Un grupo de científicos encontró huevos fosilizados de dinosaurio que reveló características nuevas sobre una especie

Este descubrimiento se realizó en una de las zonas paleontológicas más ricas del mundo, conocida por la abundancia de fósiles de dinosaurios

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El huevo más pequeño mide
El huevo más pequeño mide 29 mm, convirtiéndose en el espécimen más diminuto jamás registrado (Universidad de Geociencias de China)

En 2021, un descubrimiento inesperado sorprendió a la comunidad científica cuando un equipo de investigadores desenterró los restos fosilizados de seis huevos de dinosaurio cerca de un sitio de construcción en la región de Ganzhou, en el sureste de China.

El hallazgo no solo fue notable por el excelente estado de conservación de los fósiles, sino por la revelación de que entre estos se encontraba el huevo de dinosaurio más pequeño jamás registrado. Este descubrimiento se realizó en una de las zonas paleontológicas más ricas del mundo, conocida por la abundancia de fósiles de dinosaurios.

El más pequeño de estos huevos mide apenas 29 mm de largo, un tamaño que lo convierte en el espécimen más diminuto jamás encontrado, superando al anterior poseedor del récord, el huevo microelipsoide de Jingguo. Este nuevo hallazgo no solo destaca por su tamaño, sino por la calidad de conservación de los seis huevos, que fueron fosilizados juntos como una unidad.

Los científicos clasificaron los huevos
Los científicos clasificaron los huevos bajo un nuevo género y especie, Minioolithus ganzhouensis (Imagen ilustrativa Infobae)

Los expertos han destacado la importancia de estos fósiles, ya que brindan una oportunidad única para profundizar en la reproducción y el desarrollo de los dinosaurios del Cretácico Superior, un periodo que data de hace 80 millones de años. El estudio de estos huevos se publicó en la revista Historical Biology.

Clasificación de una nueva especie

Los análisis posteriores al descubrimiento revelaron detalles fascinantes sobre los fósiles, permitiendo a los científicos establecer una nueva especie. Tras un examen minucioso, los investigadores clasificaron los huevos bajo un nuevo género y especie, denominado Minioolithus ganzhouensis, además de crear un ootaxón—una clasificación taxonómica específica de los huevos.

Este avance fue posible gracias a un estudio detallado de la forma y estructura de las cáscaras, características que no coincidían con ningún otro dinosaurio conocido, lo que sugiere la existencia de una especie de terópodo hasta ahora desconocida.

Técnicas avanzadas permitieron estudiar las
Técnicas avanzadas permitieron estudiar las finas características de las cáscaras sin dañar los fósiles (Imagen ilustrativa Infobae)

Para realizar este detallado análisis, los científicos recurrieron a técnicas avanzadas y no destructivas, preservando así los fósiles en el mismo estado en el que fueron encontrados. El equipo empleó microscopía electrónica y difracción de retrodispersión de electrones para estudiar los detalles más finos de las cáscaras, como el grosor, los poros y las ornamentaciones superficiales de los huevos.

Estos métodos permitieron obtener imágenes de alta resolución y analizar la textura del material sin dañar los fósiles, lo que fue crucial para comprender la composición y estructura de estos huevos. Además, se espera que el uso de tomografía computarizada (CT) en estudios futuros permita obtener modelos tridimensionales del interior de los huevos, lo que podría ofrecer más pistas sobre la especie que los puso y cómo se desarrollaban los embriones en su interior.

Implicaciones evolutivas

El descubrimiento de los huevos de Minioolithus ganzhouensis no solo añade una nueva especie a la lista de dinosaurios conocidos, sino que también proporciona información crucial para entender la evolución reproductiva de los terópodos.

El hallazgo proporciona pistas sobre
El hallazgo proporciona pistas sobre la evolución reproductiva de los terópodos del Cretácico Superior (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los paleontólogos creen que estos hallazgos pueden ofrecer nuevos conocimientos sobre cómo estos dinosaurios construían sus nidos y protegían a sus crías. El análisis detallado de la disposición de los huevos, junto con el grosor y la estructura de sus cáscaras, sugiere que los terópodos no aviares podrían haber tenido comportamientos de anidación más complejos de lo que se pensaba.

Este tipo de estudio es fundamental para ampliar la comprensión de los mecanismos reproductivos de los dinosaurios del Cretácico Superior. Además, las características únicas de los huevos, como su pequeño tamaño y el patrón de ornamentación en las cáscaras, pueden ayudar a los investigadores a trazar un mapa más preciso de las estrategias de reproducción y supervivencia que estos dinosaurios desarrollaron frente a los cambios ambientales y depredadores.

En futuras investigaciones, los científicos esperan desvelar más detalles sobre cómo los huevos se enterraban y mantenían protegidos, lo que arrojará más luz sobre los ciclos de vida y la evolución de estos antiguos depredadores.

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