Un equipo de arqueólogos logró identificar un antiguo refugio utilizado por viajeros de la Era Vikinga en la meseta de Hardanger, en Noruega. Basándose en pistas de un diario de viajes del siglo XIX, los investigadores descubrieron una cabaña que habría proporcionado refugio nocturno a los viajeros que atravesaban esta ruta comercial principal.
Cómo eran los refugios vikingos de la meseta noruega
En el interior de la primera habitación de la cabaña, los investigadores encontraron dos puntas de flecha que creen fueron dejadas por un cazador de la Edad Vikinga. Además, descubrieron un iniciador de fuego metálico de la misma era. “Está lleno de huesos de animales como renos, ovejas, aves, pescados, y otras cosas que comieron”, explicó la arqueóloga Marianne Vedeler del Museo de Historia Cultural, en un reporte de Science Norway. Destacó también que, generalmente, la basura se llevaba afuera, pero en este lugar, “se quedaron adentro, hicieron un desorden y arrojaron todo al fuego”.
El equipo descubrió una chimenea grande, de aproximadamente 90 cm por 1,2 m, con una capa de hollín de 15 cm, según mencionó Science Norway. “Hemos encontrado kilos de restos de comida antigua que fueron lanzados al fuego”, señaló Vedeler. Las muestras recogidas del hollín serán datadas para determinar cuánto tiempo estuvo en uso la cabaña.
La cabaña, que fue construida con piedra y césped, era bastante austera, pero ofrecía el refugio necesario contra las inclemencias del clima. Según Science Norway, había probablemente bancos anchos a lo largo de las paredes donde los viajeros podían sentarse o dormir. Otra revelación sorprendente fue la cantidad de basura que dejaron los viajeros. “No se molestaron en llevar su basura afuera. Simplemente se quedaron adentro, hicieron un desastre y arrojaron todo al fuego”, reiteró Vedeler en declaraciones al medio científico de la región nórdica.
Marianne Vedeler también explicó que esta cabaña fue mencionada por el científico Christoffer Hansteen en 1821, quien describió un “refugio de piedra desolado cuyo techo se había derrumbado” mientras caminaba por Store Nordmannsslepa. Aunque algunos arqueólogos visitaron el sitio en la década de 1980 y encontraron huesos de animales, la muestra de carbón que tomaron nunca fue analizada.
Cómo hicieron los científicos para encontrar y estudiar el refugio
La aventura para localizar la cabaña no fue fácil, comentó Vedeler. “Era un poco como deportes extremos. Vagueamos por el terreno durante un rato antes de encontrarla, y luego tuvimos que cargar palas, picos y equipo varios kilómetros hacia las montañas”, añadió.
Cerca del refugio, con ayuda de un detector de metales, hallaron herraduras y clavos de herradura antiguos, indicando que los viajeros estacionaban sus caballos antes de entrar. “Es fascinante ver cómo las personas se adaptaron a las duras condiciones de las montañas”, comentó Vedeler a Science Norway.
Si se obtiene más financiación, Vedeler y su equipo planean regresar el próximo año para continuar con la excavación. Según sus palabras, “No terminamos de excavar toda la chimenea ni de desenterrar lo suficiente para obtener una imagen completa de cómo era la cabaña”.
Dónde se hallaban los vikingos y a qué se dedicaban
Originarios de Escandinavia, los vikingos fueron algo más que guerreros saqueadores. Durante los siglos VIII al XI, estos pueblos se dedicaron a la agricultura, ganadería, comercio y exploración. Si bien sus incursiones violentas a lo largo de Europa los convirtieron en leyendas, su impacto fue mucho más amplio: establecieron rutas comerciales hasta Asia, colonizaron nuevas tierras como Islandia y Groenlandia, y llegaron incluso a América del Norte.
Su expansión no solo se limitó a la conquista. Como comerciantes y artesanos, los vikingos impulsaron el intercambio de bienes y cultura en Europa y más allá. Las rutas que trazaron y las influencias que dejaron detrás hicieron de ellos no solo feroces combatientes, sino también piezas clave en el desarrollo del mundo medieval.