Ante la negativa de algunos ciudadanos en Cartagena para aplicarse la vacuna de AstraZeneca por posibles efectos adversos, el Gobierno nacional volvió a pronunciarse en favor del biológico producido por la alianza entre el laboratorio británico y la Universidad de Oxford. Para ello, las autoridades nacionales se basaron en los argumentos ofrecidos recientemente por la Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Agencia Europea de Medicamentos.
El encargado de hablar del tema fue Julio César Aldana, director general del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima; entidad que le dio la autorización de uso de emergencia a dicho biológico contra el covid-19 el pasado 23 de febrero, dando pie a la llegada a territorio nacional de un primer cargamento de 244.800 del mismo, enviadas por el mecanismo Covax, el pasado 20 de marzo.
“Todas estas autorizaciones en el mundo, en todas las agencias sanitarias, las de referencia incluso, son condicionadas y temporales, porque son vacunas que están en fase tres de investigación”, explicó el funcionario. Esa temporalidad, agregó, se debe a que los biológicos pasan de ser utilizadas en miles de personas en ambientes controlados a aplicarse a millones de habitantes de un país, por lo que se requiere un riguroso proceso de examen de comportamiento, bajo órdenes de la OMS.
No obstante, confesó Aldana, “todos los medicamentos, absolutamente todos los medicamentos incluyendo los biológicos como las vacunas, tienen efectos adversos. Ningún medicamento esta exento de esos efectos”, por lo que hizo un llamado a no entrar en estado de alerta por los descubrimientos que rodean a la fórmula de AstraZeneca.
De acuerdo con sus argumentos, en el mundo se han utilizado por lo menos 25 millones del biológico británico en aproximadamente 100 países, incluyendo los miembros de la Unión Europea y, por su puesto, el Reino Unido. En estos, se han identificado concretamente 86 casos de trombos, es decir coágulos en la sangre asociados a recuentos bajos de plaquetas.
Ello resultó en la apertura de un estudio “muy riguroso”, que tenía por objeto hallar evidencias científicas de algún nexo de causalidad entre el uso de la vacuna y los trombos. El mismo, agregó el director, encontró que efectivamente sí hay relación entre ambas cosas, determinando que la incidencia es de 1.2 casos por cada millón de personas a los que se les ha aplicado el biológico.
Para contrastar, Aldana citó que “la Sociedad Española de Medicina interna incluso hizo un estudio donde la cifra es un caso por cada millón. También se definió que la incidencia de estos episodios tromboembólicos en personas que no han utilizado la vacuna es de 116 por 100.000 habitantes, es mucho mayor”.
En ese sentido, el director del Invima se sumó al concepto emitido por la OMS y la Agencia Europea de Medicamentos, según el cual, “son mayores los beneficios que los riesgos que hay sobre estos eventos, adversos, que ellos definen como rarísimos”, por lo que no se limitará el uso de la vacuna.
“De tal manera que Colombia, como las agencias sanitarias del resto de las Américas, muy seguramente permitirá, continuará permitiendo que se utilicen estas vacunas en el marco de los planes de vacunación que adelantan los gobiernos y sugerirá a la empresa farmacéutica que añada esta información sobre los eventuales efectos adversos”, concluyó el funcionario.
No sobra mencionar que otros países, como Canadá, Italia, España, Bélgica, Inglaterra y los Países Bajos ya anunciaron o ratificaron las restricciones para el biológico, llamando en la mayoría de los casos a que este sea aplicado únicamente a adultos mayores de 60 años.
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