Mientras el mundo se prepara para celebrar la Nochebuena, la NASA alerta sobre un evento celestial que, aunque inofensivo, no deja de despertar fascinación. Un asteroide conocido como 2024 XN1, con un tamaño comparable al de un edificio de diez pisos, se aproxima a la Tierra a una velocidad asombrosa de 23.700 km/h (14.743 mph). Este visitante espacial, apodado el “asteroide navideño”, fue detectado el pasado 12 de diciembre, gracias a los sistemas de vigilancia planetaria de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Aunque el nombre pueda evocar imágenes de ciencia ficción, los expertos aseguran que no hay motivo de preocupación. Según el Asteroid Watch Dashboard de la NASA, 2024 XN1 pasará a una distancia segura de 7,21 millones de kilómetros (4.48 millones de millas), lo que equivale a 18 veces la distancia entre la Tierra y la Luna. “No existe ningún riesgo de impacto”, afirmó Jess Lee, astrónoma del Royal Greenwich Observatory, quien además señaló que, aunque la distancia sea un “casi roce” en términos astronómicos, este evento subraya la necesidad de continuar vigilando los objetos cercanos a la Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés).
Para aquellos que esperaban observar este fenómeno con telescopios caseros, las noticias no son tan alentadoras: el asteroide estará demasiado lejos para ser visible sin equipo especializado. A pesar de ello, la atención sobre el 2024 XN1 y otros asteroides que pasarán durante las festividades resalta el papel crucial de las misiones de defensa planetaria para prevenir potenciales desastres en el futuro.
Un coloso del tamaño de un edificio
Con un diámetro estimado de 29 a 70 metros (95 a 230 pies), el asteroide 2024 XN1 es lo suficientemente grande como para causar daños significativos si llegara a impactar contra la Tierra. Según cálculos de la NASA, un objeto de esta magnitud podría liberar una energía equivalente a 12 millones de toneladas de TNT, suficiente para devastar un área de 700 millas cuadradas (alrededor de 2.000 kilómetros cuadrados).
Los científicos comparan este potencial destructivo con eventos históricos como el Evento de Tunguska en 1908, cuando un asteroide de tamaño similar explotó sobre Siberia, arrasando con 80 millones de árboles en una zona deshabitada. Más recientemente, en 2013, un meteorito de 20 metros de diámetro explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, liberando una energía equivalente a 440.000 toneladas de TNT y causando daños materiales generalizados además de 1.600 heridos.
Estos casos históricos demuestran el poder destructivo de objetos espaciales relativamente pequeños, enfatizando la importancia de los programas de monitoreo y defensa planetaria.
A pesar de su tamaño considerable, el 2024 XN1 fue detectado apenas 12 días antes de su mayor cercanía. Esto pone en evidencia el reto de identificar asteroides en trayectorias cercanas a nuestro planeta. Tanto la NASA como la ESA cuentan con sistemas de vigilancia como el Asteroid Watch Dashboard y el Near-Earth Object Coordination Center, que monitorean constantemente el espacio para localizar objetos que puedan representar una amenaza.
El asteroide fue clasificado como un “acercamiento cercano”, ya que pasará a menos de 7,5 millones de kilómetros de la Tierra. Sin embargo, la ESA lo considera un fenómeno “muy frecuente” en términos astronómicos, y su inclusión en la lista de riesgo fue descartada gracias a cálculos orbitales precisos que aseguraron su trayectoria segura.
La NASA subraya que el sobrevuelo de 2024 XN1 es un recordatorio del constante peligro que representan los NEOs. Aunque este asteroide no generará peligro, sirve como ejemplo de la vulnerabilidad de nuestro planeta frente a impactos catastróficos.
La misión DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA marcó un hito en la defensa planetaria al demostrar que es posible alterar la órbita de un asteroide mediante un impacto cinético. Este experimento, que involucró el choque intencional de una nave del tamaño de un refrigerador contra el asteroide Dimorphos, buscó evaluar la eficacia de esta técnica como estrategia de mitigación.
Los resultados de esta prueba, que serán analizados más a fondo por la misión Hera en 2026, representan un avance crucial en la preparación para enfrentar futuros desafíos espaciales. Según la NASA, “la clave para mitigar los daños de un impacto potencial es detectar y desviar amenazas con suficiente antelación”.
Otros visitantes espaciales en Navidad
El 2024 XN1 no será el único asteroide que se acerque a la Tierra durante las festividades. Un pequeño objeto llamado 2013 YB, de menos de 3 metros de diámetro, pasará el 23 de diciembre con una probabilidad extremadamente baja de colisión, estimada en 1 en 52,356. Afortunadamente, debido a su pequeño tamaño, cualquier fragmento que pudiera haber alcanzado la atmósfera se habría desintegrado, creando apenas un brillante espectáculo de luz.
El día de Navidad, otro asteroide más grande, el 2021 BA2, se acercará aún más, pasando a 2,76 millones de kilómetros (1,71 millones de millas) de la Tierra. Este objeto, de dimensiones similares a las del 2024 XN1, también ha sido clasificado como seguro por los sistemas de monitoreo.
Después de su paso cercano, el asteroide 2024 XN1 no volverá a aproximarse a la Tierra hasta enero de 2032, cuando alcanzará una distancia de 4,7 millones de kilómetros (3,1 millones de millas). Su acercamiento más significativo se producirá en diciembre de 2106, cuando pasará a apenas 3,4 millones de kilómetros (2.11 millones de millas).