En 2024, la ciencia tuvo grandes avances en la resolución de algunos de los misterios históricos más intrigantes. Utilizando tecnologías como el análisis de ADN antiguo (aDNA), datación por radiocarbono y estudios químicos de restos materiales, investigadores de todo el mundo lograron reconstruir narrativas olvidadas, desafiaron creencias establecidas y ofrecieron nuevas perspectivas sobre figuras y eventos del pasado.
Entre los casos destacados, un hallazgo en Pompeya reinterpretó la conmovedora imagen de una madre y su hijo atrapados por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., revelando que los dos no tenían parentesco alguno. Por otro lado, la identificación de restos como los del “Hombre de Vittrup” en Dinamarca o el “Hombre del Pozo” en Noruega demostró cómo la arqueología y la genética pueden integrarse para aclarar episodios complejos de la historia.
Estas revelaciones no solo arrojan luz sobre el pasado, sino que también subrayan la capacidad de la ciencia moderna para conectar a las personas con sus orígenes y desafiar las narrativas tradicionales. A continuación, presentamos algunos de los descubrimientos más destacados del año.
ADN antiguo revela verdades ocultas en Pompeya
Por décadas, los restos encontrados en Pompeya han sido objeto de interpretaciones que intentan reconstruir las últimas horas de sus habitantes. En 2024, un equipo de científicos empleó el análisis de ADN antiguo para estudiar los huesos de las víctimas de la erupción del Vesubio. Los resultados desafiaron narrativas establecidas, como el caso de una mujer y un niño hallados abrazados, quienes en realidad no eran madre e hijo, sino un hombre adulto y un niño sin relación consanguínea. Este descubrimiento sugiere que el hombre pudo haber consolado al niño en sus últimos momentos, cambiando la percepción de los eventos que rodearon la tragedia.
Estos estudios también permitieron reconstruir aspectos genéticos y de salud de los habitantes de Pompeya, ofreciendo una visión más detallada sobre sus vidas antes de la catástrofe. Esta investigación, publicada en revistas especializadas, destaca el poder del ADN antiguo para reescribir la historia.
El enigma del “Hombre de Vittrup”
En Dinamarca, los restos de un hombre de la Edad de Piedra hallados en un pantano en 1915 fueron estudiados con tecnologías de punta. Apodado el “Hombre de Vittrup,” este individuo vivió hace unos 5.200 años y mostró ser un migrante de primera generación. Según Anders Fischer, investigador de la Universidad de Gotemburgo, el análisis de su esmalte dental, colágeno óseo y tártaro permitió reconstruir su dieta y desplazamientos.
El “Hombre de Vittrup” creció en la costa escandinava como cazador-recolector, pero al mudarse al sur adoptó un estilo de vida agrícola. Fischer explicó que este cambio dramático en su dieta y geografía es una ventana a los complejos procesos de migración y adaptación en la prehistoria. Aunque se desconoce si su muerte violenta fue un sacrificio o un desafortunado encuentro, el caso representa un avance en la comprensión de las primeras migraciones en Europa.
Una saga nórdica cobra vida
Un esqueleto hallado en 1938 dentro de un pozo en el castillo Sverresborg, en Noruega, ha sido vinculado a un pasaje de la saga de Sverre, un texto del siglo XIII que relata la historia del rey Sverre Sigurdsson. Los científicos usaron datación por radiocarbono y secuenciación genética para identificar los restos como los de un hombre que no pertenecía a la población local, sino al ejército invasor.
“El mayor hallazgo fue descubrir que el ‘Hombre del Pozo’ no era de la zona, sino que su linaje genético se rastreó a otra región del sur de Noruega”, indicó Michael D. Martin, coautor del estudio y profesor en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. Esto sugiere que el cuerpo fue arrojado al pozo como un intento de contaminar el suministro de agua durante un asedio, un hallazgo que mezcla arqueología, historia y literatura medieval.
Beethoven y sus misterios de salud
Otro avance significativo del año se produjo en el estudio del cabello del compositor Ludwig van Beethoven. Investigadores encontraron niveles elevados de plomo, arsénico y mercurio, lo que respalda teorías sobre su salud deteriorada debido a una posible intoxicación crónica. Estos elementos pudieron provenir de una dieta rica en pescado del río Danubio, contaminado, y del vino plomado, común en su época.
William Meredith, coautor del estudio y experto en Beethoven, subrayó que estas condiciones pudieron influir en su producción musical: “En la vida de Beethoven, hay una conexión entre su sufrimiento y la música que creó”. Este análisis no solo esclarece aspectos personales del compositor, sino que también conecta su genio con los desafíos que enfrentó.
Secretos coloniales en Jamestown
En Jamestown, Virginia, el análisis de ADN en restos hallados en una iglesia del siglo XVII reveló un escándalo oculto en la familia de Thomas West, el primer gobernador de la colonia. Uno de los hombres enterrados, identificado como William West, era hijo ilegítimo de una tía del gobernador, un hecho que se mantuvo fuera de los registros genealógicos de la época. Este hallazgo arroja luz sobre las dinámicas familiares y sociales en las primeras colonias británicas en América.
Los avances logrados en 2024 demuestran el potencial de la ciencia para transformar nuestra comprensión de la historia. Desde el ADN antiguo hasta los estudios químicos, estas herramientas continúan abriendo puertas hacia un pasado lleno de secretos y sorpresas. Estos hallazgos no solo enriquecen nuestra perspectiva sobre los que nos precedieron, sino que también subrayan la importancia de integrar tecnologías innovadoras en la investigación histórica.