Cuando un niño se enfrenta a una enfermedad crónica o problemas de salud mental, faltar a clases puede parecer el menor de los males, pero en realidad esa desconexión del entorno escolar puede convertir su situación emocional en un auténtico caos. En este caso, entra en escena el robot AV1, cortesía de la empresa noruega No Isolation, con una solución para mitigar ese aislamiento y mantener a los estudiantes conectados con su aula y sus compañeros.
Este dispositivo cumple una doble función: se convierte en los ojos, oídos y voz del estudiante en clase, asegurándose de que no solo esté al día con las lecciones, y posibilitando la interacción en las lecciones desde su casa.
Más allá de la simple asistencia remota a las clases, el AV1 juega un papel crucial en la preservación de los lazos sociales, algo vital para los niños que enfrentan largos periodos fuera de la escuela. La única complicación que puede tener una escuela en su utilización es la conexión al wifi, necesario para el correcto funcionamiento.
Según CNN, un ejemplo destacado es el caso de un estudiante de 15 años en Warwickshire, Inglaterra, quien, a través del robot, mantiene su participación en el grupo de amigos, incluso durante los descansos escolares como el almuerzo, donde el robot lo reemplaza, pero sólo físicamente para acompañar a sus amigos.
“Durante una ausencia prolongada, en la que los compañeros de clase pueden no ver a su amigo durante un largo período, esta conexión con la escuela realmente se convierte en un salvavidas para ese estudiante, especialmente para aquellos con una condición médica”, aseguró Florence Salisbury, directora de marketing de No Isolation.
Descripción técnica del robot AV1
El dispositivo se destaca por su diseño simple pero funcional, pensado para integrarse fácilmente en el entorno escolar. El robot tiene una estructura que imita una cabeza y torso humanoide en miniatura, y está equipado con una cámara, un micrófono y un altavoz, lo que permite al estudiante interactuar de forma remota desde cualquier lugar.
Con un giro de 360 grados, ofrece al niño una visión completa del aula y la posibilidad de enfocarse en distintos puntos, como si estuviera físicamente presente. Todo el control se realiza a través de una aplicación, a la que solo el estudiante tiene acceso mediante una contraseña única.
El robot permite una interacción más directa con el entorno educativo. El estudiante puede levantar la mano virtualmente a través de una luz que parpadea en la cabeza del robot, o incluso expresar emociones mediante emojis que se muestran en los ojos del AV1, lo que crea una experiencia de aprendizaje inmersiva y flexible.
“Hemos visto que eliminar esa presión de estar frente a la cámara aumenta la probabilidad de que el robot se utilice para estudiantes que evitan la escuela por motivos emocionales”, explicó a CNN Salisbury. También confirmó que tienen unas 3.000 unidades activas en 17 países.
Además, el AV1 fue diseñado para ser práctico tanto para los estudiantes como para los profesores. Con un peso ligero de alrededor de 1 kilogramo, el robot es fácilmente transportable entre clases y puede colocarse en un escritorio, garantizando que el alumno mantenga siempre su conexión con el aula.
Este robot fue diseñado con un enfoque fuerte en la privacidad y seguridad; no se recopilan datos personales de los estudiantes que lo usan y la aplicación impide que se realicen capturas de pantalla o grabaciones, según información de CNN.
Además, la transmisión en vivo está protegida por cifrado, y solo puede estar conectado un dispositivo a la vez, lo que garantiza que el robot sea controlado exclusivamente por el estudiante autorizado. Para mayor transparencia, la cabeza y los ojos del AV1 se iluminan cuando está en uso, asegurando que todos en el aula sepan cuándo está activo.