Las ballenas jorobadas utilizan redes de burbujas como “herramientas” para capturar peces

En el vasto mundo marino, las ballenas jorobadas se destacan no solo por su tamaño imponente, sino también por su notable capacidad para innovar en la caza. Estas criaturas, que llevan millones de años surcando los océanos, han desarrollado un método singular para capturar presas: las redes de burbujas. Este comportamiento, observado en las costas de Alaska, ha llevado a los científicos a catalogar estas redes como una herramienta, similar a las que utilizan otros animales considerados altamente inteligentes.

Las redes de burbujas son estructuras formadas por burbujas de aire que las ballenas liberan bajo el agua para agrupar y aturdir a sus presas, como peces y krill. Lo que resulta aún más sorprendente es que las ballenas jorobadas no solo crean estas redes, sino que también las manipulan para maximizar la cantidad de alimento capturado en cada inmersión. Esta habilidad de modificar y controlar aspectos específicos de las redes, como el tamaño, la profundidad y la cantidad de anillos de burbujas, coloca a las ballenas en un grupo exclusivo de animales que no solo usan herramientas, sino que las fabrican y ajustan para sus necesidades.

La inteligencia de las ballenas jorobadas es un área que ha fascinado a los científicos durante años. Estos majestuosos cetáceos no solo impresionan por su tamaño y su canto característico, sino también por su capacidad para realizar comportamientos complejos que requieren coordinación y cooperación. Uno de los ejemplos más sorprendentes de esta inteligencia social es su uso de las redes de burbujas en la caza, un método que demuestra un alto grado de planificación y comunicación entre los miembros del grupo.

Cuando las ballenas jorobadas cazan en grupo, la creación de redes de burbujas se convierte en una actividad sincronizada que depende de la cooperación precisa de cada individuo. Este comportamiento no es solo una muestra de su capacidad para trabajar juntas, sino también una evidencia de que poseen un grado de cognición avanzada que les permite modificar sus estrategias de caza según las circunstancias. El hecho de que estas ballenas puedan adaptar la técnica de las redes de burbujas según la cantidad de presas o el entorno en el que se encuentran resalta su flexibilidad conductual y su capacidad para aprender y mejorar sus métodos a lo largo del tiempo.

El método de caza de las ballenas jorobadas a través de las redes de burbujas es una de las estrategias más fascinantes y efectivas del reino animal. Este proceso comienza cuando una o varias ballenas se sumergen por debajo de un banco de peces o de krill, pequeñas criaturas marinas que constituyen una parte importante de su dieta. Desde las profundidades, las ballenas comienzan a liberar burbujas a través de sus espiráculos, formando anillos que se elevan hacia la superficie.

Estas burbujas no son aleatorias; están cuidadosamente organizadas para crear una trampa subacuática que encierra a las presas, desorientándolas y agrupándolas en un espacio reducido. A medida que las burbujas suben, las presas se ven atrapadas en esta red invisible, lo que facilita que las ballenas, al ascender, abran sus enormes bocas y engullan grandes cantidades de alimento en un solo movimiento. Una vez que las presas están dentro de la boca, las ballenas expulsan el agua a través de sus barbas, quedándose solo con los peces y krill atrapados.

Este método no solo es un testimonio de la inteligencia de las ballenas jorobadas, sino también de su habilidad para aprovechar su entorno de manera innovadora. La precisión con la que manejan las burbujas, ajustando la cantidad y el tamaño de los anillos según las condiciones, demuestra una sofisticación que pocos animales poseen. Esta estrategia les permite maximizar la eficiencia en la caza, asegurando que obtengan la mayor cantidad de alimento posible con el menor gasto de energía.

Un reciente estudio realizado en el sureste de Alaska ha arrojado nueva luz sobre las complejas habilidades de caza de las ballenas jorobadas y su uso de las redes de burbujas como herramientas. Publicado en la revista Royal Society Open Science el 21 de agosto, este trabajo documenta cómo las ballenas no solo crean estas redes, sino que las manipulan de manera deliberada para aumentar la efectividad de su caza. Este hallazgo ha llevado a los científicos a reconsiderar la definición de herramientas en el mundo animal, proponiendo que las redes de burbujas de las ballenas jorobadas deben ser consideradas como tal.

El estudio, llevado a cabo por un equipo de biólogos marinos, utilizó tecnología avanzada para observar a las ballenas en su hábitat natural. Empleando drones y etiquetas de ventosa no invasivas, los investigadores pudieron seguir los movimientos de las ballenas tanto desde el aire como bajo el agua. Estas observaciones revelaron que las ballenas son capaces de ajustar las características de sus redes—como la profundidad, el número de anillos de burbujas y el espacio entre ellos—para maximizar la captura de presas. Este tipo de comportamiento sugiere un alto grado de ingenio y flexibilidad conductual, cualidades que son características de animales con inteligencia avanzada.

Andy Szabo, coautor del estudio y director ejecutivo de la Fundación Ballena de Alaska, expresó su entusiasmo al respecto: “Lo que me parece emocionante es que las ballenas jorobadas han desarrollado herramientas complejas que les permiten explotar grupos de presas que de otro modo no estarían disponibles para ellas”. Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre la ecología de las ballenas jorobadas, sino que también tiene implicaciones importantes para la conservación de estos cetáceos en un mundo donde los océanos están en constante cambio.

La investigación sobre las ballenas jorobadas ha avanzado considerablemente en las últimas décadas, en gran parte gracias a los avances tecnológicos que permiten a los científicos estudiar estos animales de manera más detallada y precisa. Tradicionalmente, la observación de ballenas y otros cetáceos ha sido un desafío debido a su vida mayormente submarina y a su comportamiento a menudo esquivo. Sin embargo, el desarrollo de herramientas como los drones y las etiquetas de ventosa ha transformado la forma en que los biólogos marinos recopilan datos sobre estas criaturas.

En el reciente estudio llevado a cabo en Alaska, los investigadores utilizaron drones para capturar imágenes aéreas de las ballenas mientras cazaban con redes de burbujas. Estas imágenes proporcionaron una perspectiva única sobre la complejidad y precisión de las estrategias de caza de las ballenas. Además, las etiquetas de ventosa, que se adhieren temporalmente a la piel de las ballenas, permitieron a los científicos seguir sus movimientos bajo el agua, recopilando datos cruciales sobre la forma en que manipulan las redes de burbujas y otros comportamientos alimenticios.

William Gough, coautor del estudio y especialista en mamíferos marinos de la Universidad de Hawái en Manoa, destacó la importancia de estas herramientas tecnológicas: “Las ballenas son un grupo difícil de estudiar, se requiere habilidad y precisión para etiquetarlas y/o usar drones con éxito”. A pesar de los desafíos, el uso de estas tecnologías ha permitido a los investigadores obtener un “rico conjunto de datos” que no solo amplía nuestro conocimiento sobre el comportamiento de las ballenas jorobadas, sino que también contribuye a mejorar las estrategias de conservación y manejo de sus hábitats.

Este enfoque multidisciplinario, que combina biología marina con tecnología avanzada, es esencial para comprender y proteger a las ballenas en un mundo donde enfrentan múltiples amenazas. A medida que la tecnología continúa avanzando, es probable que descubramos aún más sobre la vida secreta de estos gigantes marinos, lo que a su vez podría ayudarnos a garantizar su supervivencia para las futuras generaciones.