El casuario es considerado el ave más peligrosa del mundo debido a su tamaño, temperamento y poderosas patas con garras afiladas. Originario de Oceanía, se encuentra principalmente en Papúa Nueva Guinea, partes de Australia e Indonesia, y pertenece a la familia Casuariidae. Esta enorme ave no voladora puede alcanzar una altura de 1,70 metros y pesar hasta 60 kilos. Entre sus características físicas se destacan un plumaje oscuro y brillante, una gran placa ósea en forma de cuerno en su cabeza y dos barbillas en el cuello. Estas particularidades lo hacen inconfundible y le otorgan un aspecto imponente.
El casuario habita en densos bosques tropicales, donde se mueve con facilidad gracias a sus fuertes patas, capaces de correr hasta 50 kilómetros por hora. Aunque es un ave tímida y solitaria, posee un carácter agresivo si se siente amenazado. Sus garras, de hasta 12 centímetros de longitud, le permiten defenderse de manera letal; pueden atacar con potentes patadas que causan heridas graves o incluso mortales a sus víctimas. El caso de un hombre de 75 años de Florida en 2019 ejemplifica este peligro. Mientras mantenía un casuario en cautiverio, sufrió un ataque con las garras del ave que terminó con su vida.
A pesar de ser agresivo cuando se ve en peligro, el casuario muestra un comportamiento más tranquilo en su entorno natural. Su dieta es principalmente frugívora, lo que significa que se alimenta de frutas caídas, aunque también consume insectos, pequeños vertebrados y hongos. Su papel en el ecosistema es fundamental, ya que al comer frutas y excretar las semillas, contribuye a la dispersión de diversas especies de plantas en los bosques donde habita. Además, algunas semillas de gran tamaño solo pueden ser ingeridas y dispersadas por esta ave, lo que la convierte en una especie clave para la biodiversidad de su entorno.
El casuario posee características físicas únicas que lo hacen una especie fascinante. Su casco o cresta, hecho de hueso y recubierto de queratina, ha generado diversas teorías sobre su función: algunos investigadores sugieren que puede ser una señal de dominancia o edad, mientras que otros creen que podría servir como herramienta para abrirse paso entre la densa vegetación del bosque. La estructura del casco también podría ayudar a amplificar los sonidos que el ave emite, porque sus llamadas son de baja frecuencia y apenas perceptibles para el oído humano.
Este ave destaca por su capacidad para nadar y saltar grandes alturas, además de correr a gran velocidad. Sus patas son tan poderosas que pueden saltar más de 1,5 metros de altura y desplazarse rápidamente, lo que le permite huir de depredadores y buscar alimento con eficacia. Sin embargo, al no tener depredadores naturales, el casuario enfrenta otros peligros, como la pérdida de hábitat, colisiones con vehículos y la caza por parte de los humanos, que buscan su carne.
Otra peculiaridad del casuario es que es el macho el encargado de incubar los huevos y cuidar de los polluelos. Tras poner de cuatro a ocho huevos, la hembra abandona la nidada, y el macho se dedica a protegerlos durante aproximadamente 50 días. Una vez que los polluelos nacen, el padre continúa cuidándolos durante unos nueve meses, guiándolos en la búsqueda de alimento y enseñándoles a sobrevivir en su entorno.
El casuario, a pesar de su peligrosidad, es una especie vital para el mantenimiento de los ecosistemas donde habita. Aporta diversidad de plantas y es parte de la historia evolutiva de las aves, ya que comparte características con los dinosaurios. Su temperamento, tamaño y habilidades físicas lo convierten en una especie única y fascinante, pero al mismo tiempo peligrosa, sobre todo si se siente amenazado.