Un hallazgo arqueológico revoluciona la comprensión de la Batalla de Waterloo

Un equipo de arqueólogos y voluntarios que trabajaban en la Granja del Mont-Saint-Jean, en Bélgica, encontraron un esqueleto humano completo, un descubrimiento excepcional ya que es apenas el segundo hallado desde el fin de la batalla

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Un equipo de arqueólogos y voluntarios trabajan en un hallazgo arqueológico de la batalla de Waterloo

La batalla de Waterloo, ocurrida el 18 de junio de 1815, fue un enfrentamiento bélico decisivo que marcó el destino de Europa y puso fin a las Guerras Napoleónicas. La contienda tuvo lugar en las cercanías de Waterloo, una pequeña localidad en Bélgica, donde las tropas aliadas, lideradas por el duque de Wellington, lograron derrotar al ejército de Napoleón Bonaparte. Este acontecimiento no solo selló la caída de Napoleón, sino que también redefinió el mapa político europeo y el equilibrio de poder durante gran parte del siglo XIX. La batalla es considerada un punto de inflexión en la historia militar europea y ha sido objeto de innumerables estudios y análisis por la brutalidad y magnitud del combate.

La batalla de Waterloo fue el enfrentamiento final de Napoleón Bonaparte tras su regreso del exilio en la isla de Elba, un período conocido como los Cien Días. Las fuerzas aliadas, conformadas por tropas de países como Gran Bretaña, Prusia, los Países Bajos y Hannover, lograron unir sus esfuerzos bajo el mando del duque de Wellington y el mariscal prusiano Gebhard von Blücher para hacer frente al intento de Napoleón de recuperar su imperio. La contienda resultó en una de las derrotas más aplastantes de la historia militar de Napoleón, quien, tras su fracaso, fue exiliado definitivamente a la isla de Santa Elena, donde moriría años después.

Un hallazgo arqueológico reciente ha arrojado nueva luz sobre la batalla de Waterloo, casi 200 años después de su conclusión. Un equipo de arqueólogos y voluntarios que trabajaban en la Granja del Mont-Saint-Jean, en Bélgica, encontraron un esqueleto humano completo, un descubrimiento excepcional ya que es apenas el segundo hallado desde el fin de la batalla. Este hecho es especialmente relevante si se tiene en cuenta que durante la contienda murieron entre 10.000 y 30.000 soldados, según la arqueóloga Véronique Moulaert, quien dirige la excavación en este histórico lugar.

La granja en cuestión tuvo una importancia estratégica en 1815, ya que sirvió como hospital de campaña para las tropas aliadas comandadas por el duque de Wellington. Además del esqueleto humano, los arqueólogos encontraron un verdadero “vertedero” de restos hospitalarios, que incluía cajas de munición, miembros amputados y huesos de caballos sacrificados, vestigios que dan cuenta de la crudeza del combate y la atención a los heridos en medio del caos de la guerra. Estos hallazgos ofrecen una perspectiva única sobre el cuidado médico de la época y las condiciones brutales a las que se enfrentaron los soldados.

Según Moulaert, estos restos óseos serán objeto de un análisis de laboratorio con el fin de comprender mejor las técnicas de amputación y tratamientos utilizados durante la batalla. Además, la investigación de los huesos de caballos permitirá estudiar si estos animales fueron empleados para el transporte de tropas o carros, así como identificar las causas de su muerte.

Los hallazgos recientes en el sitio de excavación de la Granja del Mont-Saint-Jean no solo revelan restos humanos, sino que también muestran evidencias de las condiciones extremas de la batalla de Waterloo. Estos descubrimientos ofrecen una visión cruda y directa de la realidad de la batalla, reflejando la urgencia con la que se trataba a los heridos y la magnitud de la violencia sufrida por los soldados.

Este hecho es especialmente relevante si se tiene en cuenta que durante la contienda fallecieron entre 10.000 y 30.000 soldados EFE/ Pau Mompó Alberola
Este hecho es especialmente relevante si se tiene en cuenta que durante la contienda fallecieron entre 10.000 y 30.000 soldados EFE/ Pau Mompó Alberola

En cuanto a los restos de caballos, se ha planteado la hipótesis de que los restos encontrados pertenecen a animales que fueron sacrificados durante la batalla. Los caballos desempeñaban un papel fundamental en el transporte y la logística de las tropas, tanto para llevar soldados a la primera línea de combate como para transportar suministros y heridos.

La escasez de restos humanos encontrados en el campo de batalla de Waterloo ha sido un misterio para los arqueólogos durante mucho tiempo. A pesar de que se calcula que muchos soldados perdieron la vida en este enfrentamiento, se han hallado muy pocos restos humanos. Una hipótesis publicada por un grupo de historiadores y arqueólogos belgas hace dos años sugiere una razón sorprendente para este fenómeno: los habitantes locales desenterraron los cadáveres y los vendieron a la industria azucarera.

Según esta investigación, los huesos de los soldados y caballos que murieron en Waterloo se habrían usado para blanquear el azúcar de remolacha. Durante el siglo XIX, esta práctica era común en la industria azucarera europea, que utilizaba fosfato de hueso como agente blanqueador para refinar el azúcar. Esta reutilización de restos óseos podría explicar por qué, a pesar de la magnitud de la batalla y el gran número de bajas, se han encontrado tan pocos esqueletos en el sitio de Waterloo.

El proceso de exhumación y venta de huesos probablemente fue llevado a cabo por los campesinos locales en los años posteriores a la batalla, lo que añade un capítulo inesperado y poco conocido a la historia del campo de batalla. La industria azucarera de la época, en busca de materia prima para el blanqueo, habría adquirido estos restos, eliminando así gran parte de la evidencia física del conflicto.

Más allá de su importancia histórica, el proyecto arqueológico en Waterloo también tiene un componente terapéutico significativo gracias a la labor de la asociación “Waterloo Uncovered”. Esta organización benéfica, fundada por el teniente coronel británico Charles Foinette, utiliza la arqueología como un medio para apoyar a veteranos militares y a personal en servicio que enfrentan lesiones físicas o traumas derivados de su experiencia profesional. El propósito de esta iniciativa es claro: proporcionar un espacio en el que los veteranos puedan encontrar alivio y apoyo a través de la participación en excavaciones arqueológicas.

El enfoque de “Waterloo Uncovered” se basa en la idea de que la arqueología, al ser una disciplina colaborativa y práctica, puede ayudar a los veteranos a sobrellevar sus lesiones y problemas de salud mental. Para Foinette, la batalla de Waterloo es el escenario ideal para este proyecto, dado su tamaño relativamente pequeño en comparación con otros conflictos bélicos como la Segunda Guerra Mundial. Esto permite a los participantes concentrarse en un área reducida, facilitando el trabajo arqueológico y la reconstrucción de la historia de una forma tangible.

La escasez de restos humanos encontrados en el campo de batalla de Waterloo ha sido un misterio para los arqueólogos durante mucho tiempo. EFE/ Pau Mompó Alberola
La escasez de restos humanos encontrados en el campo de batalla de Waterloo ha sido un misterio para los arqueólogos durante mucho tiempo. EFE/ Pau Mompó Alberola

La iniciativa ha tenido un impacto positivo en muchos veteranos que encuentran en esta actividad una forma de sanar. El proyecto, al reunir a personas de diferentes orígenes, nacionalidades y experiencias, también fomenta la creación de una comunidad que comparte intereses y objetivos comunes. Esto ha permitido que veteranos de distintos países se sientan parte de un esfuerzo colectivo, recordando el espíritu multinacional de la batalla de Waterloo.

La excavación en el sitio de Waterloo no solo tiene un propósito histórico y arqueológico; también ha transformado las vidas de algunos de sus participantes, como el oficial de la marina británica Sam Balmond. Con 14 años de experiencia militar, Balmond se unió a la excavación a través de “Waterloo Uncovered” como parte de su proceso de superación del acoso laboral que sufrió durante los últimos dos años. La arqueología, una pasión que hasta entonces solo había explorado a través de libros y documentales, se convirtió para él en una experiencia terapéutica y transformadora.

Balmond, junto con otros veteranos, voluntarios y profesionales, trabaja con cuidado y detalle, excavando con cucharas y pinceles en la tierra de la Granja del Mont-Saint-Jean para descubrir restos de soldados y animales que yacen allí desde hace más de 200 años. La oportunidad de conectar con la historia de una manera tan directa y práctica ha permitido a Balmond y a otros participantes sentirse útiles y encontrar una nueva perspectiva, vinculando su interés por la historia con un propósito personal de recuperación.

El teniente coronel Charles Foinette destaca la importancia de la arqueología como herramienta terapéutica, ya que se trata de una disciplina que involucra diferentes habilidades y que permite a personas con variados antecedentes y tipos de lesiones contribuir de manera significativa al proyecto. Para Foinette, el carácter multinacional del proyecto arqueológico en Waterloo refleja la diversidad de la misma batalla y, a su vez, el espíritu de las alianzas militares modernas en las que él y otros participantes han servido. Este enfoque inclusivo refuerza el sentido de comunidad entre los veteranos y les ofrece una nueva forma de sanar y reencontrar una misión en sus vidas.

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