La vacunación contra el COVID-19 será “el reto de salud pública más grande” que ha visto el país

Según Fernando Ruiz, ministro de Salud, las condiciones geográficas de Colombia, la dificultad para contactar a personas en regiones alejadas para la segunda dosis y la incertidumbre en la cantidad de vacunas, suponen amplios retos técnicos para las autoridades.

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FOTO DE ARCHIVO. Un trabajador de la salud llena una jeringa con la vacuna Sputnik V (Gam-COVID-Vac) mientras se prepara para inyectar a un miembro del servicio militar ruso en una clínica de la ciudad de Rostov-On-Don, Rusia, el 22 de diciembre de 2020.  REUTERS/Sergey Pivovarov/Foto de archivo
FOTO DE ARCHIVO. Un trabajador de la salud llena una jeringa con la vacuna Sputnik V (Gam-COVID-Vac) mientras se prepara para inyectar a un miembro del servicio militar ruso en una clínica de la ciudad de Rostov-On-Don, Rusia, el 22 de diciembre de 2020. REUTERS/Sergey Pivovarov/Foto de archivo

El ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz, contestó en la noche del 12 de enero, algunas de las dudas de las diferentes autoridades colombianas —Procuraduría y Contraloría— con respecto a la llegada de las vacunas contra el covid-19 en Colombia.

Después de recordar que 29 millones de colombianos tienen acceso garantizado a los biológicos, 10 millones a través del mecanismo COVAX, 5 millones con AstraZeneca, otros 5 millones con Pfizer y 9 millones con Johnson&Johnson, el jefe de la cartera de salud señaló que con todas esas empresas existen acuerdos de confidencialidad que no permiten una publicación de los contratos suscritos.

“Bajo esos acuerdos el país se compromete a no revelar la información de los convenios, contratos ni condiciones de la vacuna. No es solo Colombia, son todos los países del mundo. Si un país no firma, no tiene acceso a la vacuna. Si viola el acuerdo, está sujeto a sanciones y a la posibilidad de que se le corte el suministro de la misma”, señaló el funcionario, quien agregó que se trata de un tema sensible que las instituciones públicas y privadas colombianas tienen que entender.

En ese sentido, argumentó Ruiz, el Gobierno nacional también está blindado por los artículos 18 y 19 de la Ley 1712 de 2014, es decir la Ley de Transparencia, que emite excepciones a la entrega de contratos e información concerniente con la gestión de los servidores públicos. Estas son, respectivamente, en casos de secreto industrial o comercial y de amenaza a la salud pública del país, justamente los dos casos que atañen al contexto actual.

De manera que como funcionarios públicos no estamos cometiendo ninguna situación ilegal sino protegiendo al país”, señaló el ministro, quien procedió a explicar que el proceso de negociación se hace a través de una instancia asesora en la que, a parte del Ministerio de Salud, participan el de Hacienda, el Departamento Nacional de Planeación, las asociaciones colombianas de Facultades de Medicina y de Infectología, un representante de los secretarios de salud de Colombia y la Academia Nacional de Medicina.

Entre todos discuten y votan cuáles son las vacunas que se pueden comprar y le solicitan a la Unidad de Gestión de Riesgo que, a través del gerente de la Fiduprevisora, hagan la transacción. “En todo este proceso, los organismos de control tienen la capacidad de participar. También, cuantas veces requieran la información, incluyendo los contratos, se les puede remitir, pues también están cobijadas bajo los acuerdos de confidencialidad” agregó

Bajo ese contexto, señaló que el país ha invertido $1.53 billones de pesos en la consecución de las 49 millones de dosis que ya están aseguradas para 29 millones de colombianos. El siguiente paso, entonces, es dar inicio al proceso de vacunación, el cual será “el reto de salud pública más grande que ha visto este país en su historia”, dadas las condiciones geográficas y la incertidumbre en la llegada de vacunas mes a mes.

Según cifras reveladas durante el programa ‘Prevención y Acción’, lo que se prevé es que entre febrero y marzo haya una disponibilidad de 3.862.900 dosis, que bajaría a 1.800.000 para abril y alcanzaría picos en mayo con 7.968.900 y en julio con 8.431.567. Los puntos más bajos serían junio y diciembre con 3.360.000 y 2.097.011, respectivamente.

“Esto puede cambiar, pero lo que es claro es que ni nosotros ni ningún país del mundo puede garantizar que va a tener a toda la población completa en tres meses”, agregó Ruiz.

Sobre el tema se pronunció Cuauhtémoc Ruíz, asesor en inmunizaciones para Latinoamérica de la Organización Panamericana de la Salud, quien concordó en que este es el reto más grande para la salud pública, no solo en Colombia sino en la historia reciente del mundo entero. “Tenemos que ser claros en que la llegada de la vacuna por sí sola no va a parar la pandemia. Necesitamos mantener todas las medidas de salud pública sin relajarse para que podamos mantenernos seguros y protegidos”, dijo.

De acuerdo con el funcionario, aplicar las vacunas requiere de planes adecuados que, como en el caso de Colombia, se enmarquen en los programas nacionales de inmunización que ya existen, teniendo en cuenta que será necesario ampliar recursos y centros de aplicación de los biológicos.

Por eso el ministro recordó que el país ya tiene 3.000 centros de vacunación y 7.000 vacunadores, pero que está trabajando en ampliar esa capacidad a través del curso de capacitación presentado con el Sena el pasado 11 de enero, para apoyar a los territorios.

Colombia ha tenido un programa de inmunizaciones exitoso”, dijo el emisario de la OPS, agregando que será fundamental crear estrategias novedosas que permitan llegar a lugares apartados del país, a adultos mayores y a personas a las que se les dificulta desplazarse hasta los puntos de vacunación. “Creemos que el plan de Colombia ha sido bien planteado, tenemos confianza en que sea exitoso, como fue con la vacunación contra el AH1N1 y la influencia estacional de cada año”.

Finalmente, hubo una intervención de Moisés Wasserman, exdirector del Instituto Nacional de Salud y expresidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, quien invitó a perderle el miedo a inmunizarse. “Estas vacunas modernas son de una enorme sofisticación tecnológica, que las hace más simples, más puras y por tanto con menos riesgo que las antiguas vacunas que todos conocimos”, dijo. El experto concluyó señalando que, las dosis actuales son el resultado de 30 años trabajando en la tecnología de ARN y otros tantos lidiando con virus de la familia de coronavirus.

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