Un misterio de gran magnitud se ha desvelado en el sistema de Júpiter, el gigante gaseoso conocido por sus imponentes tormentas y su complejo campo magnético. Lo que en un principio parecía un fenómeno aislado y poco comprensible, resultó ser una manifestación de la dinámica atmosférica de gran escala del planeta.
Un equipo de científicos liderado por Troy Tsubota, estudiante de la Universidad de California, Berkeley, ha descubierto que la intensa actividad magnética de este planeta está generando poderosos vórtices magnéticos que provocan gigantescas tormentas anticíclonicas, con características similares a tornados magnéticos de dimensiones colosales. Estas tormentas, conocidas como óvalos oscuros, son manchas que solo se pueden ver en longitudes de onda ultravioleta, lo que las hace invisibles a simple vista. Este hallazgo ha desafiado las explicaciones previas sobre la dinámica atmosférica de Júpiter, abriendo nuevas puertas en la investigación planetaria.
“Nos dimos cuenta de que estas imágenes del proyecto OPAL eran como una mina de oro. Fue entonces cuando supimos que realmente podríamos hacer una buena ciencia y análisis de datos reales y comenzar a hablar con colaboradores sobre por qué aparecían estos óvalos”, comentó Troy Tsubota, lider de esta investigación, en una entrevista con Space. com.
La investigación, publicada en la revista Nature, se basó en 26 imágenes globales de Júpiter captadas por el Telescopio Espacial Hubble entre 1994 y 2022, las cuales formaban parte del proyecto Outer Planet Atmospheres Legacy (OPAL), dirigido por Amy Simon, del NASA Goddard Space Flight Center. Los científicos analizaron estos datos y descubrieron que los óvalos oscuros eran mucho más frecuentes en el polo sur de Júpiter, donde aparecían en el 75% de las observaciones, en comparación con el 12,5% de las que se realizaban en el polo norte.
El fenómeno de los vórtices magnéticos y su relación con la luna
La formación de estos tornados magnéticos está directamente relacionada con la interacción entre el campo magnético de Júpiter y el Plasma Torus, una estructura de partículas cargadas que rodea al planeta y proviene de una de sus lunas más volcánicas. Los volcanes expulsan material volcánico al espacio, formando un anillo de plasma que rodea a Júpiter. Según los científicos, la fricción entre las líneas del del Plasma Torus y las líneas del campo magnético de Júpiter en la ionosfera genera estos poderosos vórtices. Estos vórtices se desplazan hacia la atmósfera más profunda de ese planeta, donde alteran las partículas de aerosoles en la estratósfera, creando concentraciones densas que forman los óvalos oscuros. Este proceso genera una opacidad mucho mayor en la zona afectada que en el resto de la atmósfera del planeta.
Características de los óvalos oscuros: un ciclo que desafía los límites de la atmósfera
Según los expertos, estos óvalos oscuros se forman en ciclos de aproximadamente un mes. A medida que el vórtice magnético se genera y se desplaza, la neblina de aerosoles creada en la estratósfera desaparece en unas pocas semanas, dando paso a una nueva formación. Este ciclo recurrente sugiere que la actividad magnética y atmosférica de Júpiter está estrechamente interconectada, y que estos fenómenos podrían estar vinculados a patrones más amplios dentro de la dinámica de la atmósfera del planeta. La intensidad de los vórtices magnéticos y su capacidad para alterar profundamente la atmósfera de Júpiter representa un fenómeno único que no tiene precedentes en otros planetas del sistema solar, lo que convierte a Júpiter en un campo de estudio primordial para la comprensión de fenómenos atmosféricos a gran escala.
Este hallazgo refuerza la idea de que los vórtices magnéticos pueden tener un impacto mucho más profundo de lo que se pensaba en los planetas gigantes. La investigación también resalta la necesidad de seguir observando fenómenos atmosféricos y magnéticos en otros planetas, ya que estos podrían ayudar a comprender mejor las dinámicas atmosféricas y los efectos en la química planetaria en mundos diferentes al nuestro.