
Un reciente estudio ha puesto de manifiesto un fenómeno alarmante: la población de ratas está creciendo de manera significativa en muchas ciudades del mundo, impulsadas por factores como el calentamiento global, la urbanización y la densidad poblacional.
Según un análisis publicado en la revista Science Advances, que abarcó datos de entre 7 y 17 años sobre quejas ciudadanas e inspecciones en 16 urbes, el 69% de estas ciudades han experimentado un incremento notable en los reportes relacionados con ratas.
Washington D.C., Nueva York, San Francisco, Toronto y Ámsterdam encabezan la lista de las ciudades con mayores aumentos, mientras que solo tres ciudades, entre ellas Nueva Orleans y Tokio, han logrado reducir significativamente las quejas.
De acuerdo con el estudio liderado por Jonathan L. Richardson, biólogo de la Universidad de Richmond, el cambio climático es uno de los principales motores detrás de este fenómeno. Las temperaturas más cálidas, especialmente durante los meses de invierno, están prolongando los períodos de actividad y reproducción de las ratas, lo que les permite aumentar sus poblaciones a un ritmo acelerado.
Además, la urbanización y la pérdida de espacios verdes están creando hábitats ideales para estos roedores, que prosperan en entornos densamente poblados y con abundantes desechos alimenticios.

Washington lidera el aumento de reportes de ratas
El análisis de las tendencias individuales en las ciudades reveló que Washington D.C. ha registrado el mayor incremento en los reportes de ratas, con un crecimiento tres veces superior al de Boston y un 50% mayor que el de Nueva York.
Según informó Associated Press (AP), los funcionarios de la capital estadounidense no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre este fenómeno. Sin embargo, los datos sugieren que el aumento de las temperaturas en la región podría estar desempeñando un papel crucial en este crecimiento.
En contraste, ciudades como Nueva Orleans, Louisville y Tokio han logrado reducir significativamente las quejas relacionadas con ratas. En la primera de ellas, los expertos destacan que las estrategias de prevención y educación comunitaria han sido clave para combatir el problema.
El calentamiento global ha sido identificado como un factor determinante en el aumento de las poblaciones de ratas. Según el estudio, las temperaturas más altas están reduciendo la mortalidad invernal de estos roedores y extendiendo sus períodos de actividad y reproducción. Richardson explicó que, en un clima más cálido, las ratas tienen más tiempo para buscar alimento y reproducirse, lo que puede resultar en uno o dos ciclos reproductivos adicionales al año.
Dado que una rata hembra puede tener una camada de entre ocho y dieciséis crías cada mes, este fenómeno puede acelerar el crecimiento de las poblaciones.

Además, las ratas enfrentan limitaciones fisiológicas en climas fríos, pero el calentamiento global y el efecto de isla de calor urbana están eliminando estas barreras térmicas. Esto también podría estar facilitando la expansión geográfica de especies como la Rattus rattus en regiones más cálidas.
Un ejemplo de este fenómeno se ha observado en Nueva Zelanda, donde un estudio documentó la expansión altitudinal de esta especie debido a inviernos más cálidos.
En ciudades como Tokio, las quejas por ratas son menos frecuentes en áreas cercanas a espacios verdes, mientras que, en Nueva York y Barcelona, la presencia de ratas está más asociada con zonas densamente pobladas y con alta concentración de restaurantes y viviendas.
Sin embargo, en algunos casos, la vegetación densa también puede proporcionar cobertura y protección contra depredadores, facilitando la movilidad de las ratas.

Otro factor clave identificado en el estudio es la densidad poblacional humana. Las ciudades con mayor densidad de habitantes, como San Francisco y Toronto, han mostrado un crecimiento más acelerado en las poblaciones de ratas. Una mayor cantidad de personas genera más desechos alimenticios, que sirven como fuente de alimento para estos roedores. Además, la infraestructura urbana, como edificios y sistemas de alcantarillado, proporciona refugios ideales para los roedores.
Sin embargo, el estudio no encontró una correlación significativa entre el producto interno bruto (PIB) per cápita de las ciudades y las tendencias en las poblaciones de ratas. Esto sugiere que, independientemente de los recursos económicos disponibles, las ciudades enfrentan desafíos similares en el control de estas plagas.
En Nueva York, las autoridades han intensificado recientemente la lucha contra las ratas mediante la implementación de contenedores resistentes a roedores y la creación de un “escuadrón de élite” conocido como el “NYC Rat Pack”. Aunque los datos del estudio aún no reflejan los resultados de estas medidas, los primeros indicios son alentadores, según la zar de las ratas de la ciudad, Kathleen Corradi.
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