Las fuerzas G son una medida de la aceleración experimentada por un objeto o ser humano debido a la gravedad. Aunque comúnmente se las asocia con una “fuerza”, en realidad, se trata de una unidad de medida que describe cómo varía la aceleración en relación con la gravedad terrestre. Se representan con la letra g (en minúscula), que se distingue de la G mayúscula utilizada para la constante gravitacional universal en la ley de gravitación de Newton. Esta distinción es importante para evitar confusiones entre ambas.
En la Tierra, una fuerza G de 1 g es el nivel de gravedad que experimentamos constantemente, y es el estándar para medir cualquier otra aceleración. Por ejemplo, cuando se está en el espacio o en situaciones de microgravedad, como en un avión que realiza vuelos parabólicos, se pueden experimentar 0 g o ingravidez, un estado en el que no se siente ninguna fuerza de gravedad sobre el cuerpo.
¿Cómo funciona la fuerza G?
Para entender cómo funciona la fuerza G, se puede utilizar el ejemplo cotidiano de un viaje en auto. Cada vez que el auto acelera, frena o cambia de dirección, los ocupantes sienten una fuerza G. Por ejemplo, durante un frenazo, el cuerpo de los pasajeros se desplaza hacia adelante, lo que se debe a una aceleración negativa en la dirección de la marcha (lo que genera una fuerza G longitudinal negativa). De manera similar, al realizar un giro a alta velocidad, la aceleración cambia de dirección, y la fuerza G se experimenta lateralmente. Entre mayor sea la velocidad de cambio de la aceleración, mayor será la magnitud de la fuerza G.
En el caso de los aviones, las fuerzas G se generan durante maniobras como ascensos, descensos o giros. Un avión, para volar, necesita una fuerza G hacia arriba igual al peso del avión, y cualquier alteración en la velocidad o en la dirección del vuelo genera una variación en las fuerzas G que experimenta tanto la aeronave como los pilotos.
La fuerza G en la aviación
En la aviación, la gestión de las fuerzas G es esencial. Un avión, para mantenerse en el aire, tiene que generar una fuerza G vertical hacia arriba que contrarreste su peso. Sin embargo, las maniobras más complejas como ascensos y giros de gran ángulo pueden modificar considerablemente la cantidad de fuerza G que experimentan tanto los pasajeros como los pilotos. Según Grupo One Air, una escuela de aviación española, el cálculo de la fuerza G depende de la inclinación del avión, conocida como “pitch”, la cual puede determinar la magnitud de la aceleración experimentada.
Durante un giro de 45 grados, por ejemplo, la fuerza G aumenta a 1.41 G, mientras que en un giro de 60 grados la aceleración se duplica, alcanzando 2 G. Estas variaciones son importantes en vuelos de alta velocidad o durante maniobras acrobáticas.
Cálculo de la fuerza G
Para calcular las fuerzas G en un avión durante una maniobra de giro, se utiliza una fórmula simple: 1/cos(α)=Fuerza G1 donde α es el ángulo de inclinación del avión. A partir de esta fórmula, se puede deducir que, por ejemplo, un giro de 45 grados genera 1.41 G, y un giro de 60 grados genera 2 G. No obstante, los aviones comerciales modernos están equipados con medidores de fuerza G que permiten a los pilotos monitorear en tiempo real las fuerzas a las que están siendo sometidos, sin necesidad de hacer cálculos manuales.
Efectos de la fuerza G en los pilotos
Las fuerzas G tienen efectos muy palpables sobre el cuerpo humano, especialmente cuando alcanzan niveles altos. Cuando un piloto experimenta una fuerza G superior a 1 g, su peso efectivo se ve multiplicado. Por ejemplo, en un giro de 60 grados, un piloto de 80 kg podría sentir que pesa 160 kg debido a la fuerza G de 2 G. Este incremento en el peso corporal puede dificultar los movimientos, haciendo que las tareas cotidianas como mover los brazos y las piernas se vuelvan complicadas.
En situaciones extremas, como durante un vuelo de combate, la fuerza G puede llegar a niveles que provocan lo que se conoce como un blackout. Este fenómeno ocurre cuando la sangre, debido a la aceleración, se desplaza hacia las partes inferiores del cuerpo, causando que el cerebro reciba menos oxígeno, lo que resulta en una pérdida temporal de visión, tal como se muestra en la película Top Gun: Maverick. Estos efectos son particularmente peligrosos en pilotos de aeronaves militares, quienes, debido a la magnitud de las fuerzas G, están equipados con trajes especiales que ejercen presión sobre las extremidades inferiores, evitando que la sangre se acumule en la parte baja del cuerpo y ayudando a preservar la visión.
Entrenamiento para soportar la fuerza G
Los pilotos reciben un entrenamiento especializado para poder resistir las fuerzas G, especialmente los que operan en aviación militar o acrobática. En la formación básica, los pilotos aprenden a acostumbrarse a las fuerzas G mediante simuladores y entrenamientos que imitan las condiciones de vuelo. Uno de los equipos utilizados en este tipo de entrenamiento es la máquina de centrifugado, que gira a altas velocidades para simular las fuerzas G y permitir que los pilotos se familiaricen con las sensaciones físicas de la aceleración.
Además, la experiencia de vuelo juega un papel importante en la adaptación del cuerpo a las fuerzas G. A medida que los pilotos acumulan horas de vuelo, sus cuerpos se van acostumbrando a las fuerzas G y aprenden a manejarlas mejor. Este proceso es similar al que experimentamos al montar una montaña rusa: la primera vez que la montamos sentimos una sensación extraña en el estómago, pero con el tiempo nos acostumbramos.
Fuerzas G positivas y negativas
Las fuerzas G pueden clasificarse en positivas y negativas, dependiendo de la dirección de la aceleración.
- Fuerzas G positivas: estas fuerzas se producen en maniobras como giros cerrados o ascensos rápidos. En este caso, el cuerpo experimenta una acumulación de sangre en la parte inferior, lo que puede generar sensaciones de pesadez y dificultades para mover las extremidades. Son las más comunes en vuelos de combate o maniobras acrobáticas.
- Fuerzas G negativas: son las menos habituales y se producen durante descensos abruptos o cuando se opera el avión con una fuerza hacia adelante. En este caso, la sangre fluye hacia la cabeza, lo que puede causar incomodidad o mareos. A diferencia de las fuerzas G positivas, las negativas suelen ser mucho más difíciles de soportar debido a la sensación anómala que producen.
Categorías de aviones según la fuerza G que pueden soportar
Los aviones tienen límites específicos en cuanto a la cantidad de fuerzas G que pueden soportar sin sufrir daños estructurales. Estos límites varían según el tipo de aeronave. Según el tipo de aviones descritos por Grupo One Air, las categorías de aviones y sus respectivos límites de fuerzas G son:
- Aviones normales: soportan hasta 3.8 G positivos y -1.52 G negativos.
- Aviones de utilidad: pueden soportar hasta 4.4 G positivos y -1.76 G negativos.
- Aviones acrobáticos: son capaces de soportar hasta 6 G positivos y -3 G negativos.
- Aeronaves comerciales: tienen un límite de 2.5 G positivos y -1 G negativos (o 2 G si los flaps están extendidos).
Estos límites son cruciales para evitar que las aeronaves sufran daños estructurales y para garantizar la seguridad tanto de los pilotos como de los pasajeros.