Tras 20 años, científicos encontraron un enorme “pez fantasma” que creían extinto

En noviembre de 2020, los científicos recibieron una noticia inesperada que los llenó de emoción: un gran pez había sido capturado en las aguas del río Mekong en Camboya. No era ninguna captura. Las características descritas por los pescadores, como su peculiar boca y la protuberancia en su mandíbula, hacían sospechar que podría tratarse del legendario “fantasma del Mekong“, un pez que no se había visto en 15 años y que muchos creían extinto. Sin embargo, este ejemplar se perdió antes de que los científicos pudieran examinarlo, dejando una sensación de oportunidad perdida y dudas sobre su identidad.

Actualmente, la incertidumbre se despejó. Pescadores camboyanos capturaron no uno, sino dos peces de características similares. Esta vez, los científicos pudieron adquirir los ejemplares para su análisis, confirmando lo que habían estado esperando durante dos décadas: el fantasma del Mekong, una carpa salmón gigante, seguía viva.

El llamado " fantasma del Mekong “, cuyo nombre científico es carpa salmón gigante, es una de las especies de peces más misteriosas y escurridizas del mundo. Esta especie, descubierta formalmente en 1991, se caracteriza por su gran tamaño, pudiendo alcanzar hasta 30 kilos de peso y 120 centímetros de largo. Uno de los rasgos más distintivos de este pez es su boca, que tiene una forma inusual y presenta una protuberancia en la mandíbula, lo que facilita su identificación.

A lo largo de los años, se han registrado menos de 30 ejemplares de esta especie, lo que la convierte en un verdadero enigma para los biólogos y un símbolo de la biodiversidad del río Mekong. Su rareza y la falta de avistamientos han llevado a los científicos a pensar que el pez podría estar al borde de la extinción. Sin embargo, el reciente redescubrimiento da esperanza para su conservación, aunque quedan muchas preguntas sin respuesta: ¿dónde habitan exactamente estos peces? ¿Cuántos quedan en el río?

Además de su tamaño y características físicas, la carpa de salmón gigante juega un papel crucial como indicador de la salud del ecosistema del Mekong. Al ser una especie grande y vulnerable, su presencia sugiere que aún existen áreas del río que pueden sustentar vida compleja, aunque el futuro de la especie sigue en riesgo debido a las crecientes amenazas en su hábitat.

El río Mekong, conocido en tailandés y lao como “la madre de los ríos“, es uno de los ríos más largos y biodiversos del mundo. Con una longitud de 4.350 kilómetros , atraviesa seis países del sudeste asiático: China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam. Este río es una fuente vital de sustento para decenas de millones de personas que dependen de sus aguas para la pesca, el riego y el transporte. Su cuenca alberga más de 1.100 especies de peces, muchas de las cuales no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, lo que convierte al Mekong en un ecosistema único y esencial para la biodiversidad global.

Sin embargo, el Mekong enfrenta serias amenazas que ponen en peligro tanto su biodiversidad como la subsistencia de quienes dependen de él. Entre los desafíos más críticos están la construcción de represas hidroeléctricas, que alteran el flujo natural del río y afectan los ciclos de reproducción de las especies, y la sobrepesca, que reducen las poblaciones de peces de manera alarmante. A esto se suman la degradación del hábitat y el cambio climático, que provocan fenómenos extremos como inundaciones y sequías más frecuentes y severas en la región.

La supervivencia de especies como la carpa salmón gigante está directamente relacionada con la salud del Mekong. Las alteraciones causadas por la actividad humana no solo afectan a peces grandes como este, sino también a todo el ecosistema acuático. Cada intervención en el río, como la extracción de arena o la construcción de infraestructuras, tiene un impacto profundo en la vida que depende de sus aguas, y pone en riesgo a muchas especies en peligro de extinción.

Desde hace más de dos décadas, un equipo internacional de científicos ha estado trabajando para proteger la biodiversidad del río Mekong y redescubrir especies perdidas, como la carpa salmón gigante. Zeb Hogan, biólogo de la Universidad de Nevada, Reno, y director del proyecto Wonders of the Mekong, ha sido una figura clave en esta búsqueda. Hogan, fascinado por la magnitud y el misterio de esta especie, ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar los peces del Mekong, y su perseverancia ha sido crucial para el reciente hallazgo.

El trabajo de estos científicos no se limita a la investigación en laboratorio. Gran parte de su éxito se debe a su colaboración con las comunidades locales, especialmente con los pescadores que dependen del río para su subsistencia. A través de programas de divulgación, han enseñado a los pescadores a identificar especies raras y contactar a los científicos cuando encuentren algo inusual. Esta cooperación fue fundamental en el redescubrimiento del “fantasma del Mekong”, ya que los pescadores sabían que habían capturado algo extraordinario y avisaron al equipo de Hogan.

Los científicos han estado recorriendo mercados de pescado y entrevistando a pescadores durante años en busca de pistas sobre la carpa salmón gigante. Su presencia constante y el establecimiento de relaciones con las comunidades locales han generado confianza, lo que ha permitido que los pescadores se sientan seguros al compartir sus descubrimientos. Este enfoque comunitario ha sido clave para encontrar no solo a esta especie, sino también para promover la conservación de otras especies en peligro.

A pesar de los avances, la conservación sigue siendo un reto. El Mekong enfrenta múltiples amenazas, y aunque los científicos han logrado avances, insisten en que se necesita hacer más para proteger este ecosistema vital. Los esfuerzos continuos de conservación incluyen no solo el monitoreo de especies, sino también la lucha contra los efectos del cambio climático y las presiones del desarrollo humano.

El río Mekong es un ecosistema extremadamente diverso, pero también es uno de los más amenazados del mundo. Las actividades humanas, combinadas con los efectos del cambio climático, están alterando radicalmente su equilibrio natural. Cada año, la región enfrenta fenómenos meteorológicos más severos, como inundaciones y sequías, que afectan tanto a las comunidades humanas como a la fauna acuática que depende del río para sobrevivir.

Uno de los mayores peligros para el Mekong proviene de la construcción de represas hidroeléctricas. Estas infraestructuras no solo interrumpen el flujo natural del río, sino que también bloquean las rutas migratorias de muchas especies de peces, incluida la carpa salmón gigante, lo que impide su reproducción y reduce sus poblaciones. Además, la sobrepesca es una preocupación constante. A medida que las comunidades que viven en las orillas del Mekong dependen de la pesca para su sustento, la demanda de pescado ha llevado a una explotación insostenible de los recursos acuáticos.

Otra grave amenaza es la extracción de arena del lecho del río, utilizada en la construcción. Este proceso destruye los hábitats de muchas especies, erosiona las riberas y altera el ecosistema del Mekong de manera irreversible. Como resultado, más del 20% de las especies de peces en el río están actualmente en peligro de extinción, según un informe reciente que involucra a organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el proyecto Maravillas del Mekong.

La carpa salmón gigante, conocida como el “fantasma del Mekong”, se ha convertido en un símbolo de las especies que están al borde de la desaparición. El reciente redescubrimiento de algunos ejemplares de esta especie ha dado esperanza, pero también ha resaltado la urgencia de proteger el río. Sin conservación adecuada, la biodiversidad del Mekong podría verse irreparablemente dañada, afectando no solo a la fauna, sino también a las comunidades humanas que dependen de las medidas del río para su supervivencia.

El redescubrimiento de la carpa salmón gigante, también conocido como el “fantasma del Mekong”, ha sido recibido como un signo de esperanza tanto para la especie como para el ecosistema del río Mekong. Para los científicos que llevan décadas buscando este pez en peligro crítico de extinción, encontrar nuevos ejemplares ha sido un recordatorio de que no es demasiado tarde para salvar esta y otras especies que dependen del Mekong.

Hogan describió el redescubrimiento como una oportunidad única para impulsar la conservación. “Es una señal de esperanza”, comentó enfatizando que la supervivencia de esta especie indica que aún existen partes del Mekong que pueden sostener la vida, a pesar de las múltiples amenazas que enfrenta el río. Además, el equipo de investigadores ha propuesto formar una colaboración internacional entre Camboya, Laos y Tailandia para estudiar más a fondo la población de carpa salmón gigante y diseñar planes de acción para su protección.

A pesar de la buena noticia, todavía hay muchas preguntas por responder. Se desconoce cuántos ejemplares de carpa gigante quedan en el río o si las poblaciones residen en áreas previamente desconocidas. Los tres peces encontrados entre 2020 y 2023 se hallaron fuera de las zonas donde históricamente se habían registrado avistamientos, lo que sugiere que podrían haber migrado o que existen refugios de esta especie en partes del Mekong que no han sido completamente exploradas.

El reto ahora es mantener el impulso de este descubrimiento y transformarlo en acciones concretas que protejan no solo a la carpa gigante, sino a todo el ecosistema del Mekong. Los científicos destacan que este pez es un indicador clave de la salud del río y que su protección podría tener un efecto positivo en otras especies que también están al borde de la extinción. La conservación del Mekong es esencial no solo para preservar su biodiversidad única, sino también para garantizar la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas que dependen del río.