Desde el surgimiento de la humanidad, la presencia del ser humano ha tenido una profunda huella en el equilibrio natural, transformando paisajes, ecosistemas y provocando la extinción de múltiples especies. Ahora, un nuevo estudio advierte que en los próximos 200 años se podrían extinguir alrededor de 1.300 especies de aves, casi el doble de las que ya han desaparecido hasta la fecha.
Esta pérdida podría desencadenar graves consecuencias para los ecosistemas. Afectaría funciones esenciales como la polinización, la dispersión de semillas y el control de plagas; sin ello, muchas plantas podrían tener dificultades para reproducirse, lo que afectaría a la fauna que depende de ellas, y el aumento de ciertas poblaciones de insectos y roedores podría desestabilizar el balance de otros organismos.
La investigación, liderada por la Universidad de Birmingham y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) de España, analizó el impacto de la desaparición de aves desde los primeros pasos del ser humano hasta la actualidad, y proyecta el futuro de estas extinciones.
Publicado en la revista Science, el estudio concluye que estas pérdidas conllevan la desaparición de especies, pero sobre todo que afectan la diversidad funcional del planeta, entendida como la gama de roles y funciones que las aves desempeñan en sus entornos.
La extinción de una especie de ave significa que su rol único en el ecosistema también desaparece, lo que puede desequilibrar los procesos naturales de manera significativa. La investigación reveló que alrededor de 610 especies de aves desaparecieron durante los últimos 130.000 años, coincidiendo con la expansión global del Homo sapiens, según la agencia Reuters.
“Además de la diversidad funcional, cada especie también tiene una cierta cantidad de historia evolutiva, por lo tanto, cuando esa especie se extingue, es básicamente como cortar una rama del árbol de la vida y toda esa diversidad filogenética asociada también se pierde”, explicó el autor principal, el Dr. Tom Matthews de la Universidad de Birmingham.
Diversidad funcional y pérdida de roles ecológicos
Un estudio reveló que la diversidad funcional de las aves ya ha disminuido significativamente a nivel global, con una pérdida de al menos el 20% en la variedad de roles que desempeñan en los ecosistemas. Además, se espera que esta tendencia se mantenga en el futuro, con una posible reducción adicional del 7% en los próximos 200 años.
El concepto de diversidad funcional no se refiere solo al número de especies, sino a las funciones específicas que cada una cumple en su hábitat. Por ejemplo, hay aves que controlan las plagas al alimentarse de insectos, otras que actúan como carroñeras eliminando desechos orgánicos y algunas que dispersan semillas consumiendo frutas, facilitando así el crecimiento de nuevas plantas y árboles.
El estudio recalca la importancia de entender los efectos de estas extinciones en el pasado para poder calibrar mejor las consecuencias futuras y diseñar estrategias más eficaces de conservación y restauración global. La pérdida de diversidad funcional podría generar un efecto dominó, alterando procesos naturales que van desde la regeneración de los bosques hasta la regulación de enfermedades, según la agencia Europa Press.
Las islas fueron identificadas como los entornos más afectados por la extinción de aves, concentrando el 80% de las especies que han desaparecido. Este fenómeno resultó en una pérdida del 31 % de la diversidad funcional en estos ecosistemas insulares.
La vulnerabilidad de las islas se debe a su aislamiento y la evolución de muchas aves endémicas que desarrollaron capacidades limitadas de vuelo, lo que las deja indefensas ante la introducción de nuevos depredadores y la destrucción del hábitat.
Por ejemplo, las aves incapaces de volar en islas como Mauricio y Hawái fueron particularmente vulnerables ante la llegada de depredadores introducidos por el hombre, como ratas y gatos. Allí, el dodo y el Kauaʻi ʻōʻō, respectivamente, cumplían roles importantes en la dispersión de semillas, afirmó Reuters.
Causas de la extinción de aves
Las extinciones de aves a lo largo de la historia están fuertemente vinculadas a actividades humanas. Entre las principales causas destacan la caza, la destrucción de hábitats y la introducción de especies no autóctonas que alteran los ecosistemas locales.
En ciertas regiones, la captura de aves para el comercio (especialmente de aves cantoras) se convirtió en un gran problema, como es el caso del sudeste asiático. Además, enfermedades introducidas por el ser humano, como la malaria aviar en Hawái, provocaron extinciones masivas entre especies nativas.