La trágica historia del ave que consiguió el récord Guinness por volar a altura de los aviones

En 1973 un buitre de Ruppell alcanzó alturas inimaginables hasta que un episodio inesperado truncó su aventura

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El buitre de Ruppell batió el récord Guinness al alcanzar una altitud impresionante de 11.277 metros (Wikipedia)
El buitre de Ruppell batió el récord Guinness al alcanzar una altitud impresionante de 11.277 metros (Wikipedia)

El 29 de noviembre de 1973, un suceso extraordinario, pero también trágico, tuvo lugar sobre la Costa de Marfil, en África. Un buitre de Ruppell, también conocido como Gyps rueppelli, batió el récord Guinness al alcanzar una altitud impresionante de 11.277 metros. En ese momento, esta especie se convirtió en el animal conocido que volaba a mayor altura en la historia, un título que aún ostenta. Sin embargo, este acontecimiento no terminó con una celebración sino con una tragedia: el ave colisionó con un avión en pleno vuelo, un choque que dejó un motor inutilizado y causó problemas graves en la aeronave.

El récord Guinness del ave que vuela más alto

El buitre de Ruppell ostenta el récord de vuelo más alto alcanzado por un animal. Este título lo consiguió de manera sorprendente al elevarse hasta los 11.277 metros sobre el nivel del mar, una altura que pocos seres vivos, incluidos los aviones comerciales, logran alcanzar de manera regular. Para poner esta cifra en perspectiva, es importante considerar que la mayoría de las aves que conocemos, como el petirrojo o el cuervo, no superan los 1.500 metros de altitud. Por otro lado, aves como los buitres y halcones pueden llegar a los 7.600 metros en sus vuelos, pero ningún otro animal ha superado los 11.000 metros hasta la fecha.

Este récord se logró en un día cualquiera para el buitre de Ruppell, que generalmente vuela a 6.000 metros en busca de alimentos. A menudo, se desplaza a una velocidad de 35 km/h durante largos tramos, alcanzando distancias de hasta 150 kilómetros diarios. Su habilidad para volar a tales altitudes no es una rareza, sino una adaptación que le permite encontrar carroña desde grandes distancias. El buitre de Ruppell se encuentra en lo alto de la cadena alimenticia de los ecosistemas en los que habita, especialmente en las zonas de la África subshariana.

El incidente con el avión

El 29 de noviembre de 1973, el buitre de Ruppell y un avión comercial coincidieron en el cielo sobre la Costa de Marfil, específicamente en la región cercana a la ciudad de Abidján. En ese preciso momento, el buitre volaba a 11.277 metros, un hito que se registró sin saberlo en ese instante por los observadores. En el mismo tramo de espacio aéreo, un avión se encontraba realizando su ruta. La aeronave, al sufrir el impacto del ave, experimentó una fuerte sacudida en uno de sus motores. Como consecuencia del choque, uno de los motores quedó inutilizado, lo que complicó gravemente el vuelo y forzó el aterrizaje de emergencia.

Cuando el avión finalmente logró aterrizar en Abidján, la tripulación inspeccionó el motor dañado. Para sorpresa de todos, encontraron los restos de un animal, que fueron enviados a análisis. El ornitólogo encargado de la investigación identificó rápidamente que se trataba de un buitre de Ruppell, el mismo que acababa de batir el récord de altitud. Este evento fue sin duda un hito histórico, pero trágico, tanto para el ave como para la aeronave afectada.

La historia del choque entre el buitre de Ruppell y el avión nos recuerda la increíble capacidad de vuelo de algunas especies de aves, que pueden desafiar la altitud de los aviones comerciales. Sin embargo, también resalta los peligros que enfrentan estas criaturas cuando surgen encuentros imprevistos con la tecnología humana.

Características del buitre de Ruppell

El buitre de Ruppell es un ave de gran tamaño (Wikipedia)
El buitre de Ruppell es un ave de gran tamaño (Wikipedia)

El buitre de Ruppell, o Gyps rueppelli, es un ave de gran tamaño que ha fascinado a ornitólogos y biólogos desde su descubrimiento en 1852 por el zoólogo alemán Alfred Brehm. Esta especie se caracteriza por su envergadura, que puede alcanzar hasta 2,6 metros, lo que le otorga una impresionante presencia en el cielo. Con una longitud corporal de 103 centímetros y un peso que puede llegar a los 9 kilogramos, el buitre de Ruppell es una de las especies de carroñeros más grandes del mundo. Su vuelo majestuoso se complementa con un pico fuerte y garras adaptadas para rasgar la carne de animales muertos, lo que lo convierte en un actor esencial en los ecosistemas donde habita.

El buitre de Ruppell tiene un sistema de navegación aéreo muy sofisticado, que le permite mantenerse en el aire durante horas a grandes alturas. Su capacidad para volar a tales altitudes es vital para encontrar restos de animales en vastas áreas. Generalmente, sus vuelos se realizan a unas altitudes de entre 4.500 y 6.000 metros, una distancia suficiente para evitar los peligros del suelo y otros depredadores. No obstante, en el caso del récord de 11.277 metros, la especie mostró una habilidad única para superar las limitaciones físicas de las aves comunes.

Conservación del buitre de Ruppell

La principal amenaza para esta ave proviene de la pérdida de hábitat (Wikipedia)
La principal amenaza para esta ave proviene de la pérdida de hábitat (Wikipedia)

A pesar de su habilidad para volar a altitudes impresionantes, el buitre de Ruppell enfrenta graves amenazas que han puesto en riesgo su supervivencia. En 2015, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) incluyó a la especie en su lista de especies en peligro de extinción. La principal amenaza para esta ave proviene de la pérdida de hábitat debido a la expansión humana, la degradación de los ecosistemas naturales y la caza furtiva. Además, otro factor determinante en el declive de la población de buitres en general es el envenenamiento, especialmente el envenenamiento secundario que ocurre cuando los buitres consumen carne contaminada con pesticidas o venenos utilizados para matar animales domésticos.

El buitre de Ruppell es también víctima de la colisión con infraestructuras humanas como líneas eléctricas y, como se mencionó anteriormente, aviones, lo que subraya la creciente interacción peligrosa entre la vida salvaje y las actividades humanas. La conservación de esta especie requiere esfuerzos coordinados que incluyan la protección de su hábitat, la reducción del uso de venenos agrícolas y la implementación de políticas para minimizar el riesgo de colisiones con infraestructuras.

En muchos países de África, organizaciones locales e internacionales están trabajando en programas de conservación que buscan proteger a los buitres y restaurar sus hábitats naturales. Estas iniciativas incluyen la creación de áreas protegidas para el vuelo y la alimentación de estas aves, así como la sensibilización del público sobre la importancia de estas especies para el equilibrio ecológico. Los buitres, como el de Ruppell, juegan un papel vital en la eliminación de cadáveres, lo que evita la propagación de enfermedades y mantiene la salud de los ecosistemas.

El buitre de Ruppell no solo es una de las aves más impresionantes del mundo por su capacidad para volar a grandes altitudes, sino que también es un recordatorio de los desafíos que enfrentan muchas especies de fauna ante la expansión de las actividades humanas. Su trágica colisión con un avión en 1973 es una lección sobre la fragilidad de la relación entre el mundo natural y la tecnología. Hoy en día, la conservación de esta especie es más crucial que nunca, ya que su rol en el ecosistema es fundamental, y su supervivencia depende de los esfuerzos que realicen tanto los gobiernos como las organizaciones de conservación para protegerla.

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