Cómo es la nueva especie de roedor tuco-tuco descubierta en el Valle de Uco

Un equipo de científicos ha identificado una variedad inédita de esta especie, incrementando la riqueza biológica del conocido valle y abriendo un campo de estudio botánico para la región

Un equipo de científicos encontró una nueva especie de roedor subterráneo conocido comúnmente como tuco-tuco (Freepik)

Un equipo de científicos del Conicet y la Universidad Austral de Chile (UACh) realizó un descubrimiento fascinante en el Valle de Uco, en Mendoza. Durante una expedición en busca de pequeñas especies de mamíferos, encontraron una nueva especie de roedor subterráneo: el Ctenomys uco, conocido comúnmente como tuco-tuco. Este hallazgo no solo es relevante por su contribución a la biodiversidad regional, sino también porque añade una nueva especie al grupo de los tuco-tucos, uno de los más diversos del Cono Sur.

Los tuco-tucos son roedores subterráneos que habitan exclusivamente en Sudamérica. Son conocidos por su adaptación a la vida bajo tierra, y hasta la fecha se han descrito más de 69 especies diferentes. El Ctenomys uco, que toma su nombre del lugar donde fue descubierto, se suma a esta lista como un linaje distinto, lo que demuestra la rica diversidad biológica que aún queda por explorar en el continente.

El descubrimiento del Ctenomys uco

El hallazgo de esta nueva especie fue el resultado de un estudio genético realizado por investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia y otros centros académicos. Estos estudios previos sugerían la existencia de una población de tuco-tucos genéticamente diferente en el Valle de Uco. Aprovechando esta pista, los científicos llevaron a cabo varias expediciones de campo en el otoño de 2023, capturando, midiendo y analizando los roedores. Los resultados de este análisis confirmaron que se trataba de una especie nunca antes descrita.

Distribución de las poblaciones de Ctenomys uco

Tras la identificación de esta nueva especie, los científicos lograron localizar al menos tres poblaciones distintas de Ctenomys uco en el Valle de Uco y sus alrededores. La primera de ellas se encontró en los viñedos de Tupungato, en dos fincas reconocidas: Finca Caicayén II de la bodega Chandon y Terrazas de los Andes. La segunda población fue hallada en una zona montañosa conocida como el Cajón de Arenales, en el departamento de Tunuyán.

Más adelante, en la primavera de 2023, se descubrió una tercera población en otro viñedo cercano a Tupungato, específicamente en la Finca Agrelo de la bodega Argento, en Luján de Cuyo. Este hallazgo amplió la distribución conocida de esta especie, destacando que, aunque recién descubierta, podría estar presente en más áreas de lo que inicialmente se creía.

Los tuco-tucos tienden a vivir en áreas específicas con condiciones que les permiten cavar sus túneles subterráneos. En este caso, es notable que dos de las poblaciones se encontrarán en viñedos, donde estos roedores cumplen un papel ecológico importante, ya que sus madrigueras ayudan a airear el suelo y mejorar la absorción de agua, lo que es particularmente beneficioso en viñedos que practican. una producción orgánica.

Importancia ecológica de los tuco-tucos en los viñedos

El descubrimiento del Ctenomys uco no solo tiene relevancia científica, sino también ecológica (Freepik)

El descubrimiento del Ctenomys uco no solo tiene relevancia científica, sino también ecológica, especialmente en las áreas agrícolas donde fue encontrado. Los tuco-tucos desempeñan un papel crucial en los ecosistemas subterráneos al modificar el suelo mediante la construcción de sus madrigueras. En los viñedos donde se hallaron algunas de las poblaciones, este comportamiento tiene un impacto positivo en la salud del suelo.

En los viñedos de Tupungato y Luján de Cuyo, donde se practica la producción orgánica, los tuco-tucos son particularmente beneficiosos. Al excavar túneles bajo tierra, estos roedores contribuyen a la aireación del suelo, lo que mejora la estructura del mismo y facilita una mayor absorción de agua. Esto es crucial en una región como el Valle de Uco, donde el riego es esencial para el cultivo de vid en un entorno semiárido.

Además de favorecer la absorción de agua, los movimientos subterráneos de los tuco-tucos también permiten una mejor mezcla de nutrientes en el suelo, lo que puede aumentar la fertilidad de manera natural. Este servicio ecosistémico que brinda a los roedores es especialmente valioso en las prácticas agrícolas sostenibles, donde se busca minimizar el uso de productos químicos y aprovechar los beneficios que ofrece la biodiversidad local.

Sin embargo, la interacción entre los tuco-tucos y los viñedos también plantea desafíos, ya que su presencia puede causar daños a las raíces de las plantas. A pesar de ello, algunos viticultores han reconocido la importancia de equilibrar su conservación con la gestión adecuada del suelo para obtener los beneficios sin afectar la producción.

Desafíos de conservación del Ctenomys uco

Uno de los principales problemas para su conservación es la poca información disponible sobre sus hábitos y distribución exacta (Freepik)

A pesar de los beneficios que los tuco-tucos aportan al ecosistema, la conservación de estas especies enfrenta numerosos desafíos. A nivel general, los tuco-tucos, incluidos los del grupo Ctenomys, sufren las consecuencias del cambio climático y la actividad humana, factores que alteran sus hábitats subterráneos y ponen en riesgo su supervivencia.

Uno de los principales problemas para su conservación es la poca información disponible sobre sus hábitos y distribución exacta. Esto es particularmente cierto en el caso del Ctenomys uco, una especie recién descubierta que, aunque ha sido identificada en algunas áreas, podría estar presente en otras regiones aún no exploradas. La falta de estudios completos sobre su ecología y biología complica los esfuerzos para diseñar planes efectivos de conservación.

El cambio climático es otra amenaza importante. Las variaciones en las temperaturas y los patrones de precipitación pueden afectar gravemente los suelos donde los tuco-tucos construyen sus madrigueras, reduciendo la disponibilidad de espacios adecuados para su supervivencia. Además, la expansión agrícola y el crecimiento urbano en el Valle de Uco también representan un riesgo, ya que las actividades humanas pueden fragmentar los hábitats y dificultar el movimiento de las poblaciones de tuco-tucos.

La científica Raquel Alvarado-Larios, quien lidera parte de la investigación, subrayó la importancia de identificar nuevas poblaciones para enfocar los esfuerzos de conservación en aquellas que puedan estar en peligro. Además, investigaciones como esta son esenciales para desarrollar estrategias que permitan una gestión sostenible de los entornos donde coexisten las actividades humanas y las especies nativas. Este enfoque es crucial no solo para la preservación del Ctenomys uco, sino también para garantizar la salud general de los ecosistemas del Valle de Uco.

Investigación científica y su relevancia para la conservación

El descubrimiento del Ctenomys uco en el Valle de Uco fue posible gracias a los esfuerzos colaborativos entre varias instituciones científicas, como el Conicet, la Universidad Austral de Chile (UACh) y el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Estos estudios forman parte de un proceso más amplio para catalogar y entender la diversidad biológica del Cono Sur, donde los tuco-tucos son un grupo particularmente interesante debido a su alto nivel de diversidad y su vida subterránea.

El equipo de investigadores empleó métodos avanzados, como el análisis genético, para identificar esta nueva especie. Durante las expediciones de campo realizadas en el otoño de 2023, capturaron y midieron varios ejemplares de tuco-tuco, comparando su información genética con otras especies ya descritas. Fue este enfoque multidisciplinario el que permitió confirmar que el Ctenomys uco era un línea previamente desconocido.

La investigación no solo tiene implicaciones para la ciencia, sino que también es clave para los esfuerzos de conservación. Al identificar nuevas especies y mapear sus poblaciones, los científicos pueden desarrollar estrategias para protegerlas de amenazas como el cambio climático y la expansión agrícola. Además, los estudios genéticos proporcionan información valiosa sobre la variabilidad genética, un factor crucial para la supervivencia a largo plazo de las especies en entornos cambiantes.

El trabajo de los investigadores también permite gestionar de manera más efectiva los entornos donde estas especies coexisten con la actividad humana. Esto es particularmente relevante en regiones como el Valle de Uco, donde el equilibrio entre la producción agrícola y la conservación de la biodiversidad es esencial para la sostenibilidad a largo plazo de ambos sectores.