Este 23 de octubre se dio la captura en el departamento de Antioquia de uno de los hombre más buscado de Colombia, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, el máximo cabecilla del Clan del Golfo. Por un lado, el Gobierno Nacional ofrecían hasta 3 mil millones de pesos por información que permitiera su ubicación y captura; y por el otro, el Gobierno de Estados Unidos ofrecía 5 millones de dólares por la misma causa.
Finalmente todo terminó en un operativo con más de 300 uniformados en 22 helicópteros, que se movilizaron entre 5 o 6 kilómetros sobre el Urabá antioqueño, especialmente entre Turbo y Necoclí. Los uniformados, encontraron al sujeto solo, hacia las tres de la tarde, escondido en un matorral.
Su búsqueda comenzó desde el 2015, cuando fue declarado el narcotraficante más peligroso de Colombia. En ese entonces las autoridades colombianas desplegaron un operativo en el que participaban unos 1.200 efectivos pertenecientes a los grupos élite mejor preparados del país por el municipio de Turbo, sin embargo, el sujeto logró escapar tras una balacera que dejó cuatro de sus hombres muertos.
Pese a que ya no había ningún humano en la vivienda a los uniformados les llamó la atención los ladridos de un perro, que parecía estar alterado por los disparos. En es momento, cuando el animal se calmó los llevó hasta las orillas del río, pero ya el hombre había logrado irse sin dejar rastro.
De cuerdo con una investigación de inteligencia, el perro llegó a las manos del narcotraficante, luego de que uno de sus subalterno y familiar, conocido como alias oveja, viajará a Medellín y comprará el animal. Según la BBC, con el fin de que el perro le avisará cuando había algún desconocido cerca para podrá estar alerta y huir, sí se trataba de las autoridades.
De acuerdo con la Revista Semana, las autoridades decidieron adoptar al noble sabueso llamado Oto, de esta forma se decidió que sería entrenado en búsqueda de personas pasivas durante un largo tiempo. Donde le enseñaron que si lograba encontrar a las “personas desaparecidas” tendría una gran recompensa.
Tiempo después, la policía decidió integrarlo al grupo de servicio aéreo y posteriormente, a la operación Agamenón, la campaña militar y policial lanzada hace 6 años atrás, para tratar de neutralizar al Clan del Golfo y capturar a su máximo jefe, Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel”, uno de los hombres más buscados del país y que este 23 de octubre del 2021, logró su principal objetivo mediante la operación Osiris.
De acuerdo con el mayor general Luis Fernando Navarro, jefe de las Fuerzas Militares de Colombia, la Operación Osiris tuvo varias fases y cambios de ritmo. Explicó que la idea era quitarle el esquema de seguridad a Otoniel e inducirlo a cometer errores que finalmente llevó a su captura.
“El 15 de octubre a las ocho de la noche en una guarnición de Bogotá nos reunimos con los oficiales de inteligencia de la Policía y con los oficiales de planeamiento de operaciones especiales de las Fuerzas Militares y de la Policía y es cuando se decide darle otro salto a esta estratégica”, señaló Navarro.
Finalmente cuando vieron que ya había logrado debilitar el anillo de seguridad se decidió este viernes 22 de octubre lanzar la parte final de la Operación Osiris en la madrugada del sábado.
“Más de quinientos hombres de fuerzas especiales del Ejército, hombres de Infantería de Marina bloqueando los corredores fluviales, la Fuerza Aérea dándonos toda la cobertura con sus plataformas de inteligencia y moviendo tropas de diferentes zonas del país, veintidós helicópteros de la Fuerza Pública e insertamos tropas en varios sitios”, sostuvo el comandante de las Fuerzas Militares y agregó que “El bandido nunca tuvo oportunidad de encontrarse con sus redes de apoyo nunca tuvo oportunidad de salir del área porque nuestros comandos estaban todos ubicados de manera estratégica”.
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