En marzo de 2024, un evento astronómico poco común hará que los icónicos anillos de Saturno se vuelvan prácticamente invisibles desde la Tierra. Este fenómeno, que ocurre aproximadamente cada 15 años terrestres, se debe a la orientación de los anillos del planeta en relación con nuestra línea de visión. Según detalló Scientific American, el 23 de marzo será el momento exacto en el que nuestro planeta cruzará el plano de los anillos, lo que los hará desaparecer temporalmente de nuestra vista.
Los anillos de Saturno son una de las estructuras más impresionantes y reconocibles del sistema solar. Aunque parecen sólidos cuando se observan desde la Tierra, en realidad están formados por innumerables fragmentos de hielo y roca que reflejan la luz solar de manera eficiente y dotan del brillo característico a estos aros.
A pesar de su apariencia masiva, su grosor es extraordinariamente reducido: en su punto más grueso miden apenas 1,6 kilómetros, y en algunas zonas, tienen apenas 10 metros de espesor, lo que los hace 100 veces más delgados que una hoja de papel estándar si se redujeran a escala.
Desde la Tierra, explica la publciación especializada, los anillos no son visibles a simple vista debido a la distancia de más de 1.000 millones de kilómetros que separan a Saturno de nuestro planeta. Sin embargo, los telescopios han permitido su estudio desde el siglo XVII.
Galileo Galilei fue el primero en avistarlos en el año 1610, aunque en ese momento no logró identificar correctamente su naturaleza e identificó a los anillos como “orejas” del planeta. Décadas más tarde, el científico neerlandés Christiaan Huygens concluyó que Saturno estaba rodeado por un anillo plano que “no lo tocaba en ningún punto”, marcando un hito significativo en la astronomía al proporcionar una explicación más precisa y fundamentada sobre estas formaciones.
Mientras que, por último, en el siglo XIX, el físico escocés James Clerk Maxwell demostró científicamente que los anillos de Saturno no podían ser estructuras sólidas, ya que las diferencias en velocidades orbitales entre el borde interno y el externo provocarían que se fracturaran.
Esta teoría explicó la composición dinámica de los anillos, sugiriendo que están formados por innumerables partículas independientes que rodean su órbita.
Los motivos detrás del brillo tenue de Saturno desde la Tierra
Saturno se caracteriza por su esplendor celestial y sus anillos brillantes, actualmente se percibe más tenue desde la Tierra debido a una combinación de factores astronómicos. En este momento, detalla Scientific American, el planeta está casi en el lado opuesto del Sol, lo que significa que se encuentra a su distancia máxima de nosotros. Lo cual hace que naturalmente reduzca su brillo. Sin embargo, este no es el único motivo de su aspecto más apagado: la orientación de los anillos de Saturno desempeña un papel crucial.
Los anillos de Saturno, que habitualmente añaden luminosidad al reflejar la luz solar, se encuentran ahora casi alineados de canto con nuestra línea de visión. Debido a que estos son extremadamente delgados, su reflectividad se reduce significativamente desde nuestra perspectiva, lo que hace que el planeta parezca notablemente menos brillante de lo habitual, con menos de la mitad del brillo que exhibe cuando los aros están plenamente visibles.
Este fenómeno no implica ningún cambio permanente en los anillos ni en el planeta; es simplemente el resultado de la inclinación de Saturno y de la posición relativa de la Tierra en sus órbitas alrededor del Sol.
Saturno experimenta cambios regulares en la visibilidad de sus anillos debido a su inclinación axial de más de 26 grados, similar a la inclinación de 23 grados de la Tierra.
Cuándo será la desaparición temporal de los anillos de Saturno
Durante el mes de marzo, los anillos de Saturno alcanzarán un punto de casi completa invisibilidad desde la Tierra debido a su orientación en el espacio. Este fenómeno ocurre cuando los anillos se alinean de canto con nuestra línea de visión. Se prevé entonces que para el 23 de marzo nuestro planeta atravesará el plano de estos, logrando que desaparezcan por completo.
Este efecto se da como resultado de los equinoccios de Saturno, que ocurren aproximadamente cada 15 años terrestres. Durante estos eventos, el Sol se encuentra a la altura del ecuador del planeta e ilumina los anillos desde un ángulo tal que se vuelven casi imperceptibles.
Para marzo, el astro estará a 10° del Sol en el cielo terrestre, dificultando así que se le puedan observar sus anillos por causa del brillo solar.
Aunque este fenómeno es transitorio, los anillos de Saturno volverán a ser visibles a medida que el planeta continúe con su órbita de 30 años alrededor del Sol. Sin embargo, quienes deseen observar nuevamente este hecho podrán hacerlo en el mes de noviembre, cuando se repetirá, pero con una ligera inclinación que los hará más accesibles a telescopios.