En el reino animal, las formas de dormir son tan diversas que pueden hacer que nuestras propias rutinas parezcan aburridas en comparación. Los animales pueden descansar cuando están en vuelo, de pie, sentados en un árbol o buceando en el océano. Y no siempre necesitan cerrar los ojos. Aunque hay consenso de que todos los animales necesitan dormir, los científicos no pueden estar completamente seguros. Medir las ondas cerebrales es necesario para determinar el sueño con certeza, según informa el profesor John Lesku de La Trobe University, citado por ABC. Sin embargo, este proceso puede ser complicado, especialmente en la naturaleza.
Diferentes formas y posiciones de dormir
Mientras que los seres humanos normalmente preferimos dormir acostados, en el reino animal las posturas varían enormemente. Por ejemplo, el gran pájaro fragata pasa meses en el mar buscando comida y duerme mientras vuela, tomando siestas cortas mientras se desliza por las corrientes de aire cálido.
Las ballenas esperma, por otro lado, duermen verticalmente, lo que hace que parezcan estar de pie en el agua. En tierra, las vacas y caballos duermen de pie para poder reaccionar rápidamente en caso de peligro, aunque deben recostarse para entrar en la fase de sueño REM.
Ojos abiertos y medio cerebro despierto
Sorprendentemente, algunos animales mantienen los ojos abiertos mientras duermen. “Los peces y las serpientes duermen con ambos ojos abiertos porque carecen de párpados”, afirma el profesor Lesku a ABC. Otros, como los delfines, duermen con un solo hemisferio del cerebro activo para permanecer alerta ante posibles depredadores, es decir, realmente duermen con solo la mitad de su cerebro.
Sueño y patrones inusuales
Al igual que los seres humanos pueden adaptar sus horarios de sueño, también lo hacen los animales. Por ejemplo, los elefantes marinos del norte limitan su sueño a solo dos horas diarias cuando están en el océano. Cuando entran en la fase REM, giran y caen en círculos hasta llegar al fondo del mar, donde continúan durmiendo. En contraste, cuando vuelven a tierra, duermen alrededor de diez horas al día.
Microsiestas y resistencia al sueño
Algunos animales, como los pingüinos barbijo en la Antártida, sobreviven gracias a microsiestas. Los investigadores han hallado que durante la temporada de anidación pueden tomar hasta 10.000 microsiestas al día, cada una de solo cuatro segundos.
Por otro lado, durante la temporada de apareamiento, los machos de chorlito pectoral en la tundra de Alaska pueden pasar hasta 19 días sin dormir, lo que les permite aparearse con mayor éxito. Profesor Lesku explicó a ABC que los machos que aguantan más tiempo despiertos son los que más crías tienen.
Hibernación y el estado de sueño
Este proceso implica una forma de sueño prolongado y diferente. Los osos negros hibernan durante seis a siete meses en invierno, ralentizando su metabolismo al 25% de lo normal, mientras roncan considerablemente. Durante este período, apenas se mueven y no comen ni beben.
Sueños y cambios de color en animales marinos
Hasta hace poco, se pensaba que únicamente mamíferos y aves tenían sueño REM, la fase donde los sueños son más vívidos. Sin embargo, una investigación reciente ha demostrado que el pulpo también experimenta una fase de sueño similar al REM. Durante este estado, muestra cambios rápidos de color en la piel, lo que sugiere que podría estar practicando cambios de color mientras duerme.
Mitos sobre el sueño prolongado
El profesor Lesku también arroja dudas sobre la cantidad de sueño que se atribuye a ciertos animales como los koalas y los wombats, que, según se cree, duermen hasta 18 horas al día. “Nunca hemos registrado la actividad cerebral de ninguno de ellos”, dijo el profesional a ABC, sugiriendo que estos animales podrían no estar realmente dormidos durante todo ese tiempo, sino simplemente quietos para evitar ser detectados.