Otro hallazgo importante, a modo de autocrítica, es que el incremento de mortalidad materna y por enfermedades crónicas hizo visible la limitada implementación de medios remotos para la atención en salud, los cuales no garantizan el acceso efectivo a servicios primarios, provocando el desarrollo masivo de complicaciones “altamente prevenibles”.
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