El reconocido artista francés Jean Charles Blais encontró una ventana al pasado en su propio estudio en Vence, en el sur de Francia. Lo que comenzó como una reparación de rutina terminó revelando un grabado funerario romano oculto durante siglos en una pared del taller donde Blais había creado arte durante más de tres décadas. Este descubrimiento no solo descubrió al artista, sino que también abrió nuevas posibilidades para el estudio del pasado romano en la región.
Descubrimiento inesperado
Todo comenzó cuando Blais detectó una fuga de agua en su estudio, una capilla reconvertida. Al retirar parte del yeso para reparar los daños, un contratista encontró una piedra grabada con inscripciones en latín. El mensaje, oculto por siglos, decía “CONIVGI ET VALERIAE APRONIAE”. Este hallazgo arqueológico fue completamente inesperado, incluso para alguien como Blais, acostumbrado a trabajar con capas de material en su arte.
El historiador Roger Tomlin, de la Universidad de Oxford, identificó el texto como un posible epitafio funerario, aunque su significado exacto continúa siendo un misterio. Según explicó a ART News, en los epitafios romanos solía mencionarse primero el nombre del difunto seguido del dedicatario. Sin embargo, la relación entre los nombres en esta inscripción es aún incierta.
Características del grabado
El texto en latín muestra una inscripción lapidaria típica de los siglos I o II dC. La palabra “Conivgi” puede significar “esposa” o “marido”, sugiriendo un posible vínculo conyugal. Sin embargo, el nombre “Valeriae Aproniae” es menos común y su identidad específica aún es desconocida.
El epigrafista Stéphane Morabito señaló en un comunicado de la Galería de la Ópera, que el nombre “Valeria” era muy utilizado en el mundo romano occidental, especialmente en la región de los Alpes Marítimos, donde se encuentra Vence. Se han hallado alrededor de diez inscripciones similares en la zona, muchas de ellas relacionadas con la familia “Valerii”. Esto refuerza la idea de que la piedra podría haber sido parte de un antiguo monumento funerario, tal vez reutilizada como material de construcción en épocas posteriores.
Contexto histórico
La inscripción data de un período en el que el sur de Francia formaba parte del Imperio romano. Los romanos anexaron esta región en el año 125 aC, consolidando su dominio sobre un territorio que abarcaba desde la actual Italia hasta la costa mediterránea de Francia.
Los antiguos romanos eran conocidos por sus epitafios elaborados, a menudo acompañados de inscripciones que detallaban la vida del difunto, incluyendo su edad, ocupación y logros personales. Aunque la inscripción encontrada en el estudio de Blais es más breve, su hallazgo es un recordatorio de la profunda huella cultural y arquitectónica que dejó Roma en Europa Occidental.
Como escribió Christopher Lightfoot, del Museo Metropolitano de Arte, los textos funerarios romanos reflejaban emociones humanas profundas. A menudo contenían expresiones de dolor, amor y recuerdos, mostrando el lado más íntimo de la sociedad romana. “El lenguaje de los textos funerarios romanos demuestra el lado humano y compasivo de la psique romana, ya que con frecuencia contienen palabras de cariño y expresiones de pérdida y dolor personal” escribió.
Reacción del artista y conexiones artísticas
El descubrimiento resonó profundamente en Jean Charles Blais, de 68 años, cuya obra artística se basa en capas y transformaciones. Blais es conocido por trabajar con carteles publicitarios, periódicos y otros materiales encontrados, que superponen y manipulan para crear obras abstractas cargadas de significado.
En una entrevista con Artnet posterior al hallazgo, el artista expresó su sorpresa y fascinación, calificando la aparición de la piedra como un “giro del destino”. Según explicó en esa misma entrevista, su proceso creativo implica revelar lo que está enterrado bajo capas de papel, un paralelismo directo con la forma en que el grabado romano emergió de la pared de su estudio.
Blais describió su trabajo como una interacción constante con imágenes y textos superpuestos, un enfoque que ahora parece profético a la luz del hallazgo arqueológico. Esta conexión simbólica entre su arte y el descubrimiento histórico le otorgó un nuevo significado a su obra.
Investigación y futuro del descubrimiento
A pesar del valor histórico del grabado, los expertos decidieron no retirar la piedra del muro, optando por preservar su contexto original. Sin embargo, anunciaron planos para investigar más a fondo la zona en busca de otros posibles hallazgos arqueológicos.
La inscripción ya ha atraído la atención de historiadores y epigrafistas interesados en descifrar su verdadero significado y determinar su relación con otros restos romanos en la región. Aunque aún quedan preguntas sin respuestas, el hallazgo inesperado en el estudio de Jean Charles Blais ofrece un fascinante punto de encuentro entre el arte contemporáneo y la historia antigua, demostrando cómo el pasado puede emerger de los lugares más insospechados.