Cerca de 4,7 millones de personas en Colombia tienen un plan voluntario de salud, de acuerdo con los resultados preliminares de un estudio adelantando por la Federación de Aseguradores Colombianos, Fasecolda, y la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, Acemi, en conjunto con el Centro de Estudios en Protección Social y Economía de la Salud, Proesa.
Según el documento emitido por la primera de esas agremiaciones, dicha cantidad de colombianos representa un 0,6 por ciento del producto interno bruto colombiano (PIB), y al menos un 8,2 por ciento del gasto en salud del país. Cifras nada despreciables en un contexto de pandemia, en el que dicho rubro se ha convertido en una prioridad de orden nacional.
Después de todo, y como explican las entidades, durante la emergencia sanitaria por covid-19, estos planes han permitido a los colombianos acceder a los servicios de salud a través de telemedicina y canales exclusivos para la atención médica telefónica. Valga recordar que, en el país se registraron durante el último año un total de 101.249.764 consultas de telesalud, pasando de un millón citas virtuales mensuales hacia marzo de 2020, a poco más de 10 millones cada mes durante los últimos seis.
En palabras de Mario Cruz, director de las Cámaras de Seguridad Social, Vida y Personas de Fasecolda, “el sistema de salud en Colombia ha mostrado su valor durante la pandemia. La articulación de actores públicos y privados en torno al aseguramiento es un elemento fundamental de este éxito”.
Ello queda demostrado con otras cifras reveladas por el estudio, como el hecho de que los planes de medicina prepagada son los más escogidos por los colombianos, con el 57 por ciento del mercado de planes voluntarios, seguidos por las pólizas de salud, que representan el 27 por ciento de esa torta; y los planes complementarios y de ambulancias prepagadas que tienen una participación del 16 por ciento.
De hecho, las agremiaciones aseguran que, se trata de una tendencia al alza en Colombia, pues en los últimos diez años, el número de personas afiliadas a este tipo de servicios en el país se ha duplicado. De acuerdo con Cruz, “esto obedece al valor que las familias y algunas compañías encuentran en este tipo de productos”.
Lo anterior, de cuenta de beneficios como el hecho de que permiten deducir de la retención en la fuente hasta 580.000 pesos mensuales y le generan ahorros al sistema obligatorio equivalentes a un 32,6 por ciento de la prima que el Estado reconoce a las EPS, con lo que, a nivel de agregado, le ahorran cerca de 462.000 millones de pesos al año al sistema de salud.
También se ve reflejado, asegura Fasecolda, en la salud de los colombianos, pues en promedio una persona con un plan voluntario de salud acude 11,6 veces al sistema al año; mientras que quien no lo tiene asiste 20 veces.
A pesar de ello, los autores del estudio argumentan que dicho sector todavía tiene oportunidad de crecer en el país. “Con el 0,6 por ciento del ingreso nacional, el gasto en aseguramiento privado en Colombia es similar al de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE. El gasto es mucho más alto en países como Brasil 2,9 por ciento y Suráfrica 4,0 por ciento”.
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