La migración de insectos: un desafío científico superado con la ayuda del polen

Los granos que transportan las mariposas puede ser la clave para mapear sus rutas migratorias, ofreciendo a los científicos una herramienta sin precedentes para comprender los efectos del cambio climático y mejorar las estrategias de conservación

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El análisis de polen de mariposas recolectadas por científicos ciudadanos ha permitido rastrear sus rutas migratorias a través de varios continentes, revelando la conexión entre el clima, la disponibilidad de alimento y los ciclos reproductivos.
El análisis de polen de mariposas recolectadas por científicos ciudadanos ha permitido rastrear sus rutas migratorias a través de varios continentes, revelando la conexión entre el clima, la disponibilidad de alimento y los ciclos reproductivos.

En Bélgica, Sylvain Cuvelier de 66 años, se junta en su jardín con su nieta de 14 años para así contar las mariposas que revolotean entre las flores. En una nota de la revista Smithsonian se relata como Cuvelier, un científico ciudadano, no solo observa y registra las especies que avistó, también contribuye con su trabajo a una investigación internacional sobre la migración de estos insectos.

Con ayuda de un GPS, documenta la ubicación precisa de sus avistamientos y, en ocasiones, recolecta mariposas para enviar muestras a los laboratorios. Estas muestras, cuidadosamente preservadas en soluciones alcohólicas, contienen una pista clave: el polen adherido a sus cuerpos.

Este método está transformando la comprensión de los patrones migratorios de las mariposas, un fenómeno que, hasta hace poco, era difícil de rastrear con precisión debido al tamaño de estos insectos. A través de este tipo de ciencia ciudadana, los investigadores logran trazar rutas migratorias y entender mejor los factores ambientales que las impulsan, lo que también ayuda a prever posibles consecuencias del cambio climático sobre los ecosistemas.

El polen recogido por las mariposas mientras se alimentan de néctar en flores ofrece más que simples huellas de su paso. Cada grano de polen pertenece a una especie vegetal específica y su análisis permite identificar las plantas que visitaron y las regiones por las que pasaron. Gerard Talavera, entomólogo del Instituto Botánico de Barcelona, explica a la publicación que “el método funciona como un GPS natural para las mariposas, ya que nos permite seguir su viaje sin necesidad de dispositivos electrónicos”.

Las mariposas no solo son bellos polinizadores, sino también viajeros que llevan consigo secretos sobre el clima y la salud de los ecosistemas por los que pasan.
Las mariposas no solo son bellos polinizadores, sino también viajeros que llevan consigo secretos sobre el clima y la salud de los ecosistemas por los que pasan.

El método que es una innovación científica

La clave de esta metodología es el metabarcoding, una técnica que permite secuenciar el ADN de los granos de polen pegados a los insectos. Mediante esta tecnología, los investigadores pueden obtener una “firma genética” única de cada planta, lo que facilita la identificación de las especies presentes en el viaje de la mariposa.

En 2019, un aumento poblacional de mariposas Vanessa cardui, conocidas como “dama pintada”, permitió poner a prueba este enfoque. En un esfuerzo de colaboración entre científicos y ciudadanos, se recolectaron 264 mariposas de 10 países a lo largo de siete meses. Los resultados fueron asombrosos, el análisis reveló la presencia de 398 especies vegetales diferentes, permitiendo seguir el rastro de las mariposas desde el Medio Oriente hasta el norte de África.

Este estudio permitió trazar la ruta de las mariposas y entender los factores que dispararon su migración. El análisis de las plantas que visitaron mostró que la abundancia de ciertas especies en el Medio Oriente, impulsada por lluvias inusuales en 2018 y 2019, favoreció el crecimiento de las mariposas. Talavera y su equipo especulan que esta abundancia de recursos fue el desencadenante de la migración masiva, un fenómeno que tuvo repercusiones en las generaciones subsiguientes.

El cambio climático y la migración de insectos

En un mundo cada vez más afectado, los patrones migratorios de los insectos pueden ofrecer valiosas pistas sobre cómo las alteraciones en el clima impactan los ecosistemas. Tomasz Suchan, ecólogo molecular de la Academia Polaca de Ciencias, señaló a Smithsonian que “el cambio climático no solo afecta la distribución de las especies, sino también sus patrones migratorios y la aparición de enfermedades, como las fúngicas”.

Al rastrear las rutas migratorias de las mariposas y otros insectos polinizadores, los científicos pueden anticipar la propagación de enfermedades provenientes de hongos que, a su vez, podrían afectar tanto a la biodiversidad como a la agricultura a nivel global.

El éxito de esta investigación, destaca por su potencial para influir en estrategias de conservación más efectivas. Mientras que el cambio climático está alterando las estaciones de floración y la disponibilidad de alimento para los insectos, también está perturbando las rutas migratorias establecidas. Esto pone en peligro a las mariposas y a los ecosistemas que dependen de ellas, como los de polinización.

El conocimiento de los movimientos de las mariposas, por lo tanto, puede ser crucial para los esfuerzos de conservación. En lugar de estudiar a los insectos en un contexto aislado, los ecólogos pueden ahora mapear sus migraciones y predecir cómo los cambios en las estaciones o en la disponibilidad de recursos impactarán a largo plazo.

Si los investigadores saben que una población de mariposas migratorias depende de una planta que solo crece en ciertas condiciones, pueden priorizar la protección de esos hábitats vulnerables.

Cada flor visitada por las mariposas agrega una pieza al rompecabezas de su ruta migratoria, y el polen recogido actúa como un registro de sus movimientos.
Cada flor visitada por las mariposas agrega una pieza al rompecabezas de su ruta migratoria, y el polen recogido actúa como un registro de sus movimientos.

Según Talavera, la técnica de metabarcoding podría adaptarse para estudiar otros insectos polinizadores, como abejas, sírfidos y otros tipos de mariposas, creando una red global de datos sobre la biodiversidad. Estos datos contribuirían a la ciencia ecológica y a la comprensión de las relaciones complejas entre especies y su entorno.

La participación activa de personas como Cuvelier en el proceso de recolección de muestras y observación permite que los científicos recopilen datos en tiempo real y a gran escala, algo que sería difícil de lograr sin la colaboración del público. Además, fomenta una conexión más profunda entre las personas y el mundo natural, alentando a las nuevas generaciones a involucrarse en la protección de la biodiversidad global.

Talavera subraya que, en el futuro, los esfuerzos combinados de científicos profesionales y ciudadanos serán fundamentales para comprender y frenar los impactos del cambio climático en las especies migratorias. “Lo que aprendemos sobre las mariposas podría ser aplicable a muchas otras especies de polinizadores, que son vitales para la agricultura y la salud de los ecosistemas”, concluye.

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