En un logro sin precedentes para la ciencia de la conservación, una comadreja de patas negras clonada dio a luz a dos crías sanas en Estados Unidos, lo que representa un importante hito para la recuperación de especies en peligro de extinción. Este caso, anunciado a principios de noviembre por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU (FWS), capturaron la atención de los científicos y simboliza el avance de la biotecnología en la lucha por la preservación de la biodiversidad.
La comadreja madre, nombrada Antonia, es la primera de su especie en ser clonada y en reproducirse, un logro que fue posible tras una serie de esfuerzos colaborativos entre el FWS, el Instituto Nacional de Biología de la Conservación y el Zoológico Smithsonian, y la empresa de biotecnología Revive & Restore. Los investigadores consideran este hecho como un momento decisivo, ya que demuestra cómo la clonación puede restaurar la diversidad genética de especies al borde de la extinción, en un intento de reducir el riesgo de enfermedades y problemas de fertilidad asociados con la endogamia.
Antonia nació en mayo de 2023 en las instalaciones del Smithsonian en Virginia. Su creación fue un esfuerzo que tomó más de una década de planificación y estudios detallados para optimizar el proceso de clonación en comadrejas de patas negras. Los científicos utilizaron material genético de una comadreja llamada Willa, fallecida en 1988, cuyos tejidos fueron cuidadosamente preservados en el banco genético conocido como Frozen Zoo, del San Diego Zoo Wildlife Alliance.
Este banco de material genético fue establecido para almacenar y conservar los genes de especies en riesgo de extinción. La técnica empleada para la clonación de Antonia, conocida como transferencia de núcleo de células somáticas, consiste en introducir el material genético de un individuo en el núcleo de una célula de óvulo donante. Los científicos han señalado que el caso de Antonia representa la primera vez que la clonación ha contribuido de manera tangible a incrementar la variabilidad genética en una población en peligro de extinción.
El uso de la clonación para la conservación no está exento de controversias; sin embargo, expertos como Ryan Phelan, cofundador y director ejecutivo de Revive & Restore, han señalado a Smithsonian, que esta tecnología ofrece una oportunidad única para salvar a especies cuyo acervo genético está peligrosamente limitado. Phelan destacó que los genes de Willa, preservados durante décadas, contienen una diversidad genética tres veces mayor que la de las comadrejas de patas negras actuales, todas descendientes de apenas siete individuos que sobrevivieron en libertad en la década de 1980.
La especie fue declarada extinta en 1981, hasta que se redescubrió una pequeña población en Wyoming. Desde entonces, esfuerzos concertados han logrado recuperar parcialmente a la especie, aunque solo se estima que existen alrededor de 370 ejemplares en libertad.
Las comadrejas de patas negras enfrentan una serie de amenazas que incluyen la pérdida de su hábitat natural en las praderas de Norteamérica, enfermedades y la reducción de su presa principal, los perros de las praderas. Debido a la falta de variabilidad genética, estos animales han desarrollado una susceptibilidad mayor a ciertas enfermedades, lo cual amenaza su viabilidad a largo plazo.