Continúan los tributos en memoria de Lucas Villa. Este jueves 13 de mayo, el viaducto César Gaviria de Pereira se convirtió, nuevamente, en un escenario de peregrinación para recordar al líder estudiantil, quien recibió en este escenario ocho disparos el pasado 5 de mayo, falleciendo finalmente hace dos días.
La convocatoria de hoy la hicieron sus familiares y amigos, quienes citaron a toda la ciudadanía a participar desde las 8 de la mañana en una gran movilización, desde el punto en el que fue atacado, hasta la Universidad Tecnológica de Pereira, donde se hizo una primera velación de sus restos antes de ingresarlos en cámara ardiente.
Según le contó esta mañana Martha de Salas, tía de Villa, al sistema informativo de RCN Radio, al igual que la vivida el pasado 12 de mayo, esta manifestación contó con la presencia de músicos, bailarines, artistas, en una gran muestra cultural, como asegura que le hubiera gustado al joven marchante.
“Mi sobrino estará en cámara ardiente en la Universidad Tecnológica de Pereira más o menos entre las 12 del mediodía y las 2 de la tarde; en el sitio se van a conservar todas las medidas de bioseguridad y la entrada va a ser abierta, pero controlada, las personas no podrán permanecer en el recinto más de 15 minutos”, explicó la familiar a esa emisora.
Fue allí, junto al féretro, y tras un minuto de silencio, donde el rector de la institución, Luis Fernando Gaviria, presidió un grado póstumo, entregándole a Mauricio Villa, papá de Lucas, su diploma de profesional en Ciencias del Deporte y la Recreación, pues tenía aprobado el 77 por ciento de los créditos académicos previstos para ese programa.
“Me has dado el momento más triste de mi vida. Pero como siempre, dentro del equilibrio del universo, me has dado también el momento más alegre de mi vida. Soy el papá más orgulloso de esta tierra, felicidades hermano”, dijo Mauricio entre lágrimas.
De igual manera, varios allegados del joven aprovecharon para ofrecer algunas palabras. Entre ellos estuvo Mauricio Gallo, profesor de Villa, quien manifestó que, “Lucas era un hombre muy común. Era una persona muy tranquila, relajada. Su principal característica era la alegría y la coherencia”. A su turno otro de los maestros, Gustavo Moreno, resaltó el legado del estudiante, quien “de su mochila siempre sacó lo mejor para compartir y coexistir en comunidad. Dejas una huella”.
También habló Patricia Granada, decana de la facultad de Ciencias de la Salud a la que está adscrito el programa de Ciencias del Deporte y la Recreación que cursaba Villa. “Es desde el corazón como podemos transformar en paz, en amor, en reconciliación todo aquello que nos divide los unos a los otros”, dijo.
“Él era muy desconcertante, pero lo que más me desconcierta no es todo lo que me ha dicho y que aún no he entendido, o su amor por las cosas diferentes, o cómo sacaba energía para nunca parar. Lo que más me desconcierta es el hecho de que no podré verlo o escucharlo más haciendo cosas desconcertantes, que siempre fueron nuestro deleite y fuente de crecimiento. Yo soy mejor persona hoy gracias al ejemplo Lucas. En estos tiempos tan cargados de odio y resentimiento, recuerdo a Lucas y suelto todo ese odio y me dejo llenar de tolerancia y de amor, así encuentro paz”, expresó una de las compañeras de sus compañeras de carrera, quien lo describió como un pacifista y una persona llena de amor y de paciencia.
Tras dos horas en cámara ardiente, las cenizas del estudiante fueron trasladados hasta el parque cementerio La Ofrenda, en donde se celebró una masiva misa final.
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