En las vastas sabanas de África, las jirafas, con sus majestuosos cuellos y patrones únicos, son símbolos de la vida silvestre. Sin embargo, tras décadas de disminución constante en sus poblaciones, estos gigantes de la naturaleza están más cerca que nunca de ser clasificados como especies en peligro de extinción bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción de Estados Unidos (ESA, por sus siglas en inglés). Este cambio histórico propuesto por la U.S. Fish and Wildlife Service (USFWS) busca proteger a cinco subespecies de jirafas que han experimentado alarmantes caídas en sus números debido a la caza furtiva, la pérdida de hábitat y el cambio climático.
El anuncio de la USFWS, realizado el pasado miércoles, marca la primera vez que las jirafas podrían recibir protección federal en Estados Unidos. La propuesta contempla incluir a tres subespecies de jirafas del norte de África, las jirafas de África Occidental, las jirafas de Kordofán y las jirafas nubias, como especies “en peligro”.
Estas poblaciones han visto una disminución del 77% desde 1985, cayendo de 25.653 ejemplares a solo 5.919 en la actualidad. Asimismo, dos subespecies de África oriental, las jirafas reticuladas y las jirafas Masai, serían catalogadas como “amenazadas”, un escalón por debajo del nivel crítico de extinción.
En palabras de Martha Williams, directora de la USFWS, estas medidas buscan “fomentar la biodiversidad, apoyar la salud de los ecosistemas, combatir el tráfico de vida silvestre y promover prácticas económicas sostenibles”. De ser aprobada, la propuesta prohibiría la importación de productos derivados de jirafas, como pieles, huesos y colas, que hasta ahora han alimentado un mercado en Estados Unidos.
Factores detrás de la crisis de las jirafas
La población mundial de jirafas ha experimentado una caída del 30% desde la década de 1980, con un estimado de 117.000 ejemplares en 2016, según la Giraffe Conservation Foundation. De estos, solo 69.000 son considerados adultos maduros. Entre las principales amenazas para estas especies se encuentran:
- Pérdida de hábitat: La expansión urbana y la conversión de tierras para la agricultura han reducido drásticamente las áreas disponibles para las jirafas, fragmentando sus territorios y limitando sus fuentes de alimento.
- Caza furtiva: Aunque tradicionalmente se valoraban partes como las colas o el cabello para uso cultural, en años recientes la demanda internacional de productos como cojines de piel de jirafa, mangos de cuchillos de hueso y joyería ha incrementado la presión sobre estas especies.
- Cambio climático: Sequías más frecuentes y severas han afectado los ecosistemas africanos, reduciendo la disponibilidad de alimentos y agua tanto para las jirafas como para las comunidades locales.
Estados Unidos ha sido identificado como un mercado clave en la comercialización de productos derivados de jirafas. Entre 2006 y 2016, se importaron a territorio estadounidense más de 40.000 partes de jirafas, según un informe de la Humane Society. Estos productos incluyen artículos decorativos y utilitarios que van desde botas hasta almohadas, exacerbando la presión sobre las poblaciones silvestres.
Con la propuesta de incluir a las jirafas en la ESA, el gobierno estadounidense espera imponer mayores controles sobre el comercio, exigiendo permisos estrictos para la importación de cualquier producto relacionado. Según Tanya Sanerib, directora legal internacional del Center for Biological Diversity, esta medida cerraría “casi todo el mercado comercial en Estados Unidos”, un paso importante para reducir la demanda.
La propuesta no está exenta de controversias. Organizaciones pro-caza, como el Safari Club International, argumentan que las restricciones impuestas por la ESA podrían ser contraproducentes, al desalentar a los cazadores estadounidenses cuyos aportes económicos, según ellos, benefician los programas de conservación en África. En un comunicado, el grupo declaró que la medida “amenaza con perjudicar los esfuerzos críticos de conservación en los países donde las poblaciones de jirafas están aumentando”.
Por otro lado, defensores de los derechos de los animales y grupos conservacionistas han celebrado la decisión, aunque criticaron la demora en actuar. Elly Pepper, directora de políticas de bosques y naturaleza del Natural Resources Defense Council (NRDC), señaló: “Han pasado siete años desde que comenzamos a pedir protección para las jirafas. Es demasiado tiempo para esperar cuando un millón de especies están en riesgo de extinción”.
Importancia ecológica de las jirafas y próximos pasos para su protección
Más allá de su valor estético y cultural, las jirafas desempeñan un papel esencial en los ecosistemas africanos. Como los rumiantes más grandes del planeta, su alimentación ayuda a podar las copas de los árboles, facilitando la entrada de luz y promoviendo el crecimiento de otras plantas. Este efecto cascada beneficia a numerosas especies que comparten su hábitat.
Además, las jirafas son un símbolo de la biodiversidad africana y un recordatorio de la fragilidad de los ecosistemas ante las crecientes amenazas humanas.
La USFWS aceptará comentarios públicos sobre la propuesta hasta el 19 de febrero de 2025 y espera tomar una decisión definitiva dentro de un año. Si se aprueba, las restricciones comerciales, junto con la financiación adicional para programas de conservación en África, podrían proporcionar un salvavidas crítico para estas majestuosas criaturas.
Mientras tanto, el destino de las jirafas depende no solo de estas medidas legales, sino también de la acción colectiva para proteger los hábitats y reducir la demanda de productos que alimentan su caza.