Alaska es uno de los destinos más codiciados por los amantes de la naturaleza debido a su vasta y salvaje geografía, hogar de una biodiversidad extraordinaria. Este estado estadounidense es conocido por sus extensos paisajes y por ser refugio de animales majestuosos y fascinantes que viven en ambientes extremos.
Oso negro
El oso negro es la especie más pequeña de las tres presentes en Alaska, aunque sus características son igualmente imponentes. Se distingue de sus primos, los osos pardos, por su tamaño menor y una forma de hocico más puntiaguda. A pesar de su nombre, los osos negros no siempre son de este color; pueden presentar pelajes de tonos blancos, marrones o incluso azulados, como es el caso del raro “oso glaciar”. Estos osos suelen habitar las zonas boscosas de Alaska, desde el Pasaje Interior hasta más allá del Círculo Polar Ártico.
El mejor momento para observar a los osos negros es en verano, cuando salen de sus hibernaciones para alimentarse de salmones y bayas, acumulando grasa para la siguiente temporada de invierno. Existen áreas designadas para el avistamiento seguro de osos, como el Observatorio de Vida Silvestre de Anan Creek y el Área de Observación de Oso Pack Creek, donde se puede observar cómo cazan, juegan y cuidan a sus crías.
Oso pardo
El oso pardo, mucho más grande que el oso negro, es otra especie representativa de Alaska. También conocido como grizzly, el oso pardo que habita en las zonas costeras tiene acceso a mayor cantidad de alimentos, lo que lo convierte en una criatura aún más imponente. En la isla Kodiak, se encuentra una subespecie que puede llegar a pesar hasta 680 kilogramos y medir más de tres metros de altura al ponerse de pie.
Los mejores lugares para ver osos pardos incluyen el Parque Nacional y Reserva Katmai, donde se los puede observar pescando salmones en las corrientes de los ríos. Durante el verano, los osos están en constante actividad alimentándose para prepararse para el largo invierno, haciendo de esta temporada un momento ideal para los amantes de la vida silvestre.
Alce
El alce es el animal terrestre más grande de Alaska y uno de los favoritos entre los fotógrafos de vida silvestre. Los machos, llamados toros, pueden pesar hasta 725 kilogramos y llegar a medir más de dos metros en altura hasta el hombro. Las crías, que pesan alrededor de 14 kilogramos al nacer, se desarrollan rápidamente, ganando más de 135 kilogramos en los primeros cinco meses de vida.
Con una población estimada de 200.000 alces en Alaska, estos animales son fáciles de ver en regiones como el Parque Nacional Denali y áreas urbanas como Anchorage. Durante el invierno, es común ver a estos gigantes deambulando por las ciudades en busca de alimento, mientras que en verano se los ve pastando en zonas abiertas.
Caribú
El caribú, otro miembro destacado de la fauna de Alaska, es conocido por sus grandes migraciones en busca de pastos frescos. A diferencia de otros ciervos, tanto los machos como las hembras de caribú desarrollan cuernos. Sus manadas pueden abarcar más de 200.000 ejemplares, ofreciendo un espectáculo único cuando se desplazan en masa por la tundra.
Las mejores zonas para avistarlos son las regiones árticas y del interior de Alaska. El caribú es un símbolo de la naturaleza salvaje, y sus largos recorridos migratorios hacen que verlo sea una experiencia única para los visitantes.
Oveja de Dall
La oveja de Dall se destaca por sus impresionantes cuernos en espiral que pueden llegar a realizar un giro completo de 360 grados en los machos. Esta especie vive en las zonas montañosas de Alaska, mostrando una habilidad extraordinaria para moverse por pendientes escarpadas. Tanto los machos como las hembras tienen cuernos, pero los de las hembras son mucho más pequeños.
Lobo
El lobo es uno de los animales más esquivos de Alaska, y aunque habita en casi el 85% del territorio del estado, es muy raro verlo. Los lobos son animales sociales que viven en manadas jerárquicamente organizadas. A pesar de la gran cantidad de lobos en Alaska, estos animales tienden a evitar a las personas, por lo que avistarlos es una verdadera rareza.
Las mejores oportunidades para ver lobos están en las zonas más remotas de Alaska, particularmente durante safaris de vida salvaje en áreas protegidas.
Águila calva
El águila calva es quizás una de las aves más emblemáticas de Alaska por su simbolismo como emblema nacional de los Estados Unidos. En Alaska, prosperan debido a la abundancia de peces, su principal fuente de alimento.
La mayor concentración de águilas se encuentra en el Pasaje Interior, especialmente en la comunidad de Haines, donde miles de estas aves se congregan en los meses de noviembre y diciembre durante la última migración de salmones del año. Durante la primavera, se pueden ver grandes grupos de águilas en el río Stikine.
Ballenas jorobadas y orcas
Las ballenas jorobadas y las orcas son habitantes regulares de las aguas de Alaska. Las ballenas jorobadas son conocidas por sus acrobáticos saltos fuera del agua y por sus singulares patrones de colas, que permiten identificar a cada individuo. Las orcas, por otro lado, son reconocidas por sus aletas dorsales de hasta dos metros de altura y sus característicos colores blanco y negro.
El mejor momento para ver ballenas jorobadas es en verano, cuando migran a las costas de Alaska en busca de alimento. Las orcas, en cambio, se pueden ver durante todo el año en diferentes partes del estado, como el Pasaje Interior y el Parque Nacional Kenai Fjords.