Durante una reciente observación del paisaje interestelar, un grupo de astrónomos descubrió una sorprendente formación en forma de cara sonriente que brilla desde la superficie de Marte. La estructura es el remanente de un antiguo lago y podría contener signos de vida que existió miles de millones de años atrás.
El Trace Gas Orbiter (TGO) ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA) capturó la imagen de esta formación, que fue compartida en las redes sociales. La “cara sonriente” se compone de antiguos depósitos de sal de cloruro con un par de cráteres que hacen de ojos. Estos depósitos son visibles solo bajo ciertas condiciones, como las cámaras infrarrojas del orbitador. El medio especializado en ciencia LiveScience destacó que “normalmente, depósitos como este serían indistinguibles del resto de la superficie de Marte”, pero las cámaras infrarrojas permiten que las sales aparezcan de colores rosados o violetas.
Un artículo publicado en agosto en la revista Scientific Data informó que los científicos han creado el primer catálogo detallado de depósitos de sal de cloruro en Marte. Encontraron un total de 965 depósitos de diferentes tamaños, que van desde 300 hasta 3.000 metros de ancho. Estos depósitos son importantes porque podrían haber tenido las condiciones necesarias para que existiera vida, además de preservar rastros de organismos antiguos. Por eso, los científicos creen que son un objetivo clave para buscar señales de vida en Marte.
Los restos salinos, según la ESA, se depositaron al desaparecer el agua en Marte debido a un cambio climático severo ocurrido hace entre 2.000 y 3.000 millones de años. Esta transformación fue provocada probablemente por la pérdida del campo magnético, lo que permitió que el viento solar erosionara la mayor parte de la atmósfera y causara que la mayor parte del agua líquida se congelara o evaporara. La ESA explicó: “En algunos lugares, las sales sobrantes son la única evidencia de que alguna vez hubo agua”.
Antes de la desaparición del agua líquida, los restos de los charcos salados podrían haber actuado como un refugio para microbios extremófilos que habrían sobrevivido a las duras condiciones del entorno marciano. Así, las sales podrían haber conservado evidencia de estas formas de vida extintas durante miles de millones de años.
En junio, un grupo de astrónomos anunció a su vez el hallazgo de al menos 150.000 toneladas de agua helada en los picos de algunos volcanes en Marte, mientras que en agosto se reveló que “un enorme océano oculto, con suficiente agua para cubrir el planeta con agua de 1,6 kilómetros de profundidad”, podría estar escondido bajo la superficie, lo cual señalaría nuevas posibilidades para encontrar formas de vida.
El TGO ExoMars permitió detectar estos depósitos con su Sistema de Imágenes de Superficies en Color y Estéreo (CaSSIS). La cámara sensible del orbitador pudo captar los depósitos de sal de cloruro en la región llena de cráteres de Terra Sirenum.
Nature, donde se publicó el estudio, subrayó que el nuevo conjunto de datos proporcionado por CaSSIS “amplía los mapas de depósitos de cloruro existentes”, lo que tiene “implicaciones importantes para nuestra comprensión de la distribución del agua en el Marte primitivo, así como de su clima pasado y su habitabilidad”.
Esta imagen ha generado fascinación en la comunidad científica, pero además entre los entusiastas del espacio, al abrir nuevas perspectivas sobre la existencia de vida en el planeta rojo. Es claro que el descubrimiento de deposiciones de sal, junto con otras pruebas de agua líquida, refuerza la hipótesis de que Marte pudo haber albergado vida.